Una ilusión con argumentos, un sueño sin casi precedentes

Real y Athletic disputan desde hoy las semifinales de Copa. Comparten ilusión pero no camino porque mientras las donostiarras afrontan un duelo de igual con el Atlético, el equipo vizcaino se mide con el todopoderoso Barcelona. Las exfutbolistas Sandra Ramajo y Nekane Díez analizan la eliminatoria.

Sandra Ramajo, entrenadora del equipo cadete femenino de la Real.
Sandra Ramajo, entrenadora del equipo cadete femenino de la Real. (Andoni CANELLADA | FOKU)

Las caras lo decían todo el pasado 8 de febrero, cuando se sortearon los emparejamientos de semifinales de Copa. Sonreía con resignación Marta Unzue y el alivio era evidente en el rostro de Nerea Eizagirre. Y es que la Real evitaba el rival que nadie quería, el todopoderoso Barcelona invicto esta temporada – 26 victorias y dos empates repartidos en cuatro competiciones, con 113 goles a favor y solo nueve en contra–, al que se enfrentará el Athletic. No habrá semifinal vasca y difícilmente lo será la final, algo que solo ha sucedido una vez –hace 37 años, con triunfo del Oiartzun frente al Añorga–, aunque las protagonistas se aferran a la imprevisibilidad del fútbol.

«Hay que ser realistas pero esto es fútbol», recuerda Nekane Díez. Y algo sabe porque ha jugado 16 temporadas en Primera, todas ellas con la camiseta del Athletic. Cuenta los partidos por centenas y los enfrentamientos con el Barcelona por decenas y, aunque los resultados han variado con el tiempo, asegura que «siempre han sufrido contra nosotras. ¿Por qué no van a hacerlo esta vez?». Lo cierto es que, aunque el sueño de las rojiblancas apenas tiene precedentes a los que aferrarse, a la exfutbolita no le falta razón: de las cinco ocasiones en las que Athletic y Barcelona se han cruzado en Copa, solo en las semifinales de la temporada 2011/12 se han impuesto las rojiblancas, pero los dos últimos triunfos culés han llegado en la tanda de penaltis tras 120 minutos de máxima intensidad: en la cruel final de 2014 (1-1, 5-4 en los penaltis) y en la semifinal de la 2017/18 (2-2, 3-4 en los penaltis).

Son precisamente los recuerdos uno de los motores de la motivación txuri-urdin en su semifinal contra el Atlético de Madrid. Porque los hay malos –las colchoneras han eliminado a la Real en dos de las tres últimas ediciones–, pero palidecen ante el brillo de aquella noche de Granada en la que Sandra Ramajo levantó la Copa, primer y de momento único título en el palmarés del club txuri-urdin, al que la irundarra ha regresado esta temporada como entrenadora del equipo cadete. «No solo fue inolvidable –reflexiona–, también nos enseña un camino. Para empezar, porque nadie creía en nosotras salvo nosotras mismas y supimos hacer frente a todas las adversidades. Y por otro lado, porque fue el fruto de un trabajo de mucha gente, de las jugadoras, del cuerpo técnico, de todas las personas que trabajaban por detrás. Nos mentalizamos y salimos a ganar, pero veníamos de trabajar muy bien el partido, preparar el escenario, las situaciones de partido, enfocarnos en lo que podíamos hacer bien, lo que teníamos que evitar, cómo teníamos que actuar en cada circunstancia... No siempre es suficiente, sobre todo si el rival es muy superior, pero en una final puede pasar de todo y hay que trabajarla y creer para que, efectivamente, sea así».

La Real está a dos pasos de repetir y, para Ramajo, «lo primero es creerlo». Sobre todo porque la situación ha cambiado desde aquel 2019. El Atlético es el vigente campeón y marcha por delante de las donostiarras en Liga –aunque la diferencia se ha reducido ya a cinco puntos–, pero la Real «ha seguido evolucionando desde aquella victoria, creciendo cada año», y además, llega a la cita en un buen momento. «Claro que veo al equipo con opciones –afirma la exjugadora irundarra, buena conocedora de la competición tras once temporadas en la Real y una última en Albacete–. El Atlético es un gran equipo, pero no está siendo muy regular y la Real viene de menos a más, ha ido sumando, creciendo, ganando en confianza... Le está costando un poco de cara a gol, aunque las nórdicas están enchufadísimas, pero veo que el equipo va progresando, aguantando mejor los partidos, con buen ritmo de juego...». Y con el aval añadido de la victoria contra el Levante en cuartos, que «además de meterte en la semifinal, te refuerza, te da confianza, te hace ver que tú también eres un equipazo».

Tanto, que a Ramajo le cuesta decir que el Atlético sea el favorito. «Habrá que entrar muy bien al partido y estar muy atentas a todos los pequeños detalles, que pueden ser decisivos. Pero veo bien al equipo, que en Liga ya jugó bien allí y empató. Y ahora, además, contamos con la ventaja de jugar la vuelta en casa, donde vamos a apretar mucho con la afición».

Nekane Díez, que tras colgar las botas en junio trabaja en captación del Athletic. (Jaizki FONTANEDA/FOKU)

Ilusión y obligación

Ni siquiera ha tenido esa fortuna el Athletic, que mañana abrirá las puertas de San Mamés para recibir al Barcelona y disputará la vuelta en el Johan Cruyff. «Está claro que no hemos tenido suerte», sonríe, resignada, Nekane. «A un partido habría más posibilidades, aun siendo complicadísimo porque nos enfrentamos al mejor equipo de Europa, porque en noventa minutos pueden pasar muchas cosas y no siempre son las que se se dan por supuesto de antemano. A doble partido, lógicamente, es más complicado, más aún jugando allí el segundo partido», asume.

¿Cómo se afronta un choque ante un rival así, que además se ha empeñado en conquistar su primer póker de títulos esta temporada? «Siempre con ilusión porque, insisto, esto es fútbol. Y luego te vas marcando objetivos a corto plazo. Salir superintensas, intentar ganar los duelos, las segundas jugadas, generar ocasiones y estar muy acertadas para aprovechar las que puedas tener. Y que no te marquen, ir sumando minutos con la puerta a cero. Y, sobre todo, hacerles el partido incómodo –subraya–. No les gusta el contacto, las faltas, que les cortes el juego, que les incomodes...». Hasta el equipo más inexpugnable tiene su talón de Aquiles, aunque «como además de ser muy buenas, trabajan mucho, también en eso han mejorado –asegura la vizcaina–. Antes se desesperaban más cuando el rival se les cerraba bien, pero eso lo han trabajado, también mentalmente, y tienen más paciencia».

Lo importante, en cualquier caso, es que las jugadoras rojiblancas expriman la experiencia. «Para empezar, que disfruten, porque se han ganado jugar una semifinal en San Mamés y contra todo un Barcelona. Y que no se den por ganadas porque los partidos hay que jugarlos, que tengan la ilusión de ganar. Que acaben con la conciencia tranquila de haber hecho el trabajo de la mejor manera posible, sabiendo que si se pierde, se perderá contra el mejor equipo de Europa. Y que no olviden que el Barcelona tiene la obligación y el Athletic la ilusión, que con eso también hay que jugar. Pase lo que pase, que aprovechen también para seguir aprendiendo y creciendo». Algo que, en su opinión, este Athletic está haciendo muy bien. «Venimos en los últimos años de un relevo generacional y este año veo un equipo muy completo, que ha ganado en calidad y que se ve bien, con confianza... Es muy difícil hoy en día mantener jugadoras si no estás en competiciones europeas, pero si se consigue mantener este bloque...».

Si se consigue mantener este bloque, quizá se podrá aspirar a jugar más finales como este año, en el que Nekane ve a la Real con muchas posibilidades de alcanzar ese último peldaño. «Yo creo que sí, por lo menos tantas como el Atlético porque creo que son dos equipos similares y me da que van a ser dos partidos bastante parejos», asegura la exfutbolista, que cree que la eliminatoria se decidirá «en Zubieta. Tener un resultado positivo en la ida es lo ideal, pero suele ser difícil y por eso hay que tener mucho cuidado de no caer para traer la eliminatoria como mínimo igualada y decidir en tu casa».

Compañeras en el Mariño hace casi dos décadas –«y menudo temporadón, casi subimos», recuerdan las dos–, Ramajo lanza un guiño a la vizcaina y recuerda, en referencia al compromiso del Athletic, que «el Barcelona se ha dejado algún punto y en las últimas semanas se le han visto resultados un poco más ajustados y el juego no está siendo siempre tan brillante y fluído como nos habían acostumbrado. Además, sus futbolistas juegan un montón de partidos, con todas las competiciones que juega el propio Barcelona más los de selecciones. Y el Athletic le ha competido bien, también este año. Es dificilísimo, no nos vamos a engañar, pero es fútbol. Además –sonríe–, entre medias el Barcelona también se va a cansar porque el fin de semana tiene un partido durísimo, que viene a Zubieta».