Pedro Sánchez ha aterrizado en Gasteiz para impulsar la candidatura de Eneko Andueza, pero lo ha hecho pisando huevos. El presidente del Gobierno español sostiene su escuálida mayoría en el Congreso en el apoyo simultáneo de PNV y EH Bildu, asi que se ha cuidado mucho de no enfadar a nadie.
Aunque ha dicho haber venido en calidad de secretario general del PSOE, su discurso ha sido más de estadista. Ha empezado recodando que acababa de llegar de Oriente Próximo y se ha pronunciado con dureza contra Israel por incumplir las resoluciones de la ONU, mostrándose favorable a la solución de los dos estados que propugnan las Naciones Unidas.
«Cómo de importante es hoy en el mundo enarbolar la bandera de la paz. No hay ningún cooperante que merezca morir. España va a apoyar el reconocimiento de Palestina como un Estado de pleno derecho», ha asegurado Sánchez.
El líder del PSOE no ha entrado a ningún barro propio de la política vasca. No le ha dicho a Eneko Andueza haz esto o aquello, ni ha impuesto vetos a pactos.
Sánchez se ha limitado a pedir a aquellos que votaron por su partido en las últimas generales (donde resultaron los más votados) que vuelvan a confiar en ellos, tratando de consolidar ese trasvase de votos que las encuestas apuntan como oportunista y que prevén que ahora irá hacia las dos formaciones más fuertes: PNV y EH Bildu.
Por no decir ni siquiera ha llegado a citar a ETA o a mencionar las siglas EH Bildu o PNV. Sánchez ha venido al Palacio Europa de Gasteiz a vender buena gestión, resultados económicos y de filiación a la seguridad social.
Su adversario político, ha dejado claro, es «la derecha que cada vez se parece más a la ultraderecha». Así, ha aprovechado para criticar a Alberto Núñez Feijóo y a Isabel Ayuso. En contraposición, el nombre de Santiago Abascal no ha sido mentado.
A partir de ahí, Sánchez se ha limitado a hacer bromas sobre la final y el Athletic, aprovechando que Patxi López ha aparecido en el mitin con la bufanda.
Andueza: «Estamos que lo petamos»
A diferencia de Sánchez, el candidato a lehendakari por el PSE, Eneko Andueza, sí se ha despachado contra sus principales rivales. Y ha sido mucho más duro con EH Bildu que con el PNV.
«Que no vamos a gobernar con Bildu. No me voy a cansar de responder: que no, que no, que no», ha sido su frase estrella.
Andueza ha utilizado el euskara de forma muy accesoria, un puñado de frases que son suficientes para el Gaur Egun y para alimentar a los medios nativos en euskara, pero ni una más.
El candidato ha asegurado salir «a ganar» y sostiene que es posible que su partido sea el más votado, como sucedió en las generales. Sin embargo, no se ha esmerado gran cosa en presentarse él mismo como el próximo lehendakari.
Su mensaje ha sido coincidente con el lema de campaña 'Vota al que decide', que en el fondo implica una renuncia a votar al que va a gobernar.
Andueza se ha vendido como el «dique de contención» para que la CAV no se embarque «en otro procés», pero a la vasca. El suyo, ha dicho, es «el partido de la estabilidad».
Aroa Jilete, la nueva generación
La candidata por Araba, Aroa Jilete (31 años), se ha reivindicado hija de la primera generación de políticos del PSOE que hacen política sin escolta, agradeciendo esto a Patxi López y Rodolfo Ares. «Respetamos a los nacionalistas y convivimos con ellos, pero les queremos granar», ha manifestado.
Ha asegurado que la política del PSOE se dirigirá a «las personas más vulnerables, porque esa es la esencia del socialismo».
En línea con su jefe de filas, la candidata por Araba ha remarcado que su partido va a frenar «ensoñaciones independentisas que tensionen la convivencia».
Jilete ha asegurado que Andueza es un líder «noble y entusiasta» y lo ha calificado como «un obrero de la política».