Natxo Matxin
Redactor, con experiencia en información deportiva

Un Osasuna quebradizo en los tramos finales y que no termina de cerrar los partidos

En el Benito Villamarín volvió a reproducirse la imagen de ese Osasuna quebradizo que llega a los tramos finales sin la seguridad defensiva de antaño y que no termina de cerrar los partidos.

Rubén García celebra su gol que, a la postre, no serviría para que el cuadro rojillo sumase en el Villamarín.
Rubén García celebra su gol que, a la postre, no serviría para que el cuadro rojillo sumase en el Villamarín. (Manu GÓMEZ | LOF)

«La realidad es que tenemos que mejorar en muchos aspectos», ponía el dedo en la llaga un Rubén García a la finalización del encuentro de Osasuna ante el Betis, en el que de Xàtiva fue el autor del tanto rojillo.

Como ya le sucediera frente al Getafe, a la escuadra navarra se le volvió a escapar la posibilidad de sumar a domicilio al encajar una diana decisiva en el tramo final del choque.

Y es que los de Jagoba Arrasate no están siendo aquel bloque al que el año pasado era muy complicado remontarle –solo lo pudo hacer Barcelona y los azulones precisamente– y que sabía perfectamente cómo cerrar los caminos al rival para impedir sorpresas de última hora.

Por contra, el de este curso es un once que no termina de finiquitar los partidos y que ni siquiera está cómodo defendiendo en propio campo, como sí ocurría el ejercicio anterior, en el que incluso encerrándose en propia área dejaba signos de poder contener cualquier acometida.

Nuevamente un error de concentración y otro a la hora de despejar le penalizaron sobremanera. Quizás fruto del cansancio, los rojillos permitieron al Betis ejecutar rápido y en corto un saque de esquina en el último minuto de juego que pilló un tanto desprevenida a la zaga visitante, en la que Mojica tampoco estuvo acertado a la hora de repeler el balón.

Fallos tácticos e individuales al margen, lo cierto es que Osasuna no despliega en lo que se lleva de campeonato una imagen tan monolítica como de manera bien reciente, si bien en el estadio verdiblanco se afanó en apagar las luces ofensivas locales, aunque fuese a base de faltas.

Bien al contrario, es ahora el cuadro navarro quien llega al tramo final con el miedo en el cuerpo de que pueda recibir un disgusto que mande al traste todo el trabajo realizado durante hora y media.

No solo eso, a este equipo le cuesta horrores recuperarse de los mazazos recibidos, algo con lo que coincide el ejecicio pasado, en el que solo obró una remontada. Ponerse por detrás en el marcador es sinónimo de derrota casi garantizada.

Y eso es lo que le ha ocurrido en la mitad de los encuentros que ha disputado hasta el momento, entre Liga y Conference League, en los que el rival se ha adelantado y ya no se ha sabido revertir dicha situación.

Por ver el vaso medio lleno, lo cierto es que en aquellas ocasiones en las que Osasuna se ha estrenado en el electrónico antes que su rival y ha sabido conservarlo hasta el descanso, los puntos no se han escapado.

Y otro dato positivo es que, pese a la línea irregular del equipo, su situación clasificatoria no se ha resentido del todo. Los pupilos de Arrasate conservan una cómoda ventaja de siete puntos sobre el descenso –y cinco sobre los puestos europeos–, lo que tampoco tiene por qué llevar a un exceso de confianza.

Es un colchón importante, pero que puede verse sensiblemente rebajado con la visita de un Girona colíder, que solo ha perdido ante el Real Madrid y que todavía no ha hincado la rodilla en sus desplazamientos, venciendo en el Pizjuán, Los Cármenes, La Cerámica y Nuevo Mirandilla, además de empatar en Anoeta.

Suficiente tarjeta de presentación como para que Osasuna se ponga las pilas y se prepare para un duro duelo frente a un adversario al que ya derrotó hace no tanto sellando así su clasificación para la Conference League.

Rubén García y Budimir

Con su tanto en el Villamarín, Rubén García igualó a Jon Andoni Goikoetxea y José Mari Lumbreras como goleador histórico defendiendo la camiseta de Osasuna, llegando a las 25 dianas.

El valenciano, que ha pasado de ser pieza básica a ir perdiendo protagonismo en el once en las últimas temporadas, todavía conserva esa chispa y acierto de cara al marco contrario.

De hecho, se sitúa provisionalmente esta campaña solo por detrás de Budimir y empatando con Chimy Ávila en el apartado realizador, sumando con el de ayer su segundo gol liguero, un registro meritorio, teniendo en cuenta que ha disputado la mitad de minutos con respecto a consolidados titulares.

Precisamente la eficacia del ariete balcánico es lo que le ha posibilitado volver a ser convocado con Croacia para los dos duelos oficiales que su selección disputará frente a Letonia en Riga –18 de noviembre– y Armenia en Zagreb –21–.

Una buena noticia para el de Zenica, quien ya reconoció en una reciente comparecencia de prensa que le gustaría volver a defender los colores de su país, pero no tanto para Osasuna, pues el delantero suele resentirse en su rendimiento después de dichas citaciones.