De nuevo, el PP ha traído a Bilbo a Isabel Díaz Ayuso para lograr algo de protagonismo en una campaña electoral en la que es una opción que no concita excesivo interés. Arropando a Javier de Andrés, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha aprovechado este martes su visita a tierras vascas para vender su modelo de bienestar sustentado en políticas neoliberales aderezado de tópicos y ofrecer titulares a la cohorte mediática que la sigue arremetiendo en esta ocasión contra el fiscal general del Estado, al que ha acusado de actuar «a la venezolana» en la causa abierta contra su pareja.
Expectación mediática en un céntrico hotel de la capital vizcaina por la presencia de Díaz Ayuso, que ha reunido a un grupo de militantes de la derecha española dispuestos a agasajar a la madrileña. Su presencia ha vuelto a eclipsar a las y los candidatos a los que supuestamente ha ido a apoyar como «una firme aliada». De la importancia de la cita del domingo, ha dicho que «lo que suceda en el País Vasco es cosa de Madrid, y viceversa. No vale mirar para otro lado y ensimismarse».
El propio De Andrés, aspirante a la Lehendakaritza, ha cedido protagonismo, convirtiéndose en presentador de un acto en el que la de Chamberí ha vuelto a destacar por denunciar que «todas» las instituciones del Estado están actuando «a la venezolana» al convertir a su pareja «en una diana» por ser «alguien relacionado con un adversario político».
Lo cierto es que, para arremeter contra el Gobierno de Pedro Sánchez, se podría haber evitado el viaje al Botxo. En clave vasca, a cinco días de la cita con las urnas en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, Díaz Ayuso se ha arrancado con frases en las que ha ensalzado la «campaña excepcional» de su homónimo en el PP de la CAV o por su simpatía a «una de las regiones más bonitas que hay en España».
«Única opción constitucionalista»
A partir de ahí, ha defendido que su partido es la «única opción constitucionalista» que concurre a los comicios del 21 de abril y la importancia de los resultados que obtenga su partido para erigirse como «contrapeso» al resto de fuerzas políticas que, en su opinión, participan de una misma estrategia, en referencia al PNV, PSE y EH Bildu. «Lo único que importa es la poltrona», se ha despachado, aventurando que «pactarán sin programa, sin principios, sin ideas».
Ha sostenido que el resto de fuerzas se mueven por similares intereses. «Viven de lo público para crear un negociado y expulsar lo privado y que no quede espacio para la disidencia, expulsar al molesto que piensa distinto y con eso ganar siempre el malo y el totalitario», se ha quejado.
Ha incidido en que están en juego aspectos transcendentales para muchas personas como la propiedad, la familia o la libertad de empresa. «Estas elecciones van de España entera», ha dicho en otro momento de su intervención.
«Hay una pretendida hoja de ruta desde hace largas décadas para dividirnos como españoles, confrontando supuestas identidades, como si no se pudiera ser vasco y español a la vez», ha enfatizado. No ha faltado la referencia al «éxodo de jóvenes» y que «no queda espacio para pensar distinto», lo que ha llevado a «200.000 vascos a irse de esta tierra» y no poder participar en las elecciones autonómicas.
Su objetivo ha sido atacar la gestión del PNV y poner en cuestión el propio Estado de las autonomías al asegurar que «cuanta más autonomía tienen, peor gestionan». Para la presidenta madrileña, la reivindicación independentista persigue que, a pesar de una mala gestión, «nadie les fiscalice».
De los jeltzales ha dicho que se han «travestido a la izquierda absoluta hasta las elecciones y ahora es el mayor enemigo de Bildu, pero gobiernan con ellos». «El PNV ha votado las barbaridades de la ultraizquierda en España, todas, hasta que ahora con las encuestas le entran los nervios», ha añadido.
Díaz Ayuso ha llevado el agua a su molino, manifestando que «los males del nacionalismo han sido llevados a España entera».