Aritz Intxusta
Redactor de actualidad
Entrevue
David Campión
Presidente de la Mancomunidad de Iruñerria

«Nos correrían a gorrazos si obligamos a cambiar de bici eléctrica al salir de Iruñea»

La Mancomunidad de Iruñerria ha cambiado sus estatutos para extender un sistema de alquiler de bicis eléctricas a las localidades limítrofes de Iruñea. El discutible modelo con el que arrancó UPN ha creado ahora una situación compleja, pero el presidente de la Mancomunidad es optimista. 

El presidente de la Mancomunidad de Iruñea, David Campión.
El presidente de la Mancomunidad de Iruñea, David Campión. (EP)

La Mancomunidad de Iruñerria ha cambiado por unanimidad sus estatutos para asumir la movilidad. ¿Cuál ha sido la razón?

Tiene que ver con el uso de la bicicleta eléctrica, que se puso en marcha y en el que están interesados otros ayuntamientos de la comarca. Estaba claro que había que abordar esto de forma mancomunada, pero la Mancomunidad tiene unos estatutos un poco antiguos, que no contemplaban la movilidad. Nos ha llevado muchas asambleas y negociaciones. Cambiar unos estatutos siempre es engorroso y lleva tiempo, pero ha habido consenso.

El estudio de la Agencia Energética Municipal cifró en 2018 que el transporte constituía el 51% del consumo de energía de la ciudad. ¿Hasta qué punto es inevitable un cambio de modelo?

La Mancomunidad gestiona el transporte público colectivo de Iruñea y los municipios adyacentes. Nuestra flota de autobuses, desde el año pasado, ya no consume diésel. O son eléctricos o bien de gas de origen renovable. Otra cosa es el transporte particular, que creo que ronda el 40% de las emisiones.

Obviamente, todo lo que supone disminuir los desplazamientos en coche resulta estratégico, bien sea con transporte público, con bicis eléctricas y tradicionales, o andando. El problema en el que nos vimos es que el modelo que se instaló en Iruñea no podía extenderse a los municipios que la rodean.

¿Y por qué?

Porque todo lo que está gestionado por la Administración tiene que tener unos principios de publicidad, de legalidad y de igualdad. No puedes extrapolar en un Ayuntamiento y realizar la concesión a la misma empresa en el municipio de al lado porque sí. No sería justo para otras empresas.

La parte buena es que, al echar a andar, se ha visto que el modelo funcionaba y otros ayuntamientos se han interesado en la bicicleta eléctrica. La parte mala es que nos ha metido en un pequeño lío administrativo. Y en eso estamos, en resolverlo. No sería lógico que un ciudadano tuviera que aparcar una bici y coger otra al cambiar de término municipal. Nos correrían a gorrazos si obligamos a cambiar de bici eléctrica al salir de Iruñea, porque la ciudad es como una isla rodeada de otros ayuntamientos.

Bicicletas eléctricas de alquilar en Iruñea. (A. I.)

Su objetivo, por resumir, es que alguien pueda coger una bici en Iruñea o Barañain y dejarla aparcada en una base de Atarrabia.

Ahora estamos realizando trabajo de prospección técnica y jurídica para lograr eso.

Sin embargo, el sistema de Iruñea, que gestiona una concesionaria, ha presentado disfunciones. Le voy a subrayar una. Un billete de villavesa cuesta 30 céntimos y mover una bici eléctrica de una base a otra, 1,1 euros, después del sablazo de este verano, cuando pasó de 0,7 euros a esos 1,1.

Con los descuentos del Estado y la Comunidad, prácticamente puedes coger una villavesa por 18 céntimos. De momento, somos ajenos al sistema de bicis eléctricas. Ahora bien, esas bicis son un sistema barato, saludable y hasta divertido... pero eso no quiere decir que sean un sistema barato.

El Ayuntamiento de Iruñea quiso que no le costara nada y regaló la concesión del servicio a una única empresa. De ahí, en parte, sus quebraderos de cabeza ahora. ¿No es así?
Estamos estudiando la solución jurídica del tema. Es cierto que en un principio este sistema, por lo que parece, salió extremadamente barato o casi gratis al Ayuntamiento de Iruñea, pero no hay que olvidar que en la última convocatoria de fondos Next Generation el Ayuntamiento de Pamplona ha destinado al sistema algo más de un millón de euros. Por tanto, está costando dinero público.

¿Y hasta cuándo tiene la concesión la empresa privada?

Hasta 2030. Eso implica que tenemos a un actor privado importante con el que negociar.

¿Cómo piensan resolverlo? Porque entiendo que sus técnicos de movilidad querrán saber de dónde a dónde se mueven las bicis para integrar esas bases de forma orgánica con los otros transportes públicos. Determinar dónde han de colocarse las paradas, etc.

Entre los aspectos que tenemos que analizar está la gobernanza de este sistema. Si debe ser una concesión o un sistema, un contrato como el que hay actualmente, hasta qué punto estaría implicado el servicio técnico de la Mancomunidad... Quizá se pueda rescatar, quizá haya que hacer una nueva licitación. Hay que verlo. Nuestra idea es de aquí al verano, hacia el mes de julio, tener un diagnóstico potente que ofrecer los ayuntamientos y que ellos valoren. Ya hemos visto que tiene unos costes.

¿La bici eléctrica ha venido a quedarse como transporte público?
 
Yo creo que sí. Democratiza mucho su uso, más en Iruñea, que está en un alto al que se accede por cuestas empinadas desde núcleos importantes. Evita mucho esfuerzo físico y puedes usar ropa más de compromiso, más formal, sin acabar sudado. Alcanza velocidades altas, suficientes para ir por la calzada sin apoyo de carril bici.  

¿Cuándo veremos una base de bicis eléctricas compatible con las de Iruñea en otro municipio? ¿El año que viene?

Sí, pienso que sí. Suelo ser optimista con los plazos de la burocracia. Pero deberíamos ver bases compatibles en otros ayuntamientos el año que viene.

¿Y se mantendrá esa descompensación en el precio? Son seis veces más caras...

Depende de cuánto se le apoye desde lo público. Las economías de escala nos afectan. Los autobuses urbanos son deficitarios. La mitad del coste del billete lo asumen las administraciones, pero mueven a 150.000 personas cada día. Las bicis eléctricas realizan, por contra, unos 3.000 viajes.

¿Los pueblos que no forman parte del continuo urbano de la ciudad se beneficiarán en algo de que la Mancomunidad haya ampliado sus estatutos para asumir la movilidad?
 
Sí, y esto me interesa que quede claro. Tenemos la potencialidad de quedarnos esa área, no quitamos nada a nadie. El Ayuntamiento, si lo entiende oportuno, nos la cederá. La Mancomunidad cuenta con técnicos y podemos ayudarles mucho. Podemos, por ejemplo, asesorar y acompañar a dos localidades pequeñas que quieran crear una conexión en bici convencional entre ellas. Las sinergias son muchas. A la Mancomunidad se le ha abierto un camino, en mi opinión, muy bonito.