Lo que al principio de la legislatura podía parecer casi imposible, se ha logrado justo cuando las elecciones ya se ven en el futuro más cercano. PNV-PSE y EH Bildu han anunciado conjuntamente un acuerdo sobre la Ley de Transición Energética y Cambio Climático que aseguran que han logrado «abstrayéndonos del contexto preelectoral y elevado el foco». También resulta destacable que los tres grupos, los dos del Gobierno y el principal de la oposición, aseguran que «podemos decir que el proyecto de ley ha sido sustancialmente mejorado y enriquecido».
Además, todos los firmantes coinciden en que «con esta ley se pone un suelo mínimo común para acelerar la Transición Energética y el Cambio Climático».
Con un texto conjunto leído por partes, el acuerdo ha sido presentado por los parlamentarios Unai Grajales, del PNV, Alberto Alonso, del PSE, y Mikel Otero, de EH Bildu. Este último, ha subrayado que «la ley aborda la Transición Energética y las Políticas de Cambio Climático de una manera integral. Así, se centra en aspectos generales, en principios de actuación, en orientación, etcétera... Y también entra a detallar aspectos muy concretos de la transición energética».
Satisfacción de EH Bildu y concreciones
Cabe recordar que antes de empezar las negociaciones, EH Bildu insistió en que la ley debía recoger un plan de desinversiones en combustibles fósiles y concretar mecanismos de financiación para las acciones a desarrollar. Preguntado sobre si entienden que se cumplen esos principios, Mikel Otero ha dicho que sí, mostrándose muy satisfecho al respecto, aunque no hayan conseguido todos sus objetivos, como es normal en una negociación.
A preguntas de los periodistas, el parlamentario de EH Bildu ha asegurado que «nuestro objetivo era transformar un proyecto que no nos gustaba en una buena ley» y considera que lo han logrado. Se han fijado «objetivos intermedios» combinando «ambición con realismo».
Otero ha explicado que durante la tramitación «el marco de gobernanza ha sido notablemente mejorado» y ha destacado, «además de la creación de una Oficina climática o la Asamblea del Clima, la creación de un comité científico, o la puesta en marcha de un proceso deliberativo para alcanzar un gran Pacto Social por el clima...».
En cuanto a la financiación, Otero ha explicado que la ley establecerá que los presupuestos vascos deberán destinar al menos un 2,5% del total para acción climática» y «se fija también un canon anual para las instalaciones renovables» que las empresas que pongan parques fotovoltáicos, según el terreno ocupado, o eólicos, en función del número de generadores y su potencia, tendrán que pagar y además con carácter finalista «destinado principalmente a compensaciones socio-ambientales de las zonas afectadas». Se aplicará a partir del 1 de enero de 2025.
Además, quien pretenda poner en marcha una instalación, sea de iniciativa privada o pública, deberá ofrecer «al menos un 20% de la propiedad» a la ciudadanía o empresas de la zona afectada.
El parlamentario de EH Bildu ha destacado que «tal vez lo más importante» de la ley es que «se establece un rumbo claro de desinversión de combustibles fósiles de la administración vasca. Habrá, antes del fin de la década, un abandono de los activos públicos vinculados a la exploración y explotación de hidrocarburos, así como de los activos de generación eléctrica vinculados a los combustibles fósiles». Mikel Otero ha incidido en que «no solo eso, el dinero obtenido de esas enajenaciones se quedará en el EVE, básicamente para reinvertirlo en energías renovables. Es el impulso definitivo e irreversible para que el EVE sea un potente motor de la transición a las energías renovables».
El comunicado conjunto
El comunicado firmado por las tres fuerzas considera necesario «recalcar que estamos ante una ley marco, ya que incide especialmente en la transformación del sistema energético, pero también aborda otras políticas importantes en el proceso de descarbonización y de lucha contra el cambio climático». Ha explicado que «la definimos como una Ley Marco porque emplaza a múltiples desarrollos reglamentarios, que, en todo caso, quedan acotados en el tiempo».
Unai Grajales, del PNV, ha señalado que «este acuerdo es fruto de un largo de proceso de negociación y un intenso trabajo que se ha intensificado durante las últimas semanas». Los partidos destacan que «los grupos que hemos alcanzado este acuerdo hemos logrado abstraernos del contexto preelectoral y elevar el foco, puesto que nos parecía muy importante terminar la legislatura con la aprobación una buena Ley de Transición Energética y Cambio Climático».
Por parte del PSE, Alberto Alonso ha explicado que «todos los grupos parlamentarios teníamos claro que el texto original iba a resultar bastante modificado, puesto que tanto las formaciones que sostenemos al Gobierno como EH Bildu habíamos presentado más de 200 enmiendas parciales». Según el texto de los tres partidos, con la aprobación y transacción de enmiendas, «el proyecto de ley ha sido sustancialmente mejorado y enriquecido».
Con el acuerdo alcanzado, la ley no es la que hubiera planteado cada uno de los partidos si hubiera podido redactarla en solitario, pero PNV, PSE y EH Bildu entienden que «sí supone lograr una buena ley que contiene los consensos básicos para las futuras políticas energéticas y climáticas». El Departamento de Arantxa Tapia también ha participado directa y profundamente en las negociaciones de este acuerdo.
El buen ambiente entre los partidos que han suscrito el acuerdo se ha traducido en que a pesar de la pregunta de los medios de comunicación, no han querido entrar en las declaraciones del CEO de Repsol, Josu Jon Imaz en el Foro de Davos, prefiriendo centrarse en la aprobación de la ley.