La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Bizkaia ha iniciado este lunes el juicio con tribunal del jurado contra Leonel B.T., de 44 años, acusado de matar a su pareja, Rebeca Huayta, en diciembre de 2022 en el bar Hilargi del barrio de San Francisco, en Bilbo. 

Tras la elección del jurado, compuesto por tres hombres y seis mujeres, y las exposiciones de las acusaciones y la defensa, ha prestado testimonio el acusado –solo ha respondido a las preguntas de su abogada–, que ha reconocido que «maté a mi mujer y los malos tratos hacia ella». Según ha asegurado, tenían «muchos problemas de relación muy feos».

Ha afirmado que no recordaba bien lo que ocurrió la noche que mató a su pareja sentimental y que no sabía «cómo he hecho esto». Ha alegado que esa noche estaban «muy bebidos» y habían consumido cocaína, y que no se acordaba de haberle propinado multitud de puñaladas por todo el cuerpo ni de haberla dejado sola agonizando hasta morir aquella madrugada.

El hombre ha dicho que su recuerdo se recupera al día siguiente ya en la comisaría, pero también ha contado que horas antes él mismo había llamado a un amigo y a la Policía para contar lo que había hecho y que les facilitó el cuchillo que había empleado como arma, su móvil y la contraseña de las cámaras para que pudieran acceder a las grabaciones.

Asimismo, ha sostenido que «todos los días» se arrepiente del «dolor terrible» causado a la familia de la víctima y les ha pedido perdón aunque, ha admitido, «todo lo que diga no cambiará nada».

Peticiones de hasta 28 años de cárcel

Leonel B.T, que se encuentra en prisión provisional, se enfrenta a una petición de penas por parte de las acusaciones de 28 años de prisión y otros 10 años de libertad vigilada por delitos de asesinato y maltrato habitual, con agravantes de género y parentesco. La Fiscalía, la acusación particular en representación de la familia y las acusaciones populares de la asociación Clara Campoamor y el Ayuntamiento de Bilbo coinciden en esta calificación de los hechos.

Las acusaciones sostienen que Leonel B.T. se vio forzado a confesar después de haber llamado a un amigo para pedirle ayuda tras el crimen y que este le amenazara con llamar a la Policía, por lo que descartan el atenuante de confesión y tampoco creen sincero su arrepentimiento. También han puesto en duda el consumo de cocaína del acusado que hasta el juicio no había comentado.

El asesinato fue «el último peldaño de esa escalada de violencia que impregnaba su relación con Rebeca», ha dicho la fiscal, que ha incidido en la frialdad de abandonarla aún con vida y regresar al día siguiente al bar.

Este lunes también han testificado desde Bolivia por videollamada la hija y el exmarido de la víctima, que han relatado que Leonel B.T. golpeó y arrojó por las escaleras a Rebeca, tras descubrir que había hablado telefónicamente con el hombre, un par de semanas antes del crimen.

Rebeca trabajaba en Bilbo y enviaba dinero para mantener a su familia en Bolivia y procuraba no contar su sufrimiento. «Me duele tanto que ella aguantara tanto que ese hombre la maltratara física y psicológicamente....», ha lamentado su hija entre lloros ante la sala.

Por su parte, la defensa ha planteado una petición de 8 años de prisión por homicidio al entender que la pareja peleó y ella tuvo opción de defenderse, y ha sostenido que probará las atenuantes de confesión, que su cliente tenía las facultades mentales alteradas por el consumo de alcohol y de cocaína y por haber sufrido un «arrebato» por los celos, así como que ha tratado de reparar económicamente a la familia.