Isidro Esnaola
Iritzi saileko erredaktorea, ekonomian espezializatua / Redactor de Opinión, especializado en economía

Las aseguradoras no ocultan su deseo de capturar la sanidad pública

Ya ni siquiera esconden sus aviesas intenciones de apropiarse de la sanidad pública. Los responsables de las aseguradoras dicen abiertamente que ven las crisis de los sistemas públicos de salud como «oportunidades comerciales». Por desgracia, las listas de espera no ayudan a fortalecer lo público.

Movilización de los médicos junior del Sistema Nacional de Salud británico (NHS)
Movilización de los médicos junior del Sistema Nacional de Salud británico (NHS) (Henry NICHOLLS | AFP)

Dicen que fue John F. Kennedy quien popularizó la idea, al parecer no del todo correcta, de que en chino la palabra crisis está compuesta de dos caracteres contrapuestos: uno representa el peligro y otro la oportunidad. Entre los que no dudan de la corrección de esa interpretación deberíamos contabilizar a las aseguradoras que, cada vez más abiertamente, califican la crisis de la sanidad pública como una oportunidad de negocio.

En ese sentido el director ejecutivo del grupo de seguros francés AXA, Thomas Buberl, fue muy explícito en una reciente entrevista en Financial Times ampliamente recogida por los medios ingleses. Decía sin tapujos que la crisis del servicio británico de salud (NHS) presenta «bastantes oportunidades comerciales». El CEO de AXA destacaba que las largas listas de espera, el incremento de los costes a causa de la inflación y la crisis en la contratación de personal ponen al sistema «bajo presión».

Auguraba, asimismo, que la sobrecarga continuaría aumentando, por un lado, a causa del envejecimiento de la población, y por otro, por la renuncia de los nuevos graduados en medicina a trabajar en el sistema público, a causa del enorme estrés. De hecho, la semana pasada los médicos junior ingleses comenzaron una huelga para exigir, entre otras cuestiones, un aumento de sueldo que compense el poder adquisitivo que han perdido desde 2008. El Gobierno de Rishi Sunak ofreció en julio una subida del 6%, que los jóvenes facultativos han considerado que no era suficiente. El Gobierno escocés, con competencias en materia de salud, acaba de llegar a un acuerdo con los médicos junior a los que ha ofrecido un aumento del 12% del salario y ha evitado la huelga.

La falta de atención produce un tremendo desasosiego en la gente, especialmente cuando las listas de espera son especialmente largas. En Inglaterra hay más de 7,4 millones de personas esperando un tratamiento hospitalario rutinario, una cantidad que nunca antes se había alcanzado. Y las aseguradoras están aprovechando para vender sus servicios. Según confirmó Buberl en la entrevista, AXA está invirtiendo en telemedicina, donde ofrece una conversación en línea con un médico como alternativa a la espera para una cita con el médico de cabecera.

Listas de espera, trabajo para la privada

Las largas listas de espera son una de las puertas para la privatización de la sanidad pública. Con la excusa de reducir la espera en los sistemas públicos se traslada a los hospitales privados a una parte importante de los pacientes, y esos tratamientos sirven para financiar la expansión de la sanidad privada. En Gran Bretaña el año pasado los hospitales privados trataron a 820.000 pacientes, una cifra récord por la que recibieron una suculenta remuneración del sector público.

Precisamente esta ha sido una de las vías utilizadas por la administración para descapitalizar la sanidad pública. Cuando la austeridad imponía recortes en el gasto sanitario ha sido cuando más pacientes se han desviado al sector privado, cuyas tarifas no se rebajaban. De este modo, una parte creciente de un gasto sanitario público menguante iba a la sanidad privada, lo que ha tenido un doble efecto: descapitalizar al sector público y subvencionar la expansión del sector privado.

Así, por ejemplo, el secretario de Estado de Salud del Gobierno de Rishi Sunak, Steve Barclay, pidió la semana pasada al servicio británico de salud que utilice a más proveedores privados para ayudar a «reducir las listas de espera», esto es, aplicar la lógica de dar trabajo al sector privado para que siga creciendo.

Una lógica que al parecer también pretende seguir el partido Laborista. Su secretario de Salud en la sombra, Wes Streeting, dijo hace unos días que «el próximo gobierno laborista utilizará la capacidad sobrante en el sector privado para que los pacientes sean atendidos más rápido».

De momento, pocos beneficios

La aseguradora AXA lleva varios años concentrándose en la salud, sin embargo, los beneficios no han llegado todavía. A principios de agosto presentó los resultados del primer semestre del año y las ganancias de su sección británica se han visto reducidos por un aumento de las reclamaciones médicas.

No obstante, lo que más desconfianza provoca es que AXA continúa con su apuesta. Este mismo mes de agosto ha firmado un acuerdo para la compra de Laya Healthcare, una filial de la aseguradora AIG que controla aproximadamente el 28% del mercado de Irlanda.