Fiel a su espíritu inquieto, Imanol Arregi apenas ha aguantado medio año sin saborear la adrenalina del banquillo. El entrenador de Irurtzun ha hecho oficial que durante los tres próximos cursos dirigirá al Nagoya Oceans, la mejor escuadra nipona en la actualidad.

Una vez solucionado todo el aspecto burocrático, el técnico navarro ya tiene previsto volar este mismo miércoles en dirección al país nipón, acompañado de su familia, con el objetivo de aclimitarse lo antes posible, dado que el equipo iniciará los entrenamientos el próximo 8 de abril.

Imanol no aterrizará de nuevo en dicho club, ya que lo conoce de la etapa en la que fichó a Tomoki Yoshikawa –julio de 2015–, jugador que forma parte de la plantilla del Nagoya Oceans, época en la que ya entrenó durante varias semanas al filial.

La exigencia va a ser máxima para el preparador de Irurtzun, pues se trata del mejor equipo de Japón en estos momentos, que logró el triplete durante la campaña pasada. «Es algo así como si aquí firmase por el Barcelona. Existe la obligación de ganar y voy a currar a tope para que el equipo juegue bien», se ha comprometido.

Tampoco va a tener mayores complicaciones con el idioma, pues el plantel está conformado por algunos jugadores japoneses que han militado en la liga estatal, así como varios brasileños, entre ellos el exXota Andrés.

«Estas últimas semanas ha sido una especie de montaña rusa de sensaciones. Por un lado, la ilusión de acometer un nuevo proyecto en un club que es una pasada a nivel de estructura y organización, pero, por otro, cierta tristeza por abandonar tu tierra, tu familia y tus amigos», ha reconocido.

Arregi ha desvelado que ha recibido ofertas de clubes de la liga estatal, «pero mi conciencia no me permite ahora mismo enfrentarme al Xota, me sentiría muy raro estando en el otro banquillo en el pabellón Anaitasuna».

Además, «mis amigos ya saben que siempre me ha picado el gusanillo de entrenar en Japón, me gustó mucho lo que vi allí en su momento y ahora era el momento de probar una nueva experiencia».

Después de Tokio y Osaka, Nagoya es la tercera ciudad más poblada del país nipón, pues su área urbana engloba a 9,5 millones de habitantes, lo que da una idea del salto cuantitativo que va a tener que dar Arregi.

«Pensaba que con los clínics se me iría pasando, por eso fui en noviembre a Costa Rica, pero sabía lo que me iba a pasar una vez comenzase la temporada. El mono de mi enfermedad iba a más», ha admitido en relación a su dependencia de los banquillos.

Ha apuntado que la liga japonesa «ha subido mucho desde que estuve allí», un campeonato en el que se busca promocionar al jugador local, ya que las plazas de extranjeros se limitan a tres.

Aunque dispondrá de una plantilla amplia, Arregi ya ha sido conocedor de los primeros contratiempos, pues dos piezas básicas han sufrido lesiones graves de manera reciente.

Tratará de suplirlos con algún fichaje que ya tiene confirmado –«no es un jugador de Xota, no se me ocurriría hacerlo», ha matizado–, además de que el brasileño Darlan no continuará en la disciplina de Nagoya Oceans.

La temporada oficial para el conjunto nipón comenzará el 13 de mayo con la disputa de la Copa Oceans y el primer fin de semana de junio se iniciará el campeonato liguero, del que forman parte doce conjuntos.

Posteriormente habrá un parón durante los meses de agosto y septiembre como consecuencia del Mundial y el 26 de marzo de 2025 finalizará la liga, tras la disputa de los playoffs entre los seis primeros de la clasificación.