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La Diputación de Bizkaia reconoce la saturación de la red de acogida pero cierra El Vivero

La Diputación de Bizkaia ha reconocido la saturación de la red de acogida de menores no acompañados aunque ha mantenido el cierre del centro El Vivero, con el consiguiente despido de 19 trabajadores. La diputada de Acción Social dice que «necesita tiempo para encontrar una alternativa».

Concentración ante el palacio foral contra el cierre del centro de menores y los despidos.
Concentración ante el palacio foral contra el cierre del centro de menores y los despidos. (Oskar Matxin Edesa | FOKU)

Los sindicatos LAB y ELA consideran que el cierre del centro de menores El Vivero y el despido de los 19 educadores de Landalan que estaban a su cargo no está justificado. Apuntan a que la propia diputada foral de Acción Social, Amaia Antxustegi, ha acabado reconociendo la «saturación» de la red de acogimiento de menores no acompañados en Bizkaia, aunque la jeltzale aduce que «la Diputación necesita tiempo para encontrar una alternativa, pero de momento no tiene nada».

Quince días después del cierre del centro, este lunes se ha hecho efectivo el despido de los 19 educadores de Landalan, que forma parte del grupo Emankor. En este periodo, exponen desde LAB y LAB, las personas afectadas y sus representantes han mantenido diversas reuniones, de las que concluyen que la medida adoptada por el Departamento foral de Acción Social no está justificada. Las y los trabajadores han apuntado a la responsabilidad foral en su despido.

En el periodo de consultas, indican, Landalan ha sostenido que el cierre del centro de menores ubicado en Galdakao es consecuencia de la disminución de la llegada de Bizkaia de menores no acompañados. Desde LAB y ELA se responde que no es cierto, ya que el resto de recursos de la red están saturados. Advierten, por la experiencia de años anteriores, de que otoño «es una época de gran afluencia de menores».

Sí hay saturación

Es más, desvelan que en la reunión mantenida con la diputada foral, Amaia Antxustegi reconoció la saturación de la red, aunque adujo que la Diputación «necesita para encontrar una alternativa, pero de momento no tiene nada». Los sindicatos califican de «incomprensible» la situación.

Lo cierto es que la posición de la Diputación no ha sido coherente. Si en una primera comparecencia ante las Juntas Generales, Antxustegi defendió que el cierre estaba motivado por la necesidad de redimensionar la red de acogida y ser El Vivero un equipamiento pensado para situaciones «excepcionales, en una segunda no descartó que el centro pudiera pasar a formar parte de la red permanente de acogida.

La responsable foral informó en la Cámara vizcaina que han pedido al Ayuntamiento de Galdakao que recalifique los terrenos para llevar a cabo obras en la casa que acoge el equipamiento ahora cerrado.

Además, LAB y ELA informan de que los y las representantes de la plantilla se han reunido con Inspección de Trabajo, que ha expresado dudas sobre el procedimiento llevado a cabo, aunque ahora quede esperar el informe redactado por dicho organismo.