«Cuando pierdes un partido por un gol es inevitable acordarse de los famosos detalles, que han sido muchos». De esta manera ha resumido Quique Domínguez, técnico de Helvetia Anaitasuna, la derrota de su equipo por un gol en casa del Valladolid (34-33) en la rueda de prensa posterior.

El equipo iruindarra ha vuelto de vacío de Valladolid después de desaprovechar una renta de cuatro goles en el minuto 36, ya en la segunda parte (19-23), gracias al buen acierto de Edu Fernández y Ganuza.

Sin embargo, el entrenador local, David Pisonero, ha parado la buena dinámica navarra con un tiempo muerto que ha resucitado a los suyos. Han firmado un parcial de 4-0 para volver a llevar una nueva igualada al electrónico, en concreto a 23 dianas.

De ahí en adelante se han producido otros tres empates a 24, 27 y 28, pero otro parcial local de 4-0 ha abierto una brecha en el marcador que también Domínguez ha intentado conrarrestar con otro tiempo muerto, aunque la diferencia ya sería insalvable.

No le da tiempo

El cuadro local ha seguido mostrando un gran nivel defensivo y el técnico gallego ha vuelto a utilizar el comodín del parón, recolocando a los suyos para encontrar más espacios en ataque.

Anaitasuna ha seguido creyendo y ha anotado, de hecho, tres goles en apenas dos minutos. E incluso ha dispuesto de un balón en el 59 para equilibrar la contienda, pero el portero local, César Pérez, ha parado el lanzamiento de Julen Elustondo y ha sido el Valladolid quien se ha llevado los dos puntos y la cuarta plaza.

No ha podido celebrarlo con una victoria, pero Álvaro Gastón ha cumplido su partido número 300 en Asobal, una cifra que confirma su importante trayectoria deportiva en el club blanquiverde.