Joseba Iturria
Periodista deportivo. Real Sociedad y ciclismo

El peaje y el premio por disputar tres competiciones con un once básico

La Real pasó en siete días de la depresión tras la cruel eliminación de las semifinales de Copa al agradecimiento mutuo entre equipo y afición tras asumir en los octavos de la Champions que el PSG de Mbappé está muy por encima de un conjunto que vive su peor momento con Imanol.

La afición de la Real apoyó a su equipo ante el PSG cuando más lo necesitaba.
La afición de la Real apoyó a su equipo ante el PSG cuando más lo necesitaba. (Jon URBE/FOKU)

Imanol y Remiro se mostraron emocionados tras la eliminación de la Champions League ante el PSG por el apoyo que recibió la Real de sus aficionados a pesar de que llevan sin ver una victoria de su equipo en Anoeta desde el 26 de noviembre, ocho partidos. No dejaron de animar a sus jugadores ni cuando Mbappé anuló cualquier ilusión de remontada con su gol inicial ni por la superioridad insultante del equipo de Luis Enrique en el primer tiempo.

El técnico oriotarra reconocía al final del encuentro que la Real no vive su mejor momento y que es el peaje asumido por disputar las tres competiciones a tope, algo de lo que no se arrepentía porque es lo que le ha dado resultados desde su llegada al banquillo.

Muchos equipos no dan la importancia de Real y Athletic a la Copa porque es la que menos aporta en lo deportivo y lo económico, solo a los finalistas, con un título y una plaza en la Eurooa League para el ganador y una buena inyección económica también para el subcampeón por jugar la final y la Supercopa.

Esa apuesta ha dado un titulo y una semifinal en la que, sin estar bien, la Real debió pasar a la final porque el Mallorca solo envió un balón entre los tres palos en 240 minutos de eliminatoria y porque el balón de Tierney pasó la línea de gol y el VAR no ordenó repetir el penalti fallado por Brais cuando un defensa había entrado en el área.

Europa y la Liga, lo importante

En competición europea hay mucho dinero en juego y la Real ha superado siempre lo presupuestado al superar las fases de grupos, con un primer puesto y un juego espectacular esta temporada en la Champions. Además en Liga lleva cuatro clasificaciones europeas seguidas y en su peor temporada con Imanol se encuentra a solo dos puntos de la sexta plaza que permitiría lograr otro billete para Europa.

Los resultados hasta ahora hacen buena esa apuesta de Imanol, tiene premio, pero el problema es que disputar todos los partidos a tope con un once titular que es el que más minutos acumula en la Liga tiene un peaje en forma de lesiones y de desgaste físico y mental. Además la exigencia del oriotarra en los entrenamientos y los partidos es muy grande, se apura al límite y los jugadores juegan infiltrados, tocados y con pocos entrenamientos tras superar las lesiones.

En los cinco años de Imanol se ha repetido la misma historia. La Real empieza siempre bien, supera las fases de grupos en la competición europa y está en los primeros puestos en la Liga. Pero luego vive un bache de juego y resultados.

Esta temporada el bajón es mayor, nunca ha encadenado una racha de una victoria en diez partidos o de cinco derrotas y la eliminación copera en los siete más recientes, porque ha llegado a semifinales de Copa. El primer año de Imanol no jugaba en Europa cuando logró el pase a la final, con el desgaste que eso supone en los meses de enero y febrero al habitual bache que suele empezar en noviembre o diciembre.

Ocho puntos menos que el año pasado

Eso ha impedido a la Real competir mejor en las eliminatorias europeas tras superar la fase de grupos, las ha perdido todas desde que se implantó este sistema, y la coincidencia con la Copa y la Champions provoca que la Real lleve solo 40 puntos en 27 partidos, la peor marca con Imanol, ocho menos que la temporada pasada, en la que el parón del Mundial evitó el bache.

La cuestión es si se puede evitar ese bajón. Se habla mucho de la planificación de la temporada de la poca aportación de los delanteros centros como si fuera el principal problema por las carencias que tiene el equipo en ataque en los últimos meses.

Duele ver que Sorloth, que metió el año pasado 16 goles con la Real, ya lleva con el Villarreal catorce esta temporada. Tras las inversiones realizadas en Sadiq y Carlos Fernández el Consejo no quiso igualar una oferta de diez millones de euros de traspaso y otros tantos netos por cinco temporadas de contrato con un jugador de 28 años. Visto su rendimiento y el de los delanteros fichados parece que merecía la pena esa inversión, pero a todos se nos escapan muchos detalles en lo económico. Y el mayor problema no está ahí.

Se olvida que el poco rendimiento de los tres delanteros ha permitido ubicar en ese puesto a Mikel Oyarzabal tras perder con la lesión la chispa y velocidad necesaria para jugar en banda. Con sus trece goles son 19 los marcados por los cuatro jugadores utilizados en esa posición por Imanol, aunque algunos han llegado desde los once metros.

El problema mayor, en el centro

El problema mayor en la Real es que depende mucho de sus tres centrocampistas titulares, que juegan casi siempre, incluso sin estar bien, ni físicamente ni en juego, y especialmente del rendimiento del que ocupa la media punta.

Cuando Odegaard o David Silva se lesionaban la Real temblaba porque es el puesto clave en su forma de jugar. Brais Méndez hizo olvidar en la primera parte de la temporada la baja del canario, pero el gallego es irregular. Sus dos comienzos de temporada han sido espectaculares, pero con el invierno ha bajado su rendimiento mucho y ahora se echa de menos al canario y al mejor Brais.

Que jueguen siempre los tres del centro ayuda a que la Real funcione mejor cuando están bien, pero provoca que se quieran ir los demás. En dos años se han marchado para jugar en otros equipos Guridi, Guevara e Illarra.

Turrientes, que era el que más motivos tenía para querer marcharse tras dejarle sin jugar Imanol la pasada temporada tras dos goles encajados en Getafe y Roma, se ha quedado, pero ni su buen rendimiento le ha permitido tener más minutos pese a los problemas físicos y al bajón de juego de los tres titulares.

Peor centro del campo

Que Zubimendi jugara infiltrado en la Copa en Málaga es el mayor ejemplo de algo difícil de entender y que provoca que la Real tenga cada vez peores recambios en esa zona. Tampoco Zakharyan ha aportado en el centro y ha jugado más en banda, cuando lo lógico era recuperar el 4-4-2 que dio resultado cuando Imanol se quedó sin extremos por la grave lesión de Oyarzabal.

La Real no ha querido realizar un desembolso importante por su mejor delantero centro de la pasada temporada, tiene peores recambios en el centro tras perder a Guevara, Illarra y Silva este verano y tampoco la apuesta en mejorar los laterales ha tenido efectos positivos. Traoré es un portento físico y ha llegado a la afición, pero es por ahí por donde más goles originan los rivales y la mejoría en ataque tampoco es considerable.

Tierney y Odriozola no han tenido continuidad con las lesiones, como Aritz Elustondo, y el que mejor ha rendido, Aihen, se ha roto el cruzado. Mientras, Andoni Gorosabel y Diego Rico dan un gran rendimiento en Alavés y Getafe. Por suerte la Real consiguió fichar a Javi Galán tras la lesión del navarro antes de que firmara por el Villarreal y Jon Mikel Aramburu ha cumplido bien cuando ha jugado.

Por eso es un éxito que con una plantilla que ha perdido mucho este verano la Real haya llegado a las semifinales de Copa, a los octavos de Champions tras superar al dominador de la Serie A italiana en la fase de grupos y siga bien situada en la pelea por la sexta plaza europea. Lo importante ahora, económica y deportivamente, es entrar en Europa y la clave es recuperar a los jugadores titulares para los once partidos que quedan.

Por de pronto Imanol ya daba a entender tras alinearlo ante el PSG que Barrenetxea va a tener problemas después de arriesgar, como es habitual, sin apenas entrenarse tras su lesión, cuando no era necesario que saliera el martes.

Tres partidos en cinco semanas

El oriotarra también puso en duda que pueda jugar en Granada Oyarzabal, que volvió al once inicial tras superar su problema físico y lo mantuvo en campo 77 minutos con la eliminatoria más que sentenciada. Es necesario proteger más a los jugadores y que ellos entiendan que no deben jugar si no están al 100% y menos cuando no hay opciones.

Porque la Real necesita que el once en el que confía Imanol esté al mejor nivel. Después de un comienzo de año con dieciséis partidos en apenas dos meses, la Real solo tiene que jugar tres asequibles ante el Granada este sábado, el Cádiz en Anoeta el próximo viernes y el derbi de Mendizorrotza el 1 de abril en las próximas cinco semanas que incluyen dos parones por partidos de selecciones y la final de Copa.

Eso es lo que va a hacer buena la apuesta de Imanol, que reconocía que no es fácil recuperar al equipo en poco tiempo. Si lo consigue y la Real entra en Europa el éxito será total. Si no, se perderían los ingresos que aporta la Europa League, lo que dificultará mantener a los mejores jugadores por la reducción del presupuesto. Se corre el riesgo de que algunos que han querido quedarse para disputar la Champions puedan tener la tentación de marcharse si no van a jugar de Europa o de no renovar, como en el caso de Mikel Merino, que acaba contrato en 2025 y puede obligar al club a venderlo si no firma antes del verano.

Y eso los titulares, porque cuando se apuesta tanto por un once los que no entran en él se quieren marchar como ha sucedido esta temporada. Es llamativo que hayan dejado la Real diez componentes de la plantilla que logró la clasificación para la Champions a pesar de la opción para casi todos ellos de jugar por vez primera en la máxima competición continental. Ese es el mayor peaje de la apuesta de Imanol.