La reunión de esta tarde de viernes entre los cuatro partidos que pretenden conformar una coalición que agrupe al «espacio» de la llamada izquierda confederal ha acabado sin acuerdo. En este contexto, la dirección de Podemos ha hecho público un comunicado en el que propone que, si no se llega a una posición común, «solo queda una opción de respuesta: el refrendo popular», buscando la fórmula para que voten todas las bases.

La formación morada asegura que «es fundamental que las personas que representen nuestro programa sean las más capaces y personifiquen todos los valores que queremos transmitir». Y, por ello, insiste en que la mejor candidata es Miren Gorrotxategi, porque «reúne la experiencia, el perfil profesional, académico y lingüístico necesarios, además del aval que supone su elección a través de un proceso de primarias».

Entre tanto, Sumar Mugimendua sigue defendiendo a su aspirante, Alba García. Podemos sostiene en su comunicado que, precisamente, «el gran problema» de la «reconfiguración de nuestro espacio» es la «irrupción de Sumar Mugimendua». Habrá nuevas reuniones.

Una situación difícil

A la cita ya se llegaba en una situación muy difícil, tanto por la historia que arrastra Podemos como por lo que viene ocurriendo en las últimas semanas.

Por un lado, es preciso tener en cuenta que la dirección de Sumar Mugimendua es, en este momento, la que lideraba Podemos Euskadi hace cuatro años, cuando el entonces secretario, Lander Martínez, propuso a Rosa Martínez, que había dejado Equo y coordinaba el grupo parlamentario, como candidata a lehendakari. Pero esa lista fue vencida por la que encabezaba Miren Gorrotxategi. Eso provocó la dimisión del equipo que entonces estaba al frente de Podemos y la nueva dirección sustituyó a todos sus parlamentarios. Aquellos dirigentes dimitidos y parlamentarios que no repitieron están ahora al frente de Sumar.

Por otro lado, que Sumar Mugimendua haya presentado como candidata a lehendakari a Alba García, que hasta ese mismo momento trabajaba para Podemos, ha sido interpretado por el partido morado como una «deslealtad». En la maniobra se aprecia similitud con la de Yolanda Díaz de ofrecer un ministerio a Nacho Álvarez. Con la diferencia de que Álvarez no tragó el anzuelo y volvió ayer mismo a su trabajo de profesor en la Universidad Autónoma de Madrid, mientras que Alba García ha admitido enfrentarse a sus hasta ahora empleadores.

A esto debe sumarse que en el ámbito estatal Podemos se siente menospreciado por Sumar, lo que ha llevado a la escisión en el grupo del Congreso, la no concurrencia en común a las autonómicas gallegas y el «sabotaje» al decreto de Yolanda Díaz sobre la reforma del subsidio de desempleo.

Cada uno de los cuatro partidos que conforman la coalición han nombrado su propia candidatura a lehendakari, lo que da lugar al detalle surrealista de que haya más candidatos a lehendakari que parlamentarios les adjudican las últimas encuestas.

En realidad, lo que está en juego es cómo repartirse la cara que hará de imagen de marca aunque se hable de candidatura coral, quiénes podrán aspirar a formar parte del grupo parlamentario y cómo se constituirá el equipo de asesores que los acompañe en la Cámara autonómica. Y, todo ello, en un momento de repliegue de las expectativas electorales.