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La plantilla de Bilbobus sale a la calle el día de Santo Tomás tras dos años sin convenio

Los trabajadores de Bilbobus secundan este jueves una huelga de 24 horas, coincidiendo con la celebración del tradicional mercado de Santo Tomás, con el conflicto que mantienen «muy lejos de que esté en vías de solución», pese a los últimos contactos con la empresa.

Manifestación celebrada este jueves en Bilbo.
Manifestación celebrada este jueves en Bilbo. (Aritz LOIOLA | FOKU)

La plantilla de Bilbobus ha salido esta mañana a las calles del centro de Bilbo para reclamar un nuevo convenio que ponga fin a los recortes de personal y servicios. Se han concentrado de madrugada ante las cocheras, y posteriormente se han manifestado por la Gran Vía, al grito de «Bilbobus en lucha» o «Aburto, esto es un hurto».

Se trata del primer paro de 24 horas, que coincide con la celebración del día de Santo Tomás. Una movilización para, según explicó ELA este miércoles, «exigir a la empresa que revierta la política de recortes abordando las mejoras demandas por la plantilla».

El presidente del comité de empresa de Bilbobus, José Fernández (UGT), ha indicado a Efe que «la mala noticia es que no hay noticia» que permita vislumbrar una solución al conflicto laboral.

De esta forma, el comité mantiene los paros anunciados los días 22 (paro de 4 horas por turno) y 29 de diciembre, en este caso también de 24 horas.

Además, ha anunciado otras 28 jornadas de paros hasta junio, de las que 6 serán de 24 horas y el resto parciales de 4 horas por turno coincidiendo con las horas punta. 

Los días de huelga total serán el 18 de enero, 9 de febrero, 21 de marzo, 8 de abril y 29 de mayo.

El representante de UGT ha señalado que «ahora mismo» los trabajadores ven «muy complejo» alcanzar un consenso y que es «muy difícil» poder llegar a ningún tipo de acuerdo, dado que «desgraciadamente queda muchísimo por recorrer», por lo que no se prevé «de momento» un «acuerdo rápido, inminente o todo lo rápido que fuera deseable».

Fernández ha dicho que las instituciones, que «normalmente son de funcionamiento bastante lento, tienen que tomar parte» en conflicto generado.

En alusión a la reunión celebrada este miércoles con la empresa consesionaria Alsa Transitia, ha reconocido que «solo el hecho de reunirse es importante», pero ha asegurado que aunque haya «un punto de acercamiento en una cuestión social, hay muchas más cosas» y «todavía no hay nada determinado que pueda validarse».

ELA recordó ayer que el 31 de diciembre del año 2021 finalizó el convenio que regula las condiciones de la plantilla, y «desde entonces se ha intentado por distintas vías que la dirección de la empresa se acerque a la reivindicaciones de la plantilla sin ser posible».

«El conglomerado de empresas que gestiona actualmente el servicio, entre las que está el grupo ALSA y las empresa Transitia, son las herederas de la empresa Veolia, que al poco de adjudicarle esta licitación decidieron marcharse por la imposibilidad de gestionar la explotación del servicio con las partidas asignadas», añadió.

E incidió en que «durante los años que los actuales gestores llevan gestionando el servicio de Bilbobus, con dinero público y la tolerancia del Ayuntamiento de Bilbao, se han producido recortes de personal, de servicios, amortizaciones de puestos de trabajo, incumplimientos de convenio, incumplimientos de sentencias judiciales, precarización de las condiciones de trabajo existiendo carga de trabajo, empeoramiento de las condiciones en la prestación del servicio y un largo etcétera que ha culminado con huelgas».

A este respecto, destacó que la plantilla «ha decidido dar un paso al frente para defender sus condiciones, y el deterioro del servicio con el comienzo de huelgas el pasado 23 de octubre, realizando nueve jornadas de huelgas parciales que llegan a la primera jornada de 24 horas el día de Santo Tomas, teniendo aprobado un calendario de movilizaciones que dará continuidad a esta jornada».

Críticas al Gabinete de Aburto

Asimismo, censuró la posición del Consistorio, que «ha salido públicamente a chantajear a la plantilla diciendo que si la plantilla suspenda la huelga rescinde el contrato de la empresa actual, dejando en evidencia la mala gestión pública, la falta de previsión, pero, sobre todo, la falta de tacto para garantizar con una de las mayores partidas presupuestarias municipales el servicio a todos los ciudadanos de Bilbao».

«Queremos poner en valor el trabajo de los más de 600 trabajadores y trabajadoras que de lunes a domingo hacen de este servicio de calidad, pese a los esfuerzos de la empresa gestora en anteponer sus beneficios y la connivencia del Ayuntamiento», indicó.