La ministra española de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, ha avanzado este miércoles que los impuestos extraordinarios sobre la banca y las energéticas han recaudado en su primer año en vigor más de 2.900 millones de euros.
Esta cifra -resultado de los dos pagos y muy cercana a la previsión inicial de 3.000 millones del Gobierno, pese a que se introdujeron cambios que disminuían la capacidad recaudatoria- demuestra que el Gobierno «ha acertado no solo con la figura sino con la recaudación», ha destacado Montero en una entrevista en la Cadena Ser.
El Ministerio de Hacienda ha precisado que el segundo pago, efectuado en septiembre, ha recaudado 1.453 millones -827 millones del impuesto energético y 626 millones del bancario-, lo que eleva el total anual a 2.908 millones -1.644 millones el energético y 1.263 millones el bancario-.
El acuerdo de investidura suscrito por PSOE y Sumar prevé revisar estas figuras tributarias con la intención de mantenerlas más allá de los dos años inicialmente previstos, un proceso que, según Montero, llevará a que «si necesita algún ajuste, lo haremos», incluyendo «si necesita algo para un mayor rendimiento».
Hay que recordar que formaciones como EH Bildu insisten en hacer permanente este impuesto, que en principio se formula desde el Ejecutivo Sánchez con carácter temporal.
Al respeto, la ministra Montero ha destacado que banca y energéticas siguen «presentando cuentas de resultados muy abultadas» a pesar de estos nuevos tributos –«hemos acertado en el sector», ha subrayado– y se ha mostrado confiada en que Hacienda ganará los «recursos interesados» que se han presentado contra ellos. Kutxabank es una de las entidades que ha optado por este camino, decisión que justificó el PNV.
Reducción de jornada negociada
Con respecto al acuerdo para reducir la jornada laboral, la ministra en funciones ha señalado que en el propio acuerdo de investidura se especifica que todas las materias laborales «se van a abordar en el marco del diálogo social».
«Siempre este Gobierno va a dar una opción al diálogo», ha señalado, al tiempo que se ha mostrado confiada en que «el acuerdo va a ser posible, con más o menos entusiasmo por alguna de las partes», en referencia a la reticencia mostrada por la patronal.
Ha recordado que la mayoría de convenios colectivos ya recogen jornadas por debajo de las 40 horas semanales y ha defendido una propuesta que pretende que el tiempo de trabajo «se vaya adaptando a un estilo de vida que permita hacer otras cosas».
Con respecto a la retirada de los vuelos para trayectos con alternativa ferroviaria, Montero ha señalado que será «paulatina» e irá acompañada de incentivos para el uso de un ferrocarril y el desarrollo de una red ferroviaria «confortable y fiable».