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La fiscal dice que, al agredirle, los acusados asumieron la posibilidad de que Coca muriera

La vista oral por la muerte de Santi Coca ha llegado a su última jornada con la exposición de los informes de las partes ante el tribunal del jurado. En el caso de la fiscal, ha defendido que, con la paliza dada al joven, los acusados crearon el «riesgo» y «probabilidad» de matarlo.

Una de las sesiones por la muerte de Santi Coca que ha tenido lugar en la Audiencia Provincial de Gipuzkoa.
Una de las sesiones por la muerte de Santi Coca que ha tenido lugar en la Audiencia Provincial de Gipuzkoa. (UNANUE | EUROPA PRESS)

La fiscal del caso Santi Coca, el menor fallecido en 2019 tras recibir una paliza en el exterior de una discoteca de Donostia, ha asegurado que los cuatro acusados asumieron la posibilidad de que el joven muriera al agredirle en grupo con «puñetazos» y «patadas» en el cuerpo y la cabeza.

Este ha sido el argumento central por el que la representante del Ministerio Público ha considerado coautores de un delito de homicidio por «dolo eventual» con la agravante de superioridad a los cuatro procesados , cada uno de los cuales se enfrenta a una petición de quince años de cárcel además de otras condenas accesorias.

Un quinto procesado quedó en libertad el pasado miércoles, después de que fueran retiradas todas las acusaciones en su contra al no verse incriminado en lo hechos por ninguno de los testigos, mientras que un sexto imputado, conocido como «el argelino», se encuentra huido de la justicia desde meses atrás.

Dolo eventual

Durante su informe ante el tribunal en la última sesión de la vista oral del juicio que se sigue por estos hechos en la Audiencia de Gipuzkoa, la fiscal ha centrado sus esfuerzos en explicar a los miembros del jurado la figura del «dolo eventual».

Ha explicado en este sentido que, aunque los procesados no tuvieran la intención directa de matar a Santi Coca al golpearle, sí pudieron representarse que al agredirle junto a otros, con «puñetazos» y «patadas» en el «cuerpo» y en la «cabeza», de «forma violenta», mientras permanecía tanto de pie como en el suelo, podrían causar la muerte del menor, que en aquel momento tenía 17 años.

«No es que estuvieran pensando que querían matar mientras golpeaban», ha detallado la fiscal, sino que con su actuación crearon el «riesgo» y la «probabilidad» de matar Santi Coca y «aun así» actuaron en la forma en la que lo hicieron.

«Necesariamente» previeron la «alta probabilidad» de acabar con su vida, de forma que «asumieron» su muerte, ha insistido la representante del Ministerio Público, quien ha descartado también que los hechos sean producto de una «imprudencia».

En otro momento de su informe, esta profesional ha mantenido que la hemorragia cerebral que finalmente acabó con la vida de la víctima en el hospital el 28 de abril de 2019, dos días después de la agresión, fue de origen «traumático», ya que, según afirmaron unos de los forenses durante el juicio, si Coca no hubiera sido agredido «no habría muerto».

Hemorragia cerebral

Ha opinado asimismo que la versión de otros forenses que sostiene que el origen de la hemorragia es «indeterminado» responde a «un cambio de criterio» de una médico que participó en el informe final de autopsia debido a que no se pudo encontrar el «vaso» sanguíneo concreto que se rompió y dio lugar al sangrado cerebral que acabó con la vida de la víctima.

La Fiscal ha insistido además en que la paliza que sufrió Coca no fue una «riña tumultuaria» sino una «agresión de muchos» directa y «contundente» contra la víctima, en la que también resultaron lesionados el hermano y un amigo y en la que participaron los cuatro acusados, a los que ha implicado en los hechos por los testimonios directos de varios testigos, corroborados además, a su entender, por las grabaciones de las cámaras de seguridad y las declaraciones de terceras personas.

Por su parte, el abogado de la acusación particular ha dicho que resulta «una auténtica barbaridad» que «atenta contra el sentido común» hablar en este caso de una muerte «natural», después de las «patadas» y los «golpes» recibidos aquella noche por la víctima.

Abuso de superioridad

La acción popular, que ejerce el Ayuntamiento de Donostia, ha incidido en la agravante de abuso de superioridad que, en opinión de las acusaciones, existe en este caso, ya que, a su entender, las posibilidades de defensa de la víctima quedaron «muy limitadas» por el «importante desequilibrio de fuerzas» respecto a sus agresores.

Concluidos los informes de las acusaciones, la vista se encuentra en estos momentos en un momento de receso tras el que tomarán la palabra los abogados de los cuatro acusados. Está previsto que el magistrado presidente del tribunal entregue el próximo lunes el cuestionario con el objeto del veredicto a los miembros del jurado que posteriormente comenzarán sus deliberaciones.

Defensa: La muerte de Coca fue «una desgracia, no un homicidio»

Por su parte, una de los abogados de los cuatro acusados ha indicado que «la muerte de Santi Coca fue una desgracia, no un homicidio». Los abogados defensores, que reclaman la absolución de sus clientes, han presentado este viernes sus informes ante el tribunal del jurado encargado del caso, que previamente ha escuchado las opiniones de las acusaciones sobre la muerte de Coca.

Un quinto inculpado quedó en libertad el pasado miércoles después de que se retiraran las acusaciones en su contra, mientras que el sexto, conocido como «el argelino», se encuentra huido de la justicia desde meses atrás y ha sido la persona hacia la que el resto de las defensas han dirigido sus sospechas.

En esta línea, la letrada del joven de nacionalidad española ha mantenido que «no hay prueba de cargo» en el caso de que permita identificar a su cliente como uno de los autores de la agresión a Santi Coca, cuando además «el que golpeaba sin duda» era el imputado que se encuentra fugado.

Ha afirmado también que resulta «evidente» que «no se buscaba» el «resultado de muerte» del menor ni siquiera como algo «posible», cuando además se trata de algo que «ni los forenses saben explicar». Ha dicho asimismo que no le cuadra «nada» que unos testigos de los hechos hablen de «agresión colectiva», mientras que otros digan que se trató de una «movida» o un «barullo».

La abogada ha opinado que algunos de los testigos que creyeron haber visto patadas durante los hechos lo hicieron tras «reexaminar sus vivencias» después de haber visto el vídeo de las cámaras de seguridad «800.000 veces».

Ha insistido igualmente en que las lesiones que sufrió Coca eran «muy leves» y similares a las que también recibieron otras personas en estos mismos hechos, pero que, sin embargo, «no fallecieron».

Por su parte, el defensor de uno de los dos acusados de origen rumano, primos entre sí, ha detallado que su cliente solo estuvo «presente» en el lugar, sin que exista «una sola prueba» de su participación en lo sucedido, ya que, al igual que su pariente, «solo intervino para separar» a los contendientes.

Ausencia del «argelino»

Este abogado ha subrayado que el autor de la agresión «sin lugar a dudas» es «el argelino» –el acusado que está huido–. Ha alegado finalmente que no existen pruebas de cargo «suficientes» contra su defendido, para el que ha reclamado la presunción de inocencia, al tiempo que ha recordado el principio «in dubio pro reo» por el que ninguna persona puede ser considerada culpable «en caso de duda».

El letrado del otro ciudadano rumano ha comparado este caso con un «suflé», en el que se ha pasado de unas «acusaciones muy duras» de asesinato con agravantes a otras de homicidio únicamente para cuatro procesados, tras haber quedado el quinto en libertad.

Este profesional ha incidido además en que «no existe prueba de cargo» contra su patrocinado que, por otra parte, solo tuvo la intención de «apaciguar los ánimos» en el incidente, mientras que «el argelino», el acusado huido, «tiene mucho que esconder», al tiempo que ha recordado que en los distintos forenses del caso «no se han puesto de acuerdo» respecto a la causa de la hemorragia cerebral que acabó con la muerte de Coca.

Finalmente, el abogado defensor del ciudadano marroquí también ha recordado en su turno que quien tuvo el «incidente» con Santi Coca fue «el argelino» aunque, al estar fugado, «ahora parece que no existe», mientras que se ha situado «el foco» en el resto de inculpados que «no han hecho nada».

Ha puesto de manifiesto que las lesiones que sufrió la víctima fueron «nimias» y ha mantenido que el caso «se habría acabado» si no se hubiera solicitado un segundo informe de autopsia distinto al que en un primer momento atribuyó la causa de la hemorragia cerebral que acabó con la vida de Coca a un origen «indeterminado». Ha reiterado asimismo que su cliente «nunca, en ningún momento, estuvo en el follón».