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Armenia ratifica su adhesión a la CPI y Moscú critica «una decisión errónea»

El Parlamento de Armenia ha aprobado la adhesión la Corte Penal Internacional, con la que espera contar con mayor protección frente a Azerbaiyán y que le vincula a la orden de detención contra Vladimir Putin. El Kremlin ha advertido a Ereván de que «no tiene nada mejor» que la alianza con Moscú.

Un coche abandonado en la huida de la población armenia de Nagorno Karabaj.
Un coche abandonado en la huida de la población armenia de Nagorno Karabaj. (Emmanuel DUNAND | AFP)

El Parlamento armenio ha aprobado este martes la adhesión del país a la Corte Penal Internacional (CPI), votando a favor de ratificar el Estatuto de Roma (tratado fundacional de la Corte), por 60 votos contra 22.

El Kremlin, que ya había adelantado que consideraría eta medida «un acto extremadamente hostil», ha criticado la decisión «errónea» y ha cuestionado que sea «correcta desde el punto de vista de las relaciones bilaterales».

El Tribunal emitió en primavera una orden de detención contra el presidente ruso, Vladimir Putin, por la «deportación» de niños ucranianos a Rusia, una medida que ahora vincularía a Armenia.

En su reacción, Moscú considera que Ereván no tiene «nada mejor» que la alianza con Rusia, al tiempo que ha condenado una vez más la orden de detención «ilegal» emitida por la CPI contra Putin. La semana pasada el Gobierno ruso dictó a su vez una orden de arresto contra el presidente de la Corte, Piotr Hofmanski.

Con todo, hoy el tono ha sido más suave y el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha insistido en que el paso de Armenia es «una decisión impropia» y ha recalcado que Rusia también tiene «quejas adicionales» para los actuales dirigentes armenios, que ya se las ha comunicado.

Una «solución diplomática» para Putin

Peskov ha indicado que la ratificación del Estatuto de Roma por Armenia hará necesario buscar una «solución diplomática» para Rusia, que no reconoce la jurisdicción de la CPI, aunque la elaboración de un documento bilateral armenio-ruso que permita a Ereván no ejecutar la orden arresto contra Putin es «solo una idea de la parte armenia» y «no está claro cómo podrían ellos garantizar condiciones especiales, exclusiones».

«Desde luego no nos gustaría que el presidente (Putin) tuviera que renunciar a las visitas a Armenia», ha añadido.

Armenia firmó el Estatuto de Roma en 1999 pero no lo ratificó, alegando contradicciones con su Constitución, un obstáculo eliminado desde entonces. Ahora, espera que su membresía le ofrezca protección adicional contra su vecino Azerbaiyán, que acaba de tomar el control del territorio de Nagorno Karabaj tras una victoria militar relámpago, vaciando de armenios el enclave y que aún mantiene conflictos territoriales con Armenia.

El Gobierno armenio, que acusa a Rusia de haberla abandonado frente a un adversario mucho más rico y mejor armado, está ahora preocupada por la seguridad de su territorio y reitera hace meses los gestos de acercamiento a la UE y EEUU, para irritación de Moscú.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha felicitado que «el mundo se está haciendo más pequeño» para Putin.

Crisis interna en Armenia

Pero pese a las declaraciones de apoyo europeas a Armenia, la influencia económica y energética de Azerbaiyán sobre los occidentales tampoco garantizan una mayor protección por parte de los nuevos aliados. 

Aun así, Eghiche Kirakosian, responsable armenio de asuntos de justicia internacional, ha sostenido en el Parlamento que unirse a la CPI «crearía garantías adicionales para Armenia» frente a Azerbaiyán, y que una posible invasión de Armenia «entrará dentro de la jurisdicción de la CPI», lo que tendrá un «efecto disuasorio».

Este paso de Ereván se produce además en un momento de crisis interna, en el que la oposición también reprocha al Gobierno de Nikol Panishian haber abandonado a los karabajíes y no haber sabido gestionar las alianzas internacionales.

Poco antes de la votación, los partidos opositores, que controlan 36 de los 107 escaños del Parlamento, han protestado contra la apertura de los debates abandonando la sesión.

Ereván, que se había acercado a Occidente en los últimos meses, incluso con maniobras militares con Estados Unidos, se sintió decepcionada durante la reciente ofensiva de Azerbaiyán en Nagorno-Karabaj, algo que el Kremlin niega.

Rusia desplegó una fuerza de paz en el territorio hace tres años después de un ataque de Azerbaiyán, pero sus tropas no se movieron durante la última ofensiva relámpago de Bakú, más allá de acoger a desplazados en sus bases.

En total, se registraron casi 600 muertes tras la ofensiva, incluida la de seis soldados rusos, que tampoco provocó la reacción del contingente.

Nagorno Karabaj se ha vaciado. La capital, un escenario surrealista

Desde entonces, Nagorno-Karabaj se ha vaciado casi por completo, con más de 100.000 refugiados –de los 120.000 habitantes que oficialmente viven allí-– que han huido a Armenia por temor a represalias de Azerbaiyán.

Los asaltos de las tropas azeríes a viviendas, cementerios e iglesias, los precedentes de las guerras anteriores, y el discurso irredentista del régimen de Azerbaiyán extienden el miedo en la población armenia, provocando una limpieza étnica de facto.

La capital de Nagorno Karabaj, Stepanakert, es una ciudad prácticamente desierta. Apenas quedan algunos ancianos o enfermos que no han podido escapar, según confirmó el líder de los equipos de la Cruz Roja en un escenario que definió como «surrealista».

«Muy poca gente queda en la zona, por lo que nuestros equipos usan megáfonos para alertar a los residentes que puedan quedar con el fin de que sepan que estamos allí para ayudarles» explicó,

Cruz Roja ha evacuado a unos 200 heridos y enfermos, algunos con signos de deshidratación, anemia y malnutrición.

Armenia critica a la misión de la ONU por «legalizar la limpieza étnica»

La misión de la ONU apenas ha certificado este éxodo masivo, lo que ha provocado la crítica de Armenia. El embajador extraordinario para las negociaciones con Bakú, Edmon Marukian, ha acusado a la misión de Naciones Unidas de intentar «legalizar la limpieza étnica, las detenciones arbitrarias, la destrucción de infraestructuras y otros crímenes perpetrados por Azerbaiyán» y ha reclamado una investigación sobre esta delegación.

La misión de la ONU que visitó el territorio de Nagorno Karabaj concluyó que casi todos sus habitantes han abandonado ya la región con destino a Armenia, pero señaló que no ha detectado «daños ni violencia contra la población o la infraestructura civil».

Mientras, las fuerzas de seguridad azerbaiyanas continúan las detenciones de los líderes políticos y militares de Nagorno Karabaj. Este martes han arrestado otros tres, entre ellos el último presidente del Parlamento karabají, David Ishjanián.