Periodista, especializado en información cultural / Kazetaria, kulturan espezializatua
Entrevue
Lola Quivoron
Cineasta

«Nuestros deseos tienen la misma capacidad para definirnos que nuestras acciones»

Nacida en París, en 1989, debutó en la dirección en 2015 con su corto ‘Son of the Wolf’ estrenado en Locarno y nominado a los Premios del Cine Europeo. Su debut en el largometraje, ‘Rodeo’, que llega ahora a las salas, ganó el Premio del Jurado de la Sección Un Certain Regard en Cannes.

La cineasta Lola Quivoron.
La cineasta Lola Quivoron. (CORTESÍA DE CARAMEL FILMS)

Lola Quivoron pertenece a esa nueva generación de cineastas francesas que ha emergido de entornos alejados a los de la clase media para contar, a través de sus películas, esa experiencia en los márgenes que, hasta hace poco, otros contaban por ellos.

Su ópera prima, ‘Rodeo’, llega ahora a las pantallas casi dos años después de ser una de las sensaciones del Festival de Cannes. A través de esta historia de moteros, extrarradio y competiciones clandestinas, la cineasta lleva a cabo una reflexión sobre la necesaria reasignación de los tradicionales roles de género.

¿De dónde surge su fascinación por esa subcultura de las motos y las competiciones clandestinas que refleja en la película?

Es un mundo que conocí en 2015 a través de un video, donde vi a alguno de estos jóvenes haciendo figuras con sus motocicletas, y aquello me fascinó, no solo por su espectacularidad sino también como expresión artística. A partir de ahí quise conocer más de esa cultura y, sobre todo, explorar los vínculos de familiaridad existentes entre quienes integran esas comunidades de practicantes, por así decirlo. Porque yo intuía que ese mundo representaba una suerte de subcultura urbana, pero lo que ignoraba es que dentro del mismo se habían generado una suerte de clanes.

Así que me puse en contacto con uno de los líderes de la asociación de motocross sobre asfalto de Francia y conseguí que me invitaran a pasar varios días con ellos. Desde el momento en que pisé la carretera, y vi a treinta moteros, con sus vehículos tronando a las afueras de la ciudad, consiguieron transmitirme su pasión.

‘Rodeo’, por lo tanto, es el resultado de los siete años que pasé en ese mundo tejiendo vínculos de amistad, es una película donde he querido reflejar la mirada interior que hay dentro de estas personas pero también proyectar sobre ellos una mirada externa, y de esas tensiones fue emergiendo la historia de la película.

«Es raro que este tipo de personajes de mujeres fuertes, jóvenes, con iniciativa y sin prejuicios, tengan presencia en el cine»

No sé si esa experiencia en primera persona le sirvió para diseñar el personaje de Julia, la protagonista del filme, porque lo cierto es que llama la atención que haya elegido a una mujer joven para reflejar un universo hipermasculinizado como el que aborda en ‘Rodeo’.

Hay muchas cosas de mi propia experiencia en el personaje de Julia, eso es cierto, pero también lo es que dicho personaje no está directamente inspirado en mí, sino en una chica motera a la que conocí durante un verano que pasé en las carreteras. Fue una presencia efímera, ya que al terminar el verano ella desapareció, pero su fantasma siempre me acompañó y fui perfilando a la protagonista de mi película a partir de su recuerdo. Lo que me interesaba justamente era la excepcionalidad que supone un perfil como el suyo en un universo fuertemente codificado e hipermasculinizado. Siendo raro encontrar a una mujer en un ambiente así, más raro aún resulta que este tipo de personajes de mujeres fuertes, jóvenes, con iniciativa y sin prejuicios, tengan presencia en el cine.

¿Y cómo trabajó este perfil de personaje con la actriz Julie Ledru?

Encontrar a Julie fue lo que terminó por dar sentido a la película y al personaje de Julia, porque si bien es verdad que este está inspirado en aquella chica que conocí y alimentado con mi propia experiencia, fue Julie la que terminó por dar forma a Julia.

Me atrajo su carácter irreverente y lo alejada que está de ese perfil de mujer construido para seducir al hombre. Al contrario, tanto Julie, la actriz, como Julia, el personaje, son vehementes en la expresión de un deseo que se manifiesta al margen de miradas masculinas, eso las hace ser mujeres muy opacas, envueltas en un halo de misterio y con mucha ira a la hora de hacerse presentes en ese universo tan masculinizado.

Encontrar a Julie fue una especie de milagro, porque fue como si la ficción que yo tenía en mi cabeza se encarnase en el mundo real. Tuve una conexión inmediata con ella.

Fotograma de ‘Rodeo’. (CORTESÍA DE CARAMEL FILMS)

¿Dónde localiza esa conexión que tuvo con Julie hasta el punto de construir juntas el personaje?

Cuando la conocí me identifiqué enseguida con su soledad, con todos los monstruos que anidaban en su interior. Hablamos mucho, de nuestros sueños, de nuestras pesadillas, de nuestra adolescencia en barrios marginales… Yo creo que nos sentimos reflejadas la una en la otra y eso me fue muy útil para conferirle sus características al personaje de Julia.

De hecho, el personaje de Julia, y la propia película en sí, combinan un lado muy místico con una vertiente muy orgánica. ¿Cómo trabajó esa espiritualidad en un contexto tan realista?

Bueno, a pesar de ese contexto, ‘Rodeo’ no es un filme naturalista; de hecho, a mí me gusta decir que es una película ‘sobrenatural’ en el sentido de que, más allá de limitarnos a retratar una realidad, lo que hacemos es crear una realidad. Como tal, sin ser una película adscrita al género fantástico, hay elementos de dicho género que emanan, precisamente, de esa espiritualidad que tiene la protagonista, de su imaginación, de su paranoia.

Para mí era muy importante contar la película apelando a ese punto de vista subjetivo, porque Julia es un personaje que escapa de los márgenes de lo convencional y, cuando se nos revela a través de su fantasía, generando esos vínculos entre la vida y la muerte y entre lo real y lo imaginado, es cuando podemos conocerla mejor, pues es ahí cuando el espíritu del personaje se hace presente.

Eso fue lo que me llevó a contar la película en un registro sobrenatural, el hecho de que, para mí, nuestros sueños o nuestros deseos, aunque no sean reales, tienen la misma capacidad para definirnos que nuestras acciones.

«Encontrar a Julie [Ledru] fue una especie de milagro, fue como si la ficción que tenía en mi cabeza se encarnase en el mundo real. Tuve una conexión inmediata con ella»

En este sentido, Julia asume una naturaleza casi alegórica. En ocasiones parece como si fuera un ángel vengador contra las estructuras del patriarcado.

Es una reflexión muy acertada porque Julia, efectivamente, es un personaje que emerge en un entorno donde no se la espera y en el que va a abrir una brecha de la cual emergen fantasmas y una suerte de relato alternativo.

Es un personaje que tiene mucha velocidad, que siempre va un paso por delante del resto y que acaba contagiándolos a todos con su violencia, pero también con su ternura y su bondad. Desde este punto de vista, Julia puede asumirse como una representación de esa coraza que muchas mujeres se endosan para luchar contra su soledad y, simultáneamente, por conseguir que se les reconozca otra manera de estar en el mundo rebelándose contra el dominio patriarcal y buscando huir de su propio estereotipo, de su propia jaula.

Las secuencias de acción de la película también reflejan ese carácter alegórico que posee el relato, hasta dar a la historia una nueva dimensión más allá del relato naturalista. ¿Fueron difíciles de rodar?

Sí, tanto desde un punto de vista técnico como narrativo, porque aunque no se trate de una narración realista, quería que esa energía que transmitían esos grupos de moteros que intervienen en la película, estuviera ahí. Como tal, mas allá de planificar esas secuencias, el reto fue permitir que la realidad entrara en ellas y, en cierto modo, dejarnos llevar. Pero a la vez fue importante garantizar la seguridad de todos los que intervenían en ellas y eso te lleva a prepararlas de un modo exhaustivo.

Son secuencias que creo que reflejan muy bien esas tensiones en las que se mueve la película, de un lado conseguir un relato muy orgánico, muy real pero, a la vez, trascender los rigores de la representación naturalista.

«Julia es un personaje que emerge en un entorno donde no se la espera y en el que va a abrir una brecha de la que emergen fantasmas y un relato alternativo»

‘Rodeo’, a pesar de ser una ópera prima, es un filme que bebe de fuentes dispares y eso redunda en su solidez. ¿Qué influencias ha manejado a la hora de construirlo?

Me ha inspirado mucho en el cine negro clásico, en películas como ‘Al rojo vivo’, con James Cagney, donde hay una revisión de los arquetipos de género a través de la conexión emocional que el protagonista mantiene con su madre.

Luego, también hay influencias más contemporáneas como la de ‘Taxi Driver’: el modo en que el personaje de De Niro se enfrenta a su soledad, con esa ira y con esa violencia, están en el personaje de Julia. Y luego, claro, un filme como ‘Thelma y Louise’ también fue muy inspirador de cara a conferir a mi protagonista ese carácter alegórico que comentabas antes.

De todas maneras, creo que en mi siguiente película esas influencias cinéfilas van a aflorar de un modo más claro. Va a ser un filme de gánsteres protagonizado casi exclusivamente por mujeres, en el que me gustaría reflejar algo de mi propia experiencia, y de la de mi familia, vinculada a los ambientes carcelarios.