Iker Bizkarguenaga
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad
Entrevue
Rosa Lavín Ibarra
Presidenta de Konfekoop

«Este es un momento muy importante para el cooperativismo»

Rosa Lavín es presidenta de la Confederación de Cooperativas de Euskadi, y como tal, máxima representante de un espacio empresarial con un fuerte impacto socioeconómico. La recién aprobada Ley Vasca de Empleo no les satisface del todo, pues no garantiza, tal como pedían, su presencia en Lanbide.

Rosa Lavín
Rosa Lavín (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

Habían pedido que la Ley Vasca de Empleo, aprobada el jueves, garantizara la participación de las cooperativas en Lanbide. ¿Por qué?

Entendemos que es una ley necesaria, en tanto da un marco jurídico y ordena las políticas activas de empleo, transferidas hace ya trece años. Es una ley que tiene el foco puesto en el empleo digno y de calidad, que es el que promovemos y generamos desde las empresas cooperativas. En su elaboración, Konfekoop ha sido un agente activo, trasladando nuestra visión y conocimiento a multitud de agentes, y hemos conseguido un avance importante en el reconocimiento de la contribución que hacemos en términos de empleo y de riqueza. En los primeros textos de la tramitación no había mención a las cooperativas, y esta aportación no se veía. Ahora se ha dado un paso adelante, se reconoce el derecho a estar presentes, pero no se garantiza, sino que se deja al albur de un acuerdo con terceras personas que, en principio, puede tener dificultades. Pero estamos convencidos de que Euskadi necesita incorporar sin ambigüedades a las empresas cooperativas en la definición de las políticas activas de empleo.

Entonces, la ley abre la puerta pero no garantiza que las cooperativas la puedan atravesar...

Hay un reconocimiento global de nuestra aportación, pero cuando queremos dar un paso más hacia el reconocimiento en la participación y la representación, nos encontramos con dificultades. Si echamos la mirada atrás, el avance ha sido muy importante, y si en el inicio de la tramitación estábamos en el campamento base, ahora nos hallamos a un paso de alcanzar la cima. Pero estamos ante una ley que no nos satisface plenamente, porque nuestra entrada depende de un acuerdo sobre el que parece que hay gente que es reacia.

 

«Se ha dado un paso adelante, pero estamos ante una ley que no nos satisface plenamente, porque nuestra entrada [en Lanbide] recae en un acuerdo sobre el que parece que hay gente reacia»

 

En el proceso hemos tenido una relación muy estrecha y fluida con los grupos parlamentarios, y ha habido un reconocimiento por parte de todos de nuestra aportación. Y esperamos que una vez aprobada la ley se abra un nuevo camino donde podamos eliminar esas resistencias y podamos trabajar conjuntamente para construir un Lanbide del futuro, con esa mirada cooperativa, un Lanbide diferente.

¿En qué momento se encuentra el cooperativismo vasco?

Se encuentra fuerte. Es un agente clave, no solo a nivel económico sino también a nivel social, tiene unos rasgos propios que le definen, y que le hacen ser un referente no solo aquí, sino a nivel mundial. Es un modelo de éxito.

Estamos hablando de un cooperativismo que es eminentemente empresarial, con músculo financiero, con diversidad cooperativa, tenemos presencia en todos los sectores de actividad, y con densidad, porque también hay un foco importante de cooperativas de trabajo asociado (construcción, industria y servicios), con tasas de innovación del tejido empresarial cooperativo superiores a la media, con cooperativas altamente internacionalizadas...

Por la parte del emprendimiento, vemos año tras año cómo el cooperativismo es un modelo por el cual sigue apostando la gente a la hora de emprender, y que encaja con la juventud, con sus aspiraciones, con sus valores y sus necesidades. Nosotros tenemos una unidad de emprendimiento, Elkarlan, y los datos de los dos últimos años indican que se han creado en torno a trescientas empresas cooperativas en todos los sectores de actividad. Estamos muy satisfechos. Además, queremos desarrollar una cooperativa de impulso empresarial, queremos dar un paso más y crear una especie de incubadora para ayudar a madurar empresas o ideas de negocio que están en un estado más embrionario y darles una mayor seguridad, solidez, antes de que salgan al mercado, para que luego eso redunde en un mayor éxito en el desarrollo del proyecto.

El contexto global no es fácil, con el coste de las materias primas, los tipos de interés... Hay mucha incertidumbre. ¿Les preocupa?

Desde luego, nos preocupa seriamente. Pero lo que sí es cierto es que en los momentos críticos, la crisis de 2008, la crisis que arrancó en 2020 con la pandemia, ahora con este contexto geopolítico, gracias a las características propias del modelo conseguimos ser más resistentes y más resilientes. Nos permite ser más flexibles en las decisiones, y el compromiso de las personas socias nos hace ser más ágiles y salir más airosos, con una mayor rapidez en la recuperación.

Otra cuestión a poner en valor es la política empresarial de sostenibilidad hacia el futuro. La política de reinversión de beneficios, de capitalización de resultados, de apostar por la formación, la inversión, la innovación... Nos hace estar en mejores condiciones en momentos de tensión, pero también nos sitúa en mejor situación en la parrilla de salida a la hora de la recuperación.

Ha mencionado la crisis de 2008, desde entonces la situación económica ha tenido altos y bajos, pero no llega a encadenar años de estabilidad. ¿Va a ser imposible volver a una situación parecida a la que había hasta hace 15 años?

Efectivamente, estas situaciones de inestabilidad e incertidumbre han llegado para quedarse. Y ante contextos distintos, las medidas van a tener que ser distintas y los resultados también lo serán. Pero me gustaría resaltar que  del año 2020 hasta aquí, estamos viviendo a nivel de modelo cooperativo y de economía social uno de los momentos más importantes a nivel europeo e internacional. En 2021 se aprueba el plan de acción europeo de la economía social, que despliega sesenta acciones, con sus medidas y objetivos, y a partir de ahí han emanado una serie de resoluciones y recomendaciones que redundan en fortalecer nuestro modelo y la economía social en general.

Por ejemplo, en 2022 hubo una resolución de la OIT que apostaba por el empleo digno, estable, inclusivo y ponía de ejemplo el modelo cooperativo y de economía social. También hubo una resolución de la OCDE que instaba a los gobiernos a generar el marco económico, financiero, político y jurídico para impulsar las empresas cooperativas, y hace solo unas semanas hubo una resolución de la Comisión Europea donde se insta a los gobiernos de la UE a impulsar el modelo cooperativo y la economía social, porque son parte de la solución para los retos actuales y los desafíos que vendrán en el futuro. Además, la estrategia europea de industria marca al modelo cooperativo y de la economía social como uno de los catorce ecosistemas de innovación. Por eso, creo que somos un modelo no solo necesario sino imprescindible para afrontar los retos presentes y futuros.

 

«O la economía es más social o no hay futuro. La democracia no se puede quedar en la vida social y en la vida política, la democracia tiene que entrar en las empresas, y debemos trabajar con criterios de igualdad, de equidad, de responsabilidad y ayuda mutua»



Hace un año se vivieron momentos turbulentos con la salida de Orona y Ulma del Grupo Mondragon. ¿Cómo les va?

Fue una cuestión muy mediática, pero para mí lo que prevalece es el fondo sobre la forma, para mí lo importante es que eran empresas cooperativas y son empresas cooperativas, donde se toman decisiones de una forma participativa, democrática, con transparencia. Están altamente arraigadas en su entorno y comprometidas con el lugar donde trabajan, son empresas internacionalizadas, referentes en su sector, con cifras de crecimiento. Y por la parte de Mondragon Corporación, la misma situación; sigue siendo el primer grupo empresarial vasco, el séptimo a nivel del Estado español, es un referente a nivel mundial y es el caso vasco de éxito que se estudia en escuelas de negocio de todo el mundo. La situación es francamente buena para todas ellas.

Más allá de la situación concreta de las cooperativas, ¿cuáles son los principales retos de la economía vasca en el futuro más inmediato?

Lo que pienso es que o la economía es más social o, si no, no hay futuro. En el mundo cooperativo tenemos muy arraigado el concepto de legado. Para nosotros la empresa cooperativa es un legado; estás en ella durante un tiempo, eres socia, trabajas, te implicas y te comprometes, pero te comprometes también con dejarlo en mejores condiciones que las que te has encontrado, no solo a nivel económico, sino a nivel social. Creo que este concepto de legado hay que trasladarlo a la economía. Entre todos y todas tenemos que fijar criterios más sociales, de más participación, de más democracia... La democracia no se puede quedar en la vida social y en la vida política, la democracia tiene que entrar en las empresas. Tenemos que trabajar con criterios de igualdad, de equidad, de responsabilidad, de ayuda mutua.

En los últimos tiempos hemos podido ver cómo los modelos de empresa tradicional quieren transitar a modelos de más participación, de mayor implicación de las personas trabajadoras, quieren ser más sostenibles, más inclusivas... Y no hay que inventarse nuevos modelos, ese modelo ya existe y es el modelo socioempresarial cooperativo.