La abogada, activista por la sanidad pública y miembro de Sare Amaia Goirigolzarri ha fallecido en las últimas horas tras una larga lucha contra su enfermedad. La noticia ha sido dada a conocer en las redes sociales por distintos agentes y personas que han acompañado sus luchas.
Gaur Amaia Goirigolzarri Alegriak @agoiri1 utzi gaitu, bere bizitzagatik eta gu guztionagatik azken unera arte borrokatu ostean: Osasun sistema publiko hobe baten alde, sarkoma minbiziaren ikerkuntzaren aldeko erreferente, herrien eskubideen alde, bere euskara ederraren jagole pic.twitter.com/2APOB8zDDs
— Jon Maia Soria (@maia_jon) August 9, 2023
Lurra bekizu arin @agoiri1 (Amaia Goirigolzarri) 💔
— Xabier Fdez Monje (@jabotxa62) August 9, 2023
Besarkada erraldoia Sabini, Ametsi eta senitarte zein lagun guztioi.
Betiko lez zoragarria @maitaneazurmend ren irudia borrokalari nekaezinaren omenez.
Segi dezagun amets ametsetan. pic.twitter.com/6SNTJMJsEF
Amaia Goirigolzarri abokatu eta SAREkidea zendu da. Beti Euskal preso, iheslari eta deportatuen eskubideen alde lanean aritu den emakumea.
— Sare #EtxeraBideaGertu ↗️↙️ (@sare_herritarra) August 9, 2023
Lurrak goxo har zaitzala
AMAIA! 🖤🌹
Lortuko dugu! ↗️↙️ #Etxera pic.twitter.com/AYjEAJuCCm
Goirigolzarri fue diagnosticada de sarcoma, un tipo poco frecuente de cáncer, en 2016. Ahí empezó una larga carrera que le llevó a reclamar más medios para investigación y tratamiento en Osakideza, tras alguna experiencia desagradable que contó en una jornada pública en 2021.
Así, en febrero de 2020, justo antes del inicio de la pandemia en Euskal Herria, le fueron descubiertas varias metástasis en ambos pulmones, con dos nuevas operaciones en abril y julio de ese año. La enfermedad se estaba complicando y ella decidió buscar información en Internet. Ahí descubrió que, en realidad, sí que existían alternativas. Eso sí, fuera de Osakidetza. «Creí en mis médicos. Mi confianza en ellos era absoluta, pero ignoraba la situación de desamparo en la que me encontraba», denuncia Goirigolzarri.
Es entonces cuando acudió al Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, que cuenta con el reconocimiento de Centro de Referencia en Sarcomas (CESUR), a pedir una segunda opinión. Ahí le detectaron una «imagen sospechosa» en el pulmón izquierdo, algo a lo que en Cruces quitaron importancia alegando que se trataba de «una cicatriz». Pero no lo era. De hecho, en mayo, el radiólogo del hospital vizcaino constató que la metástasis era la misma que la preoperatoria, pero nadie informó de ello a la paciente hasta setiembre. Aquellos días, cuenta, «el mundo se volvió a parar».
Los tratamientos que había estado recibiendo eran «de hacía 20 años», como la quimioterapia de 2018, cuando le dijeron que «no había otra alternativa». «Sí las había, pero las alternativas no estaban en Osakidetza. Sin embargo, nunca me informaron», lamentó.
En cuanto a su implicación política, entre otras muchas cosas leyó el comunicado final de la gran jornada anual por los derechos de los presos vascos de enero de 2021, en Bilbo junto al exrector de la UPV Iñaki Goirizelaia.
También ha impulsado iniciativas de Gure Esku Dago. Y en 2020 presentó un manifiesto de juristas vascos y catalanes contra la decisión de los tribunales españoles de insistir en el «caso Bateragune» tras la anulación del juicio por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.