J.S.

Las cooperativas de Ekiola, a punto de comenzar a producir energía renovable

De la docena de comunidades energéticas cooperativas que actualmente impulsa la sociedad Ekiola, tres están ya a punto de comenzar a producir electricidad fotovoltaica. Se trata de las ekiolas de Azpeitia, Leintz Bailara y Mendialdea, cuya construcción ya ha finalizado.

La planta fotovoltaica de Mendialdea, en Arraia-Maeztu, está ubicada en una parcela industrial propiedad del Ayuntamiento.
La planta fotovoltaica de Mendialdea, en Arraia-Maeztu, está ubicada en una parcela industrial propiedad del Ayuntamiento. (NAIZ)

Ekiola es una sociedad público-privada creada por el Ente Vasco de la Energía (EVE) y la ingeniería Krean del Grupo Mondragon, con el objetivo de ofrecer a la ciudadanía la posibilidad de generar y gestionar energía renovable para su consumo mediante cooperativas locales.

A través de acuerdos con municipios y diputaciones, actualmente impulsa un total de doce proyectos en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, de los que tres están ya a punto de comenzar a producir energía: Azpeitia y Leintz bailara, en Gipuzkoa, y Mendialdea, en Araba.

En los tres casos, las plantas fotovoltaicas ya están construidas, y solo falta la obtención de los permisos administrativos para ejecutar la conexión a la red eléctrica.

También se han creado las respectivas comunidades de usuarios, cada una de las cuales reúne a unas 600-700 familias, que no solo accederán a una fuente de energía renovable de kilómetro 0 y de forma más ventajosa, sino que serán ellas mismas las que dirijan y gestionen la cooperativa, apostando por un modelo de gestión integrado: generación, mantenimiento y explotación de su propia energía.

La inversión inicial que debe realizar cada familia asciende a 1.300 euros, una cifra media para un consumo anual de 2.200 kWh, aunque dicha cantidad puede variar en función de las personas que residan en la vivienda, así como si se incluyen aspectos como financiación, deducciones o posibles ayudas del IDAE.

En cualquier caso, los cálculos se realizan de forma individualziada. Para ello, a partir de una factura, se realiza una comparativa del consumo real de los últimos tres años y del que teóricamente tendría el proyecto hora a hora, con el fin de calcular cuántos paneles fotovoltaicos necesitaría cada vivienda para generar el 100% de su consumo y qué inversión le correspondería.

En cuanto al precio de la energía, los responsables de Ekiola subrayan que el objetivo de las cooperativas no es obtener una rentabilidad de la inversión, sino trasladar a la factura el coste de la generación energética, sin intermediarios. Tras realizar los correspondientes análisis económicos, cada cooperativa ha fijado ya el precio de la electricidad, que no llega a los 39 euros MWh, frente a los 46,5 euros del precio de mercado histórico, lo que supone un ahorro mínimo del 16%. Este resultado, según indican sus responsables, puede mejorar según las condiciones fiscales y financieras, así como en función de las posibles subvenciones obtenidas.

Otra de las ventajas de este sistema radica en que se consigue reducir la dependencia de las fluctuaciones de precios del sistema eléctrico, ya que las cooperativas generan a un coste estable.

Abiertas a nuevas incorporaciones
La cooperativa de Azpeitia, con alrededor de 600 familias, tiene ya prácticamente cubierto el número de participantes necesario, mientras que la de Leintz bailara y la de Mendialdea están abiertas a recibir nuevas incorporaciones.

En el caso de la Ekiola de Mendialdea, ubicada en una parcela del polígono industrial Tellazar de Arraia-Maeztu, la Diputación de Araba pretende extender el proyecto, además de a las familias de la Cuadrilla de Montaña Alavesa, a los pequeños comerciantes, autónomos y explotaciones del primer sector que mantengan consumos y necesidades eléctricas similares a las domésticas.

Por su parte, la Ekiola de Leintz bailara cuenta ya con un aval suficiente con el número de socios actual, si bien sus responsables continuarán con la captación de nuevos socios al considerar que la apuesta de cambio cultural y el fomento de energías limpias debe contar con el apoyo de la ciudadanía . «Cuantos más seamos, más sólido y sostenible será este proyecto cooperativo», aseguran.

La inversión total realizada en Leintz bailara ha sido de 1.845.043 euros, cubiertos en gran parte por las ayudas europeas (644.236,80), las ayudas del Gobierno de Gasteiz (63.265,65), la ayuda del Grupo Fagor (334.500) y las aportaciones del colectivo de socios (601.700).

El director de proyectos de la empresa de ingeniería Krean, Hodei Arzak, destaca que estos proyectos de parques solares son «modelos disruptivos» en los que el ciudadano pasa de ser un mero consumidor a ser un agente activo. «Hasta ahora podíamos decidir a qué comercializador comprar energía, pero ese era un modelo pasivo. Lo que queremos es que la ciudadanía pueda participar, de una manera sencilla, en la generación».

Un tamaño de planta ajustado a las necesidades de consumo

Frente a los proyectos de grandes compañías privadas que han comenzado a instalarse en diferentes puntos de nuestra geografía, la principal característica de los parques fotovoltaicos de Ekiola es que, además de constituirse como cooperativas, se han dimensionado con un tamaño ajustado a las necesidades de consumo de la población.

Se trata de parques solares de una potencia media de 1,5 MWp y que ocupan una hectárea de extensión, es decir, algo más que un campo de fútbol. Según explica Hodei Arzak, director de proyectos de la ingeniería Krean, es una ocupación que tiene la finalidad de atender una demanda energética del municipio, no un fin especulativo. «Toda vez que la demanda local es limitada, la ocupación de tierras también será limitada», señala el responsable de Krean.  

En cuanto al tipo de suelo que ocupan, las plantas de Leintz bailara y Mendialdea están construidas en suelos industriales de propiedad municipal, y en Azpeitia, en suelo no urbanizable de uso agrícola. Hodei Arzak admite que lo ideal es construir estas instalaciones en suelos industriales ya urbanizados o degradados, aunque no siempre es posible, ya que es preciso que dispongan de una orografía adecuada para instalar los paneles, buenas condiciones de accesibilidad y una red eléctrica cercana para realizar la conexión. Además, explica que en caso de tener que recurrir a suelos privados, «la viabilidad económica del proyecto puede verse afectada», de tal forma que «no resulta fácil que un emplazamiento reúna todas las condiciones necesarias».

En el caso de Azpeitia, Arzak puntualiza que la hectárea que ocupa el parque solar «representa solo el 0,65% de todos los suelos de alto valor agrológico de Azpeitia». Teniendo en cuenta que esta planta cubrirá la demanda energética de alrededor de 600 viviendas, es decir, el 10% de la población del municipio, «con diez parques fotovoltaicos, la población de Azpeitia sería energéticamente autosuficiente», asegura.

Entre las razones por las que se ha elegido dicha parcela después de haber estudiado otras posibles ubicaciones, los impulsores del proyecto –Ayuntamiento de Azpeitia, Krean S.Coop y EVE– destacan que se trata de un terreno relativamente llano que favorece la implantación de paneles solares, sin necesidad de realizar movimientos de tierras. Esta circunstancia, unida a que la estructura de los paneles no requiere de cimentaciones, permite que, llegado el momento del desmantelamiento, el terreno pueda conservar su estado inicial. Además, dispone de buenas condiciones de accesibilidad y de una linea eléctrica que atraviesa la parcela.