Fernando León de Aranoa ha reconocido, antes de recibir el Premio del Festival de Cine y Derehos Humanos, que escribe «desde la indignación y el enfado» con la realidad y ha detallado que de una de ellas, la de la frontera sur de Europa, en la que miles de personas pierden la vida en el mar, le gustaría hablar en un próximo proyecto.

León de Aranoa recibirá este viernes el galardón, una distinción que el cineasta dedica a los activistas de los derechos humanos, que son los «héroes modernos».

El cineasta se ha mostrado honrado en la rueda de prensa que ha ofrecido por la mañana por seguir la estela de los primeros galardonados con este premio, Pilar Bardem y Elías Querejeta, quien produjo los tres primeros filmes de León de Aranoa: ‘Familia’, ‘Barrio’ y ‘Los lunes al sol’.

Con Querejeta presentó hace 25 años en el Teatro Victoria Eugenia ‘La espalda del mundo’, un documental que rodaron durante los festejos celebrados en París por el 50 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos y en el que mostraron que «no había nada que celebrar», ha señalado el cineasta madrileño.

Ahora, 75 años después de la elaboración de este texto, «es más una declaración de impotencia, como ciudadanía y como civilización, de no poder garantizar una vida digna a las personas», ha indicado Aranoa, quien ha remarcado que mientras esto suceda habrá cineastas y autores que hagan películas sobre ello.

Su segundo trabajo, ‘Barrio’, una película que tiene «algo fundacional» para su autor, se proyectará antes de la inauguración oficial del certamen en la que se hará entrega del premio a León de Aranoa.

El cineasta ha recordado con cariño a Querejeta, que tuvo la «valentía y el arrojo» de producir su primera película ‘Familia’ y la de otros muchos directores como Montxo Armendariz y Jaime Chavarri.

«Me gusta no saber lo que va a pasar con una película», le dijo Querejeta a León de Aranoa, según ha recordado el cineasta, lo que «es mucho decir para un productor», ha apostillado.

«Para ‘Barrio’, en lugar de una sinopsis sobre el proyecto, envié una carta en la que le hablaba de forma etérea del espíritu de la película y aceptó. ¡Prueba a hacerlo ahora!». Del productor guipuzcoano ha destacado además su sentido del humor, algo también presente en los filmes de Aranoa que, según ha afirmado, surge de «forma natural».

Los personajes mandan

Para el realizador madrileño, el origen de un trabajo «no es elegir un colectivo sobre el que va a girar la película, sino los personajes, que son los que mandan en las historias».
«Lo vi claramente en ‘Barrio’ y luego en ‘Los lunes al sol’. Es necesario establecer un vínculo con los personajes porque el cine es un ejercicio de empatía, no solo de los autores, sino también con los espectadores», ha explicado.

A la hora de afrontar una película o una historia, ya que León de Aranoa inicia su trabajo con la escritura de las historias que lleva al cine, es importante la «curiosidad» y el proceso de documentación, que debe ser exhaustivo. «No solo sirve para informarse, sino para indignarse» con la realidad, ha señalado.

Una de esas realidades, la de la frontera sur de Europa, es la que le gustaría contar en un próximo proyecto. «Miles de personas pierden la vida huyendo de la desesperación porque no las mata el mar, sino el hambre», ha concluido el cineasta.

La valla de Melilla

La migración es también el eje de ‘El salto’, la última película de Benito Zambrano en la que el director andaluz aborda la problemática de las personas que tratan de saltar la valla de Melilla.

Según ha adelantado el cineasta, el filme es «una película de negros hecha por blancos para blancos». «El cine español es un cine blanco hecho por blancos, y esta historia es una historia de negros, hecha por blancos para blancos», ha detallado en la presentación del filme que inaugurará el festival.

En su opinión, el «problema» de las migraciones no se está gestionando «de un modo sano», pero mientras se sigue mirando al otro lado, «el drama, dolor y sufrimiento» que viven los que van camino a las fronteras continúa.

‘El salto’ narra la historia de Ibrahimen (Moussa Sylla), joven deportado del Estado español que trata de volver para reunirse con su mujer embarazada.