Mikel Zubimendi
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad
Entrevue
Mertxe Aizpurua
Diputada electa de EH Bildu por Gipuzkoa

«El mandato popular es lo principal: evitar un gobierno ultra de PP y Vox»

Usurbildarra nacida en 1960, curtida en el periodismo, fue alcaldesa de su pueblo y ha sido la portavoz de EH Bildu en el Congreso. De trato fácil y amable, la candidatura que ha liderado ha ganado claramente en Gipuzkoa. Encara su segunda legislatura, que tendrá una aritmética endiablada.

Tras una campaña frenética y con una sonrisa generosa que contagia, Mertxe Aizpurua atiende a GARA antes de tomarse una semana de descanso bien merecida. Pronto tendrá que volver a Madrid, donde el Congreso se constituye el 17 de agosto. Volverá a «la vorágine», en medio de una «aritmética endemoniada», para cumplir una misión: hacer valer el mandato popular y articular una mayoría alternativa que cierre el paso a un gobierno ultra de derechas, y a una repetición electoral.

No obstante, es optimista. Sabe que no será fácil pero confía en lograrlo. Comparte con nuestros lectores las razones de ese convencimiento.

El pueblo vasco pocas veces se ha alegrado tanto de unos resultados. La coalición PP-Vox en el Gobierno de Madrid se percibía casi como un meteorito en curso de colisión. Se ha evitado. Hay alivio, pero también un mandato.

Creo que las urnas han sido súper claras. Lo que ha dicho la ciudadanía vasca es que no quiere un gobierno de derecha ni de ultraderecha, sea en solitario o en coalición con Vox. El mandato es clarísimo y nosotros ya lo dejamos muy claro en la campaña: jamás íbamos a dar opción a que hubiese un gobierno de ese tipo. Creo que hay una memoria colectiva que todavía está muy imbricada en la mayoría de la sociedad vasca, que no quiere en ningún caso a esa gente en ningún gobierno. Hemos sido muy precisos al respecto: nunca jamás vamos a facilitar ni por activa ni por pasiva que eso pueda materializarse. Sí, ha sido un alivio. Euskal Herria ha respirado diferente, también Catalunya. Se ha demostrado que las izquierdas plurinacionales han sido el freno para que las derechas no puedan gobernar en Madrid.

Conoce bien los pasillos del Congreso, los canales de comunicación y negociación. La derecha está herida, amenaza con hacer de todo para evitar un gobierno alternativo. ¿Qué le dice el olfato político? ¿Es optimista aun siendo la aritmética tan endiablada?

Mi instinto me dice que no puede haber otra opción que la de conseguir un acuerdo para que haya un gobierno de progreso en el Estado español, porque lo contrario es un gobierno que va a desguazar derechos y libertades. Confío, porque soy optimista, en que haya esa opción y se construyan las mayorías como para evitar, se ha evitado ya en un primer paso con los resultados electorales, ese gobierno de las derechas. Ese freno hay que seguir pisándolo, y para ello hay que construir a ese acuerdo, trabajar duro por ello.

«No me gusta toda esa política negociadora de precios y líneas rojas. Es mejor que haya poco ruido y mucho trabajo, da más fiabilidad y mejores frutos»

De cara a conformar esa mayoría progresista, se escuchan discursos de líneas rojas, que nada es gratis, de subir el precio. Quizá todo esto no ayuda mucho, ¿verdad?

Creo que no ayuda. Nosotros hemos sido muy discretos siempre a la hora de entablar las negociaciones. Lo de las líneas rojas que marcas de antemano sirve para presentarte como duro ante según qué público, para arrogarte medallas antes de tiempo, pero ese no es nuestro estilo. Es mejor que haya poco ruido y mucho trabajo, da más fiabilidad y rigor. A mí no me gusta toda esta política de precios, a veces, parece que estás poniéndoselo a derechos y libertades. La política no es un mercado persa, los principios no se venden, no se compran. En cualquier caso, cuando se nos ha acusado de dar los votos gratis, a los hechos me remito: hemos conseguido mucho y la ciudadanía lo ha visto y premiado.

¿Atisba la posibilidad de que se repitan las elecciones? ¿De que Junts per Catalunya bloquee la posibilidad de parar un gobierno PP-Vox?

No somos quién para inmiscuirnos en las decisiones que tome Junts, pero creo que lo que sí se podría hacer, o lo que hacemos desde aquí, es tener una mirada con luces largas, sobre todo en estos momentos tan críticos. Toda la legislatura va a ser muy complicada, pase lo que pase, me da que será un pacto endemoniado continuo. Las cosas no están fáciles, para nadie. Pero creo que hay que interpretar bien el mandato de la gente, qué es lo principal y qué lo secundario, porque lo contrario sería terrible. Finalmente, quienes tengan la responsabilidad de decidir que en lugar de un gobierno de ultras de derecha haya un gobierno progresista que abra posibilidades de seguir avanzando en derechos sociales y nacionales, tienen que tener en cuenta el peso de esa responsabilidad, lo que contrae de cara al futuro, de cara a su pueblo. Nadie quiere un gobierno PP-Vox, simplemente porque nos iría mal a todos y a todas. Y creo que Catalunya ha dicho eso mismo, y de manera muy clara.

¿Y los resultados del PNV? Se ha calificado como «ciclo horribilis» el que está viviendo. Recibió un primer aviso en las autonómicas de 2020, un golpe serio en las municipales y forales, y el de ahora ha sido muy importante. Se han roto mitos sobre la imbatibilidad y el equilibrado pulso social que se le presuponía. El boquete es grave, voces internas abogan por una catarsis...

Hay dos cuestiones fundamentales ahí. Una, lo que desde EH Bildu hemos ido haciendo durante todos estos años, no solo con nuestra acción en Madrid, en ayuntamientos donde gobernamos, incluso en instituciones donde somos oposición: un trabajo serio y fiable. Creo que la gente en Euskal Herria lo aprecia y lo está premiando. El segundo factor es lo que está haciendo el propio PNV, que es no saber leer e interpretar con claridad lo que les están diciendo las urnas. Elección tras elección, efectivamente, las urnas les estaban dando un mensaje, y el PNV no está sabiendo leerlo bien, o quizá, no quiere hacerlo. Creo que esos dos factores juegan. No les hemos entrado al trapo a todos sus intentos de provocación, porque nosotros vamos a lo nuestro, y ya está. Esa es nuestra garantía y lo que nos presenta ante nuestro pueblo: lo que hemos estado haciendo y lo que hacemos, a todos los niveles.

«En EH Bildu estamos preparados, con confianza, nos hemos reforzado mucho. Creo que la tendencia se va a mantener»

EH Bildu ha obtenido unos resultados muy buenos. Darle el voto es útil, es una opción solvente, ilusionante, de palabra. Tiene base popular, equilibrio territorial, unidad interna. ¿Cuál es el horizonte de sus ambiciones ante las próximas citas electorales?

Las condiciones creadas nos dan opción a seguir consiguiendo más, en esta línea de derechos y libertades, y muy especialmente en el tema de la soberanía, en el que hay que dar pasos para solucionar la cuestión territorial de las naciones del Estado. Si algo tiene de muy favorable EH Bildu es esa implantación homogénea en los cuatro territorios del sur del país, es algo que otros no tienen. En estas elecciones lo que se ha demostrado es que se puede confiar en EH Bildu para hacer frente a la derecha, y Euskal Herria ha visto que solo había dos opciones para ello: las dos que han subido, las que han concentrado el voto útil: PSOE y EH Bildu. ¿Cómo encaramos la nueva legislatura que se pueda abrir, que esperemos sea de una mayoría progresista? Va a ser difícil, la aritmética es endemoniada, pero creo que hay opciones desde las izquierdas soberanistas para seguir dando avances. A eso nos vamos a deber, que es lo que quiere la gente que nos ha votado.

Y en junio del año que viene europeas, quizá Urkullu adelante las autonómicas y las haga coincidir en la misma fecha. La rueda no para, ¿no?

Sí. Es un ciclo continuo, sí. Pero estamos preparados, con confianza, nos hemos reforzado mucho. Creo que la tendencia se va a mantener, estamos fidelizando a mucho votante nuevo, eso es producto de la credibilidad que hemos alcanzado, de la seriedad con la que trabajamos.