El domingo en que UPN prometió ser «la peor pesadilla» del PSN
UPN no solo no se baja del monte, sino que ayer trepó hasta la cima. El partido más votado en Iruñea, en vísperas de ser apeado de la Alcaldía a través de una moción de censura, reunió a sus fieles en la Plaza del Ayuntamiento para recordar que ni lo va a olvidar, ni lo va a perdonar.
El escolta Alberto Núñez Feijóo abría paso a empujones para que el líder del PP pudiera colocarse en el centro de la primera fila. El parlamentario de UPN, Juan Luis Sánchez de Muniáin, estuvo rápido para mover la valla para que pudiera colocarse entre los expresidentes Miguel Sanz y Yolanda Barcina. Los regionalistas navarros habían estado mucho más madrugadores y todos los primeros puestos estaban copados por ellos.
La Plaza del Ayuntamiento rebosaba gente hacia la Calle Nueva, San Saturnino y Calceteros. La foto buscada, por tanto, estaba lograda de sobra. Si bien, no hacen falta demasiados asistentes para llenar el emplazamiento. Los 15.000 que afirma la organización e incluso los 10.000 que apunta la Delegación del Gobierno, con toda probabilidad, son sobreestimaciones. Ahora bien, NAIZ no pudo recontar y no puede proponer otra cifra.
En realidad, fueron varios actos en uno. Tanto para Vox –que envió al vicepresidente de Casilla La Mancha, Juan García Gallardo–, como para Feijóo y el PP, su presencia en Iruñea tenía sentido en perspectiva estatal. Iban a la suya, buscando a periodistas conocidos de medios enviados ex profeso a la capital navarra para declarar ante ellos, pasando del resto de profesionales.
Sergio Sayas y Carlos García Adanero, rostros de la disputa entre UPN y PP fueron cuidadosamenta apartados de la foto
Para UPN era otra cosa. Ellos se echaron a la calle para desafiar al PSN. La frase más contundente de todas, la promesa al PSN de que se convertirán «en su peor pesadilla», la hizo la conductora del acto, que dejó muy claro que la concentración era una convocatoria de su partido y que los demás que habían venido tan solo eran apoyos. Omitió a Vox en los agradecimientos.
UPN y PP dieron imagen de unidad. Los rostros que reflejan la pelea abierta entre ambas formaciones, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, ayer fueron cuidadosamente apartados de la foto.
En su discurso, Javier Esparza aclaró que esto es un pulso a ver quién aguanta más. Se refirió a las palabras de Ramón Alzórriz, secretario de Organización del PSN, en la que sostenía que UPN se acabará «arrepintiendo» de haber cortado toda relación con el PSN. «Quienes se acabarán arrepintiendo son ellos», auguró el líder de los regionalistas.
Los nombres de María Chivite y –con diferencia– el de Pedro Sánchez fueron los que más abucheos recibieron
La plaza estaba caldeada, aunque no enardecida. Los nombres de María Chivite y –con diferencia– el de Pedro Sánchez fueron los que más abucheos recibieron.
En cuanto al tono, muy chusco. Gritaron: «¡Escoria, escoria!», rememorando el insulto que el propio Esparza realizó a Chivite en el último pleno del Parlamento. También se vinieron arriba con «asesinos, asesinos», en referencia a EH Bildu. Como nota curiosa, se oyó «Asiron, kanpora!» en un par de ocasiones.
Un detalle descriptivo de lo lejos que está yendo UPN fue la imagen del parlamentario Ángel Ansa, que portaba una pancarta de mano con un lema donde se leía «PSN=Bildu». No va a ser fácil volver a negociar de vuelta al Parlamento.
Ibarrola se despide
Además de tener una lectura en clave política estatal y de la demostración de fuerza que buscaba UPN, el acto también tuvo una clave local, de ciudad, que, a la postre, fue a la que más tiempo se le dedicó.
La alcaldesa Cristina Ibarrola, ovacionada en varias ocasiones, utilizó el acto para criticar al PSN y al PSOE, pero también a despedirse de sus votantes y agradecer a su equipo por el trabajo que ha realizado estos seis meses.
La alcaldesa se despidió entre ovaciones, convencida de que ha sido linchada y de que se había ganado «la calle»
Se mostró convencida de que, en este tiempo, el ayuntamiento que dirige «ha ganado a la calle», y de que cada vez son más quienes les apoyan. Entró a debates concretos sobre los proyectos de Beloso o el del parking de la Plaza de la Cruz. Además, se dijo víctima de un linchamiento continuo desde que llegó al poder.
La plaza la arropó con ovaciones como «Ibarrola, no estás sola» y «Chivite, mentirosa». Bueno, quizás más que la plaza, habría que decir los asistentes, pues en las balconadas no se colgó ninguna bandera de Nafarroa o de España para respaldar el acto.
De entre todas las ventanas y balcones, solo en uno se vio a dos mujeres mayores mostraron adhesión al acto. Había gente en un segundo balcón, al fondo. A él se asomaban periódicamente varios jóvenes en chándal a curiosear divertidos mientras comían pipas.