Guardias civiles, militares, sacerdotes, actores. Muchas personas de diferentes ámbitos eligieron la portada de ‘Zero’ para tirar su armario emocional por la ventana y contarle al mundo que eran gays o lesbianas. Desde 1998 a 2009 la revista llevó la temática LGBT al centro de la agenda pública con un estilo provocador, disruptivo y moderno.

Quien encabezó el equipo fue su creador y dueño, Miguel Angel López Fuente. Al comenzar el documental, producido por Movistar Plus y dividido en dos partes de 50 minutos, el periodista relata: «Cuando vi los otros movimientos LGBT en el mundo, sobre todo en Estados Unidos, ví que había una pata mediática que acompañaba el activismo. Y eso en España no existía».

Así fue como en una redacción ubicada en el centro madrileño nace ‘Zero’, con Ricardo Llamas como director de contenidos. En uno de los primeros números la publicación sería tema de conversación en todo el territorio del Estado con la salida del armario de Jesús Vázquez y su icónica portada emulando a Cristo. También harían algo similar el bailarín Nacho Duato (ambos hablan en el documental). «Estoy harto que me pregunten en cada entrevista cuál es mi mujer ideal. Quiero una entrevista en la que pueda decir quién soy», señala el artista. Y también recuerda que al día siguiente de la publicación, en la calle Mayor, le gritaron «maricón». Siguió caminando sin responder.

«Las primeras portadas de Zero lo que hicieron fue darle fuerza a otras personas para salir», opina Carla Antonelli, la primera senadora trans de las Cortes Generales. Quizás uno de los casos más rupturistas fue el del teniente coronel José Manuel Sánchez Silva. O el de Joan Miquel Perpinyá, ex guardia civil y ahora periodista, quienes recuerdan aquellos momentos en que era un acto revolucionario contarle a la opinión pública la orientación sexual no heteronormativa.

«¿Puede ser gay el Príncipe?», decía en letra gigante una de las portadas con la foto de Felipe de Borbón

«¿Puede ser gay el Príncipe?», decía en letra gigante una de las portadas de ‘Zero’ con la foto de Felipe de Borbón. Ese era el tono de la revista y su ADN de subversión de lo establecido lo retrata a golpe de una destaca edición el director argentino Damián Ainstein.

«Las primeras imprentas a las que llamé no querían publicarla», rememora López Fuente. El contexto social de hace un cuarto de siglo era bien distinto y llevó a que los trabajadores de la revista sufrieran amenazas. Su creador comentó a NAIZ que además de las típicas llamadas con advertencias y seguimientos, le hicieron llegar a su despacho «mierda de vaca pinchada en un puñal metida en una caja».

Un actor de Murgia salió del armario en la revista y cuenta que «cuesta mucho, pero la recompensa es inmensa»

Será por ello que uno de los editores, Miguel Bañón Penalba, dice en el documental que «lo que pasó hay que contarlo para que hoy las nuevas generaciones sepan lo que hubo que luchar».

De eso sabe y mucho el hoy actor Borja Landher Iturbe, criado en Murgia. Víctima de acoso escolar y violencia homofóbica en su infancia, envía una carta de lectores a la revista y luego decide salir del armario relatando su historia a ‘Zero’. Entrevistado en el documental, rememora el «salto impresionante» que fue entregar su historia a la opinión pública y vivir en libertad. Es tajante: «Cuesta mucho ser quien eres, pero la recompensa es inmensa, es ser tú mismo».