Mariona BORRULL

Ryuichi Sakamoto da su mejor concierto en el Festival de Venecia

‘Opus’ nos brinda el mejor regalo del compositor japonés Ryuichi Sakamoto antes de su muerte. Otra gran película de la jornada ha mirado a los orígenes del bombardeo de Gernika, financiada por el Museo Reina Sofia.

El actor de origen vasco Jacob Elordi se mete en la piel de Elvis en ‘Priscilla’.
El actor de origen vasco Jacob Elordi se mete en la piel de Elvis en ‘Priscilla’. (Gabriel BOUYS | AFP)

La rueda de prensa de ‘Priscilla’ ayer en la tarde del lunes la visita sorpresa de la misma Priscilla Presley, productora ejecutiva del film y autora de la autobiografía de la que partía Sofia Coppola para su relectura del matrimonio de la de Texas (Cailee Spaeny) con el rey del rock (Jacob Elordi, actor australiano de padre vasco).

Sentada entre el público, la Presley hizo una breve pero emocionada intervención acerca de su relación con Elvis y calificó la película de Coppola de «difícil de ver» para ella. Sobre el romance tóxico que ocupa el film en Competición, Priscilla agregó que con Elvis se sentía una confidente: «Elvis me abría su corazón. Sus esperanzas, sus miedos, la pérdida de su madre. Y yo fui la persona que realmente se sentó allí para escucharlo y consolarlo. Esa fue realmente nuestra conexión».

‘Priscilla’ tuvo a su tándem de protagonistas y a Sofia Coppola presentes, pero fue Priscilla Presley quien robó el foco y aprovechó para posicionarse acerca de las huelgas en Hollywood: «Apoyo totalmente el arduo trabajo del sindicato para luchar por una compensación justa. Y espero que se resuelva pronto, porque todos queremos volver a trabajar».

Ryuichi Sakamoto, celebrado en la conmovedora ‘Opus’

El compositor Ryuichi Sakamoto japonés fallecía el pasado 28 de marzo, pero antes quiso dejar una cápsula para el futuro. ‘Opus’ es el concierto que tocó, dirigido por su hijo Neo Sora y producido junto a su esposa y mánager, Norika Sky-Sora, meses antes de su muerte.

Fue a solas, al piano y a baja luz en el estudio 509 del NHK Broadcast Center, «el estudio con mejor acústica de todo Japón», en palabras del propio Sakamoto. Allí, lo veremos interpretar algunos de los grandes temas de una carrera en contacto siempre con el séptimo arte, desde ‘El último emperador’ hasta ‘Feliz Navidad, Mr. Lawrence’.

Nocturna y sugerente, sin embargo, ‘Opus’ concede la oportunidad perfecta para sumergirse de lleno en el estómago de su música (desde clásicos como ‘Tong Poo’, hoy ralentizados, hasta trabajos nuevos como ‘12’ o la misma ‘Opus’). La música será hoy origen y móvil de las imágenes, que Neo Sora se encarga de enrarecer un punto solamente, lo suficiente para acercarnos a una vivencia íntima y cercana al ensueño. Nos deslumbra un foco que recorta la silueta oscura del pianista, que parpadea directo a cámara, o callamos ante el sonido del silencio cortado por su respiración. Todo el músculo de la luz y la composición se pone al servicio de la experiencia musical… Saldremos de la sala con el ánimo exaltado por el genio.

‘Frente a Guernica’ busca los orígenes escondidos de la Guerra del 36

La pareja italiana Yervant Gianikian y Angela Ricci Lucchi, fallecida en 2018, son dos cineastas de vanguardia imprescindibles, que han basado su obra entera –proyectada lejos de las salas comerciales– en la compilación de las grandes guerras del siglo XX y las ideologías que las producen.

En 2014, el Museo Reina Sofía financió un ensayo alrededor del célebre cuadro de Pablo Picasso, que en Venecia ha visto la luz fuera de competición. ‘Frente a Guernica’ indaga en las entrañas profundas de la Filmoteca Española para explorar cómo desde principios del siglo XX el trasfondo colonial europeo y las bases del fascismo italiano crearon un magma político ideal para que la Guerra del 36 se expandiera virulenta por la península, culminando en la destrucción absurda de Gernika, en 1937.

Solapando al archivo numerosos fragmentos de diarios leídos por Gianikia, a quien acompaña el compás inquietante de címbalos, tambores metálicos y sintetizadores, la narración va desgranando largas enumeraciones que no llegan a cerrarse nunca en conclusiones satisfactorias, aunque apunten claramente a la responsabilidad política del arte y la cultura. Desde el espectáculo de los toros y los eventos de Ms. Universo, hasta el cine de propaganda y los elevados congresos literarios: nadie queda exento de caminar en el delicado filo entre la distracción populista y la movilización.

Desgraciadamente, aunque Gianikian y Lucchi aciertan en sus tesis, las dos horas de su exhaustivo ensayo –buscadamente difícil y fragmentario– apenas distraen o movilizan.