Natxo Matxin
Redactor especializado en deporte. Osasuna

Osasuna quiere forzar que el Villarreal iguale su peor racha casera en el presente siglo

Osasuna intentará que el Villarreal –La Cerámica, domingo, 14.00, Movistar– iguale su peor racha casera del presente siglo, provocando la sexta derrota del submarino amarillo, en cuyo banquillo se sentará Marcelino García Toral en su segunda etapa al frente de la escuadra castellonense.

Tanto Osasuna como Villarreal necesitan los puntos para regresar a una línea más regular.
Tanto Osasuna como Villarreal necesitan los puntos para regresar a una línea más regular. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Como en las temporadas 2002-2003, 2014-2015 y 2018-2019, el Villarreal está al borde de sumar su sexto tropiezo casero del curso, una estadística a la que quiere contribuir un Osasuna al que La Cerámica no se le ha dado mal últimamente.

El submarino amarillo, que tiene que compatibilizar la competición doméstica con la continental, está pasando un auténtico calvario en su estadio, donde ya acumula cinco derrotas en siete partidos. Solo ha ganado al Almería y empatado con el Alavés.

Y eso ha tenido sus drásticas consecuencias para los inquilinos del banquillo. La entidad castellonense ya va por su tercer entrenador con apenas 13 jornadas disputadas. Marcelino García Toral se estrenará en su segunda etapa en el Villarreal, tras haber sustituido a Pacheta, quien hizo lo propio con Quique Setién.

Espectador de lujo en esta mini crisis, Osasuna intentará poner su granito de arena para multiplicar esa depresión deportiva y sus recientes resultados en el escenario amarillo –dos victorias en sus tres últimas visitas– no hacen sino que los anfitriones estén con las orejas tiesas, aunque los duelos frente a Marcelino no se le suelen dar bien a los rojillos.

Tampoco es que el equipo navarro esté para echar cohetes. Solamente dos victorias –Alavés y Granada– en once partidos no es un bagaje como para sacar pecho. Su reacción resulta obligada de aquí a final de año para evitarse problemas.

No en vano, el vestuario se ha conjurado para llegar a la veintena de puntos en las cinco jornadas que restan de aquí a que finalice 2023, un plan de mínimos cuyas expectativas podrían verse seriamente aumentadas si se trae la victoria de La Cerámica.

Para ello, habrá que subir enteros en el apartado defensivo, uno de los puntos débiles que está lastrando al cuadro rojillo en este tercio de temporada, y confiar en el buen momento de Ante Budimir, como lo ha plasmado con su selección.

Osasuna es el quinto conjunto más goleado de la categoría, una coyuntura a la que tiene que poner remedio lo antes posible un equipo que siempre ha fraguado su buen hacer en la solidez de su retaguardia.

El técnico rojillo, Jagoba Arrasate, cuenta con las bajas de Darko y Kike Barja, quien sufre molestias musculares. Por su parte, Nacho Vidal que ha sufrido un proceso febril esta semana ha entrado en la convocatoria de 23 jugadores.

Arrasate ha subrayado en la previa que el conjunto navarro se presentará en el estadio de La Cerámica con «ganas de ganar». «Estamos en una situación que una victoria nos vendría muy bien», ha recalcado. El entrenador de Berriatua incidía en que «se trata de encontrar nuestra mejor versión» y ser «regulares en ese rendimiento». «Ya sabemos dónde somos buenos o vulnerables», ha señalado.

Sobre el cambio de entrenador en el Villarreal, ha comentado que «todos sabemos que va a ser un partido muy complicado más allá de si han estado mejor o peor. Sabemos cómo son los equipos de Marcelino, sabemos la calidad que tiene esa plantilla y »que va a ser un partido muy difícil».

Osasuna y Villarreal, caminos de ida y vuelta

En las últimas temporadas, la relación entre Osasuna y Villarreal se ha convertido en un canal fluido de futbolistas, especialmente en dirección a Iruñea. En la actualidad, son tres los jugadores que han militado en ambas escuadras: Moi Gómez, Rubén Peña y Johan Mojica.

El primero recaló en el equipo rojillo a finales de julio de 2022 tras el pago de 1,8 millones, una cantidad hasta cierto punto ridícula para la calidad del alicantino, quien tuvo que salir ante la irrupción de un Baena de vuelta tras su exitosa cesión en el Girona.

El de Rojales impactó casi de inmediato en el equipo, tanto por sus habilidades técnicas, como por su potencia física, y fue uno de los baluartes de la histórica temporada que vivió Osasuna el ejercicio pasado.

Apenas un mes antes también había aterrizado aquí un Rubén Peña que llegaba con más dudas, dado su expediente de lesiones continuadas en el submarino amarillo. Sin embargo, aunque con periodos de ausencias, el abulense también se ha ganado la confianza de Arrasate, tanto jugando de lateral como de carrilero.

Dando continuidad a esa exitosa línea de incorporaciones, este verano Osasuna consiguió la cesión de Mojica, tras tomarse la decisión de concluir con la etapa rojilla de Manu Sánchez. El colombiano ha alternado actuaciones vistosas con fallos defensivos cruciales que seguramente han quedado más grabados en la retina del aficionado que sus aciertos.