Alessandro Ruta

Cinco consejos para lidiar con la caravana del Tour

Los carros publicitarios son a veces más atractivos que la carrera misma. Aquí unas ideas entre lo serio y lo irónico para prepararos a la «batalla» de horas que se viene en las carreteras vascas estos tres días.

La imponente caravana publicitaria del Tour, preparada para la salida.
La imponente caravana publicitaria del Tour, preparada para la salida. (Tour de France)

La belleza del Tour de France está en los detalles que no aparecen en televisión. Mucho mejor y más entretenido que ver pasar el pelotón a toda leche suele ser presenciar otro tipo de pelotón; la caravana publicitaria con sus carros llenos de colores y sobre todo sus regalos.

Cierto, no es como prepararse para los Sanfermines, pero en ocasiones sí supone una minibatalla, que en esta ocasión durará unas dos horas y contará con 150 vehículos de todo tipo. Aquí van cinco recomendaciones lidiar mejor con este momento ineludible de la carrera, «incountournable» como dicen los franceses.


1. Llegar con tiempo

Normalmente la caravana arriba al lugar de paso unas dos horas antes de la carrera y anima a la afición durante no menos de 45 minutos. Viene anunciada por bocinas, altavoces, música, hasta trompetas, el runrún incesante de la gente, y las sirenas policiales, claro. No se puede llegar con retraso. Imprescindible mirar bien el «minuto a minuto» de cada etapa y acercarse sin prisa.


2. Llevar un amigo alto

Los carros publicitarios no pasan a toda leche, pero casi. Sus ocupantes habitualmente tiran regalos desde arriba y muchas veces a puñados, sin mirar. Así que, como en el baloncesto, es importantísimo levantar las manos con rapidez. Si tenéis un amigo alto, o una amiga, el/la Wembanyama de la cuadrilla, hay que llevarlo sí o sí, aunque no le guste el ciclismo o tenga trabajo. No va a coger todos los gadgets, pero incluso en ese caso será una ayuda fundamental en los rebotes. La otra alternativa es saltar todo el rato y quizás para nada.


3. Elegir los objetivos

¿A qué váis? Esta es la verdadera pregunta. No se puede ir a la caravana a por todas, sin seleccionar. Desde los carros pueden tirar cualquier cosa. Y cualquier cosa son gominolas, salchichas, descuentos, camisetas, gorras «de pescador», gorras «de ciclista», bolsos...

Recuerdo que en 2018, antes de la crono de Senpere, cogí hasta un cómic de Asterix y Obelix y un imán de un sindicato francés. Luego hay objetos menos guays tipo los manidos llaveros, descuentos para páginas webs que nunca habéis utilizado ni usaréis por tener descuento, pegatinas, panfletos... Si tenéis hambre, ir a por las salchichas. Y si os hace falta un gorro, prepararse porque lanzan muchísimos.

4. Fijarse en los colores

El «Gordo» de la caravana son, en mi modesta opinión, las camisetas. En 2014 fui a ver a Nibali ganar el Tour en el Izoard (aupa Vincenzo!) y volví a casa con, entre chucherías y otras porquerías, el maillot verde del líder de la clasificación por puntos. La casa automovilística que lo patrocina tiene su carro enorme, y por supuesto verde, que se veía llegar desde muy lejos. Hay otras clasificaciones y maillots de otros colores y conviene conocerlos todos.

5. No descartar los trueques

La caravana acaba de pasar, habéis llenado un bolso entero de cualquier cosa sin un verdadero sentido, pero ahora es tiempo de hacer balance. Habéis utilizado hasta los pies para aseguraros un paquete de gominolas, pisándolo, mientras al lado tenéis un niño llorando porque se ha quedado sin nada. Acercáos y habladle, proponed tratos e intercambios, seguramente va a aceptar. Porque la batalla sí, es real, pero por encima de eso el Tour es una gran fiesta.