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Thomas Lilti reivindica el «difícil» oficio de docente en ‘Un métier sérieux’

El cineasta y guionista francés Thomas Lilti reivindica el «difícil» oficio de docente en su última película ‘Un métier sérieux’ (‘Los buenos profesores’), a concurso en la Sección Oficial del 71 Zinemaldia, que se clausura este sábado.

Photocall del equipo de la película ‘Un métier sérieux’.
Photocall del equipo de la película ‘Un métier sérieux’. (Gorka RUBIO/FOKU)

Reivindicar el «difícil» oficio de docente es lo que ha buscado el cineasta francés Thomas Lilti con su nueva película ‘Un métier sérieux’.

En rueda de prensa en el certamen, Lilti, acompañado de parte del reparto del filme, los actores François Cluzet, Vincent Lacoste y William Lebghil, ha defendido que «enseñar supone crear un lazo afectivo, un intercambio», es como «curar a alguien», ha señalado el también médico de profesión.

En este sentido, ha señalado que es una relación «que va en ambos sentidos». Lilti ha señalado que viene de una familia de profesores y tiene «mucho afecto» hacia los docentes, personas que «se comprometen en sus oficios, con su profesión de utilidad pública, sin ánimo de lucro».

A ello ha añadido que la de profesor es una profesión «devaluada, desvalorizada», aunque es «fundamental». Así, ha explicado que con esta película busca transmitir esa labor de personas «que creen en lo que hacen», en su trabajo, pese a que muchas veces estén rodeados de «violencia».

Según ha explicado, para contar esta historia se ha basado en tres lugares, la clase, el colegio y la intimidad, la vida personal de los personajes. «Contar estos tres lugares para cada personaje y que no les van bien las cosas en esos lugares para mostrar que esta profesión influye de forma muy potente en la vida personal de las personas», ha señalado.

Así, ha destacado que en este tipo de profesiones no mezclar trabajo y vida personal es «muy complicado», porque «no puede hacer ‘on’ y ‘off’, no puedes apagar la profesión en casa y te llevas a tus alumnos, sus exámenes». «No puedes desconectar y tampoco hablar en casa de los problemas que tienes en el colegio», ha incidido.

A su juicio, este filme puede «servir de testimonio a los profesores para que su entorno vea lo que es su oficio y cómo funciona». «Es muy difícil explicar el trabajo del profesor, un oficio de enfrentamientos continuos», ha matizado.

Lilti también ha subrayado lo «fundamental» que es para él crear una «relación con el equipo» de la película, de ahí que repita con muchos de ellos porque son «personas a las que quiero, les tengo mucho afecto». Eso le «tranquiliza» y da «confianza», ha confesado, para añadir que también «aporta fluidez» a las películas que hace.

«El colectivo existe», ha indicado. En cuanto a los actores, ha señalado que cuando comenzó a escribir esta película, pensó en Lacoste y que también quería volver a trabajar con Cluzet. «Quería que estuvieran juntos, son de dos generaciones de actores pero tienen una familiaridad entre ellos y yo ya había creado vínculos fuertes con los dos y creía que se iba a transmitir a su relación», ha apuntado.

«Es como si les hubiera invitado a mi cumpleaños y el afecto que tienen hacia mí contagia sus relaciones y se han llevado muy bien», ha destacado. Además, ha señalado que también busca que los actores se sientan «libres de expresarse» durante el rodaje.

En cuanto a la estructura de la película ha señalado que «no tiene una dramaturgia clásica», esto fue una «decisión inicial». «El personaje principal es un grupo y uno de los objetivos de esta película era asumir la crónica, la verdadera historia, de un grupo en el año escolar», ha explicado.

«Lo cotidiano»

Al respecto, ha indicado que intenta «explorar territorios nuevos». El director ha señalado que ‘Los buenos profesores’ se estrenó hace dos semanas en el Estado francés y está teniendo «muy buena acogida». «Creo que la gente que va a verla se ven atraídos por mis películas porque cuentan algo de la vida diaria, de lo cotidiano, de forma novelesca», ha opinado.

«No es por capricho que hayamos elegido para la película un colegio como se muestra en los medios de comunicación en Francia, donde las cosas no van bien y la Educación pasa dificultades», pero busco «mostrar la cercanía con la gente, que ellos todavía luchan y que se pueden hacer cosas con ganas», ha afirmado.

Además, ha insistido que en las películas puede «contar cosas que se parezcan a la verdadera vida de la gente y que no se hable solo de los dramas de los que se hablan en televisión».

Por su parte, los actores han desvelado que se basaron en profesores de su infancia para preparar los papeles. Así Cluzet ha señalado que tuvo «un profesor de historia muy singular, que decía que en media hora si nos concentrábamos podíamos dar la clase y la otra media hora nos hablaba de cine».

«Fue maravilloso y una gran suerte para mí», ha confesado. Además, ha puesto en valor que Lilti crea «un equipo» en sus películas porque para él todos son «socios» de las mismas. «En ese equipo hay algo de virtuoso al servicio de una exigencia, vemos el trabajo que ha realizado y por eso trabajamos tan contentos con él», ha señalado.

Por su parte, Lacoste ha contado que consultó sus apuntes de matemáticas para preparar el papel porque tuvo un profesor «maravilloso» de esta materia que «tenía una manera muy lúdica de enseñar, con mucho humor». A su juicio, la «gran fuerza» de las películas de Lilti es también «el colectivo, la comunidad, el grupo» que se crea. «Thomas hace películas muy realistas, naturalistas», pero, a diferencia de lo que, a su juicio, suele ser habitual, «no son flotantes, sino que tienen mucha emoción y dramaturgia».

Finalmente, Legbhil ha indicado que también se inspiró en los profesores «más graciosos» que tuvo, porque «el humor en un profesor siempre me ha dado ganas de aprender». A ello ha añadido que trabajar con Lilti «da muchísimo sentido a la profesión de actor, por su compromiso, por la exigencia que nos pide y gracias también al afecto que se genera en sus películas».