Iñaki  Iriondo
Cronista político

«Seguimos, seguiremos»

Iñigo Urkullu, en los exteriores del Palacio de Miramar, donde Lakua dio inicio ayer al curso.
Iñigo Urkullu, en los exteriores del Palacio de Miramar, donde Lakua dio inicio ayer al curso. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Con la esperanza de no ser crucificado por utilizar en vano el glorioso lema de la resistencia de ‘Egin’ frente a los abusos autoritarios de Ardanza, Atutxa, Aznar y Garzón, llevo el «Seguimos, seguiremos» a este titular por no volver a atribuir falsamente a Albert Einstein la frase de «locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes», que según los indicios nunca dijo el genio de los pelos alborotados.

Iñigo Urkullu ratificó su apuesta histórica por la «estabilidad», entendida, entre otras cosas, como la no asunción de riesgos. Lo explicitó el lehendakari hablando de los dineros pero le sirve para todo: «Seguiremos invirtiendo, como lo venimos haciendo, aplicando siempre el principio de realismo, sin hipotecar nuestro futuro, porque un paso en falso puede tener y tendrá consecuencias que todas y todos sufriremos. Rigor y seriedad».

«Lo seguiremos haciendo como lo estamos haciendo», aseguró hablando, por ejemplo, de Osakidetza, «nuestra piedra angular, lo que nos hace estar orgullosas y orgullosos de nuestro modelo de bienestar». Añadirle un simple «trabajaremos para mejorar» se antoja poca respuesta ante lo que la ciudadanía percibe cada día como uno de sus principales problemas.

Pero eso es lo que tenemos en la CAV. Si en el Pleno de Política General del 14 de setiembre Iñigo Urkullu no da una sorpresa por primera vez en once años, nos enfrentaremos a unos últimos meses de legislatura donde lo único reseñable será saber si se aprueba la Ley de Educación. Ojo, que esto no sería poco, pero lamentablemente tampoco ahí el lehendakari dio ayer muestras de ninguna ambición, alegando que si fuera necesario podría aprobarla con la mayoría absoluta de su Gobierno, es decir, volviendo a asumir los vetos del PSE, al igual que ha hecho y anuncia que seguirá haciendo en materia de autogobierno.

El «seguimos, seguiremos» de ‘Egin’ fue un grito de vitalidad, de pelea contra la injusticia, de levantamiento del ánimo de una comunidad agredida. El «seguimos, seguiremos» de Iñigo Urkullu es la continuidad de su tono monocorde, del lo estamos haciendo bien y para qué vamos a cambiar. Aburrimiento y tristeza. Otro año así.