Con la resaca de las elecciones al Parlamento de Gasteiz todavía muy fresca y las europeas en el horizonte, el debate político salta a Catalunya, que el próximo 12 de mayo acudirá a las urnas. Sin embargo, la campaña comienza en Madrid, eclipsada por la reflexión anunciada este miércoles por Pedro Sánchez. A horas de empezar, incluso los medios catalanes ofrecían sus primeras líneas al presidente español, que ayer debía haber acompañado a Salvador Illa en el inicio de campaña, pero que anuló toda su agenda. Una ausencia muy presente.
Así, todo lo escrito podría carecer de sentido si el lunes el presidente español renuncia, pero echemos un ojo a las previsiones, que llegan marcadas por el propio Sánchez, la falta de unidad en el independentismo y el polémico acuerdo del Govern para dar luz verde al macroproyecto de hoteles y casinos Hard Rock, en la localidad tarraconense de Vila Seca.
Pere Aragonès adelantó una cita inicialmente prevista para 2025 tras no poder sacar adelante las cuentas y hacer sus propias cábalas sobre el desgaste que podría suponer estar un año más en el poder con el apoyo de apenas un cuarto del Parlament. Y a falta de lo que la campaña mueva en una dirección u otra, todo parece indicar que gobernar Catalunya a partir del día 13 no va a ser más fácil. Todas las encuestas otorgan una clara victoria al PSC, que, como en 2021, vuelve a presentar a Salvador Illa. Además, sea cual sea la decisión final de Sánchez, todo el movimiento generado refuerza al exministro de Sanidad.
De hecho, convocó este jueves una ejecutiva extraordinaria de su partido en la que propuso la muesta en marcha de «una resistencia colectiva». Sánchez ya le recordó a en el Congreso a Feijóo este miércoles que 9 de cada 10 ciudadanos de la CAV votaron por una formación que apoyó su investidura. Ahora Illa también busca presentarse en Catalunya como la «resistencia» ante las derechas de PP y Vox.
Independentismo atomizado
Por debajo, Junts y ERC se juegan la segunda plaza, donde parece que toma ventaja el efecto Puigdemont, que recuperaría votos y escaños que las encuestas le daban por perdidos hace unos meses.
A pesar de ello, reeditar la mayoría independentista de hace tres años de ERC, Junts y la CUP que llevó al Govern a Aragonès no está garantizado. De hecho, son pocas las encuestas que dan opciones de que se repita, y cuando esto sucede es en las horquillas más generosas. Las encuestas, además, no tienen en cuenta que la relación entre las dos principales formaciones está en su momento más crítico en muchos años. Por lo que incluso manteniendo la mayoría de la Cámara, donde durante la última legislatura han contado con 74 de los 135 escaños, habría que esperar a ver si son capaces de articularla.
En ese sentido, en las últimas horas Carles Puigdemont, candidato de Junts, se ha esforzado en mostrar una imagen más conciliadora con ERC, tratando probablemente también de ganar esa pugna. La aritmética lo cubre todo. No ser él el que ha roto la unidad independentista. Así, enmarcó las críticas de Oriol Junqueras, que el martes acusó al expresident de «abandonar gobiernos en medio de las dificultades», en el «ambiente de campaña».
Las primeras reacciones de ERC y Junts tras el anuncio sorpresa de Sánchez han oscilado entre el apoyo matizado frente la situación que está viviendo y la incredulidad ante su hipotética dimisión.
Unidad en las encuestas
Regresando al baile de números que precede a cualquier cita electoral, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó una última encuesta ayer al mediodía, apenas 12 horas antes del inicio de la campaña, poniendo el broche a unas semanas de muchísimos sondeos en los que las variantes no han sido excesivas. El PSC de Salvador Illa ganaría las elecciones catalanas con 39-40 escaños, por encima de Junts (28-30) y ERC (27-28).
En cuarta posición se situaría el PP, con 13-14 diputados, seguido de Vox (8-9), Comuns Sumar (7-8) y CUP (5-7), mientras que Aliança Catalana (AC), la formación de extrema derecha independentista que lidera la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, podría irrumpir en el Parlament (0-2).
Tomando como referencia estas cifras, muy parecidas a la mayoría de encuestas publicadas por medios de distinto color, se puede realizar una previsión del futuro de Catalunya.
PSC-ERC-Comuns
Junts capitaliza el efecto Puigdemont y la mayoría de sondeos le colocan en segundo lugar, recuperándose del descalabro que se le adjudicaba hace no tanto. Pero tanto ERC como la CUP podrían sufrir importantes pérdidas. Estos últimos, además, entran en campaña a pie cambiado, en pleno proceso de refundación.
Así, las encuestas que dan alguna opción al independentismo, lo hacen o en sus horquillas más altas o dando por bueno que los escaños que podría sacar Aliança Catalana se sumarían a los de Junts, ERC y CUP. Sin embargo, las dos formaciones independentistas de izquierda ya han avanzado que no participarán en ningún acuerdo que incluya a la formación de Orriols. Dos semanas para revertir tendencias.
El PSC, por su parte, descarta cualquier ecuación en la que entren la extrema derecha española de Vox y AC. Y en el escenario estatal actual tampoco parece sencillo que el PP apoye a Illa como president. Eso sí, lejos de las formaciones con opciones de hacerse con el Gobierno, los distintos sondeos dan alas al PP, que recuperaría su condición de principal partido de la derecha española después de casi una década superado primero por Ciutadans y después por Vox, saltando de los 3 escaños hasta los 13-14. La formación naranja, por cierto, firmará su extinción definitiva también allí donde nació.
Con tendencia a la baja se presentan los Comuns, que incorporan la marca de Sumar. El espacio enfrenta un nuevo reto tras los dos golpes recibidos en Galiza y la CAV. En este caso, no parece que el descalabro llegue a esos niveles e incluso podría resistir con 7-8 escaños. Podem, aquí sí, tomó la decisión de no concurrir por «no colaborar en la fragmentación de la izquierda» ante un momento de «incertidumbre e inestabilidad política» en Catalunya.
Por el momento, y para algo es campaña, hay más vetos cruzados que coaliciones. Y si hacemos caso a las declaraciones de unos y otros, la ecuación con más posibilidades es la suma de PSC, ERC y Comuns, una fórmula ya ensayada, pero con un equilibrio de fuerzas muy distinto al que podría dibujarse tras las elecciones.
Illa ha sostenido el Govern de Aragonès en la recta final del mandato, tras la salida de Junts del mismo, a pesar de haber empatado a escaños y de que el PSC hubiese cosechado 50.000 votos más en 2021. Ahora, las encuestas otorgan una importante subida al partido de Illa y un notable descenso al del president, por lo que las negociaciones no partirán desde el mismo punto. A 26 de abril, no parece una opción factible que ERC haga president de Catalunya a Illa, algo que ya hizo con Sánchez en Madrid, pero este podría tener el próximo día 13 de mayo 10 asientos más que Aragonès. La llave la puede tener Oriol Junqueras, inhabilitado pero con mando intacto sobre ERC.