Pedro, Kiko y David, tres amigos en sus treinta y tantos largos, viajan a Río de Janeiro para recoger el cuerpo sin vida de Mateo, su mejor amigo del instituto, quien ha muerto en extrañas circunstancias. Pero al llegar a Brasil nada es lo que parece.
Mateo, ‘el muerto’, ha huido, su casa está patas arriba y su ‘abogada’ lo busca desesperadamente. Estas son las credenciales de ‘De perdidos a Río’.
Una comedia gamberra de escaso vuelo cuyo sinopsis nos indica que estamos ante una relectura bastante poco original de la saga ‘Resacón’.
Comedia alocada y veraniega
Según explicó su director, Joaquín Mazón, «cuando leí el guión inevitablemente me vinieron a la cabeza las clásicas Buddy Movies que todos conocemos, donde los protagonistas viven una loca aventura que les hace evolucionar como personas. Más allá de esto, al ahondar en los personajes descubrí que, sin olvidar esos referentes, podemos y debemos buscar la identidad propia de nuestra historia».
Rodada en varias localizaciones de las Islas Canarias y de Río de Janeiro, la película está protagonizada por Carlos Areces, Adriana Ubani, Paulo Pires, Fran Perea, Esther Acebo y María Botto.
Para Mazón supone la segunda experiencia en el formato largo tras su debut con ‘La vida padre’ (2022), protagonizada por Karra Elejalde y Enric Auquer.