La Putxera, del tren de La Robla al tradicional concurso de Balmaseda
Este lunes se celebra en Balmaseda la 51 edición del Concurso Internacional de Putxeras. Aunque el certamen comenzó en 1971, el origen de la putxera se remonta varias décadas atrás y está ligado al ferrocarril de La Robla que acercaba el carbón leonés hasta la industria siderúrgica vizcaina.
La suerte no acompañó el año pasado a los balmasedanos en su día grande de fiestas. Cuando todo estaba preparado para celebrar la 50 edición del tradicional Concurso Internacional de Putxeras, un incendio -generado al parecer por la caída de una rama sobre el tendido eléctrico- echó al traste toda la fiesta. No era para menos, las fuertes rachas de viento y la sequedad de la vegetación propagaron el fuego con una gran intensidad por toda la parte occidental de Bizkaia y se llegaron a quemar cerca de 500 hectáreas.
Pasado ya ese mal trago, y si ninguna desgracia lo impide, un año después se disponen a celebrar la edición 51 del certamen, coincidiendo, como siempre, con el día grande de las fiestas de San Severino, que este año cae en lunes. Desde las primeras horas de la mañana, las cuadrillas se reunirán alrededor de la iglesia de San Severino para preparar la olla de alubias en un ambiente festivo.
La putxera se trata de un guiso tradicional que se cocina a fuego lento durante horas. La base del guiso son las alubias, que se aderezan con chorizo, morcilla y tocino. Como combustible solo se podrá utilizar, madera, carbón vegetal o mineral.
Los orígenes
El evento, que se celebró por vez primera en 1971, se ha ido convirtiendo en una de las señas de identidad de la primera villa vizcaina (fundada en 1199, cien años antes que Bilbo). Pero el origen de la putxera viene de finales del siglo XIX, cuando las putxeras se convirtieron esenciales en la alimentación de los trabajadores del ferrocarril de La Robla.
Corría el año 1894 cuando fue inaugurado está línea férrea que, con una longitud de 335, km fue el trazado de vía estrecha más largo de Europa Occidental. El objetivo de esta infraestructura era unir la localidad leonesa de La Robla y Bilbo, para hacer llegar el carbón hasta la industria siderúrgica vizcaina que se encontraba en pleno auge.
Muchos balmasedanos trabajaban en el ferrocarril, dado que los talleres centrales de la zona norte se encontraban en esta localidad. Era un trabajo duro, en el que se pasaban muchas horas en el tren. Por lo que, para mejorar las condiciones, idearon una forma de alimentarse caliente. Maquinistas, fogoneros y guardafrenos del ferrocarril comenzaron a ingeniárselas para cocinar durante el trayecto un sabroso cocido a base de alubias, tocino, chorizo y morcilla.
Para ello utilizaron la putxera u olla ferroviaria, que era fácil de transportar e instalar y sus resultados eran muy sabrosos. Se trata de una olla de porcelana o cazuela de barro con tapa, abrazado en su parte alta por un collarín con asas.
Para calentar la putxera, al principió se usaba el vapor que salía de la máquina, pero como el resto de trabajadores no iban en la máquina, inventaron la putxera actual, que incorpora en su parte inferior un espacio para quemar carbón.
Ya en el 1971, cuando esta tradición gastronómica estaba casi olvidada, un grupo de jóvenes balmasedanos quiso recuperar la memoria y organizó para el día grande de las fiestas de San Severino un concurso de cocido de alubias con la putxera ferroviaria como recipiente. Ese primer certamen tuvo 64 participantes y la cuadrilla Lagun-Beti fue la ganadora.
Comida popular
Desde aquel momento, todos los 23 de octubre (menos los dos años de la pandemia covid-19 y la del 2022) se ha celebrado este singular concurso, que este año vuelve con más fuerza. Los primeros años se realizó en la campa del Frontón, pero a mediados de los ochenta se trasladó a la Plaza San Severino.
Cada participante solo puede realizar una inscripción y tomar parte en el concurso con una putxera. Los cocineros se congregan desde las 09.00 de la mañana en la plaza, y hay que inscribirse antes de las 11.00. La presentación de las putxeras será entre las 12.00 y la 13.30 para, una vez elegido el ganador, comenzar a degustar los cocidos en una gran comida popular.
Más allá de los ingredientes a utilizar, que están reglados, los hábiles conocedores de la cocina en olla ferroviaria reiteran la importancia de dos elementos esenciales que no suelen mencionarse en la mayoría de las recetas: paciencia y prudencia.