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Los misiles rusos llegan al oeste de Ucrania y la contraofensiva se agota en el sur y este

Los bombardeos diarios rusos han alcanzado esta vez Leópolis, en el ataque con misiles de crucero «más destructivo» contra el oeste del país desde el inicio de la guerra. Ucrania reconoce la ralentización de su ofensiva en el sur y este, de la que culpa a la tardanza en recibir armamento occidental.

Daños en una zona residencial de Leópolis tras el bombardeo ruso.
Daños en una zona residencial de Leópolis tras el bombardeo ruso. (Yuriy DYACHYSHYN | AFP)

El ataque ruso de la pasada noche contra la ciudad ucraniana de Leópolis, en el oeste del país, consistió en el lanzamiento desde portaaviones y submarinos situados en el Mar Negro de diez misiles de crucero Kalibr que cambiaron bruscamente de dirección para engañar a las defensas aéreas ucranianas.

«Se identificaron varios grupos de misiles que primero se dirigieron hacia el norte, utilizando la topografía de la zona del canal del Dniéper, y después cambiaron abruptamente su dirección hacia el oeste», explicó la Fuerza Aérea ucraniana, que reconoció que «solo pudimos destruir siete de ellos».

Uno de los misiles rusos impactó en un edificio residencial de varias plantas de la ciudad, matando a cuatro personas e hiriendo de diversa consideración a otras 32, según el último parte de muertos y heridos.

El alcalde de Leópolis, Andriy Sadovyi, ha asegurado que se trata del «más destructivo» de los lanzados desde el comienzo de la invasión rusa, el 24 de febrero de 2022. La ciudad, situada cerca de la frontera con Polonia, es la capital del oeste, lejos no ya de la capital política, sino del este y sureste del país, donde se concentran los frentes de guerra y las ansias territoriales de Rusia.

Al punto de que la región occidental no fue desde el principio objetivo de la triple ofensiva rusa de febrero-marzo del año pasado, sobre Kiev, desde las zonas rusófilas del Donbass y desde el sur.

«Ni pensar en un ataque»

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien de camino a Bulgaria ha anunciado «una respuesta tangible» al último bombardeo ruso, ha reconocido hoy que la contraofensiva ucraniana se ha visto «ralentizada» por las defensas rusas. Ha justificado ese parón asegurando que le hubiera gustado que las armas entregadas por occidente hubieran llegado más rápidamente para lanzar las operaciones «mucho antes».

El líder ucraniano ha confirmado en una entrevista concedida a la estadounidense CNN que hay zonas del país en las que el Ejército «no puede siquiera pensar» en iniciar un ataque, dado que no cuenta con «un nivel relevante de armas».

«Quería que nuestra contraofensiva empezara mucho antes, ya que todo el mundo entendió que si arrancaba después, una parte mayor de nuestro territorio estaría minada», ha explicado, para lamentar que «se dio al enemigo el tiempo y la opción de poner más minas y preparar sus líneas defensivas».

Zelenski ha reiterado su exigencia de aviones de combate F-16, ante las reticencias de los aliados occidentales. «No se trata de tener ventaja en los cielos frente a los rusos. Es solo estar igualados. Los F-16 ayudan a los que están en el campo de batalla para avanzar. Es muy difícil hacerlo sin cobertura aérea», ha asegurado.

De vuelta al bombardeo de Leópolis, la Fuerza Aérea ucraniana ha hecho suya la exigencia de F-16, aviones de combate de fabricación estadounidense diseñados para lanzar todo tipo de misiles capaces de destruir los proyectiles rusos y que «nos darían movilidad y capacidad de reacción ante todo tipo de ataques aéreos».