Vivir del arte no es nada sencillo en ningún lugar del Estado español, pero en Gipuzkoa, Bizkaia y Araba el panorama resulta comparativamente algo, solo algo, más alentador que en el resto del Estado. Según datos facilitados ahora por la Fundación AISGE de la CAV, solo el 18% de los actores, actrices y demás artistas audiovisuales afincados en las tres provincias de la CAV superan el listón de los 18.000 euros de ingresos anuales (poco más que el salario mínimo interprofesional, que equivale a casi 16.000 euros), un porcentaje exiguo pero superior al 16% de media en el Estado (un 9% en el caso específico de Andalucía, la región en peores circunstancias).
Casi la mitad (el 48%) de los socios y socias de AISGE encuestados en la CAV perciben menos de 6.000 euros al año por su labor artística, mientras que en esa situación se encuentran el 60% de los artistas a nivel estatal. Y el 35% se sitúan por debajo de los 3.000 euros anuales, una cifra que también mejora significativamente el 48% registrado a nivel estatal. Sin embargo, los artistas vascos que superan los 30.000 euros de ingresos al año son el 5% del total, frente al 7% de la media estatal.
El promedio global de ingresos al año por actividades artísticas fue aquí de 10.100 euros, un dato casi idéntico al estatal. Por sectores, el doblaje supera esa cantidad (14.600 euros al año, superando por poco la barrera del mileurismo), mientras los ingresos medios en el audiovisual se cifran en 10.600 euros y en el teatro se quedan en unos exiguos 8.600 euros.
Las remuneraciones medias por jornada trabajada aquí son de 309 euros diarios para el audiovisual (aunque es el sector en el que menos días se trabaja: solo 34), 131 euros en el doblaje (120 jornadas anuales de trabajo) y 103 euros en el caso del teatro (84 días anuales de ocupación).
Una situación general en el sector
Todas estas cifras provienen del Informe sociolaboral de actores/actrices y bailarines/as en el Estado español, un exhaustivo análisis dado a conocer en enero pasado que la Fundación AISGE elaboró a lo largo de todo el año 2023 a partir de 3.410 encuestas realizadas a sus socios y socias a nivel estatal, y de las que cerca de 250 se corresponden a Gipuzkoa Bizkaia y Araba. La AISGE no ha facilitado los datos relativos a Nafarroa.
Por herrialdes, el 56% de los artistas encuestados residen en Gipuzkoa, frente al 37% de Bizkaia y el 7% de Araba. La CAV concentra al 4% de los artistas del Estado (en la Comunidad de Madrid residen el 60%), con pequeñas variaciones por disciplinas: 5% de los artistas de teatro (53% en Madrid), 5% de los artistas de doblaje (Madrid: 37%) y poco más de un 1% de los artistas de danza (56% en Madrid).
Hasta con ‘plan B’ no vale
Las dimensiones de este trabajo de campo, que abarca a casi el 40% de los artistas audiovisuales de todo el Estado, apuntalan un estudio que demuestra que el 69% de los profesionales vascos se encuentran por debajo de la línea de pobreza en función de sus ingresos estrictamente en el sector (72% en el conjunto del Estado). Este panorama mejora si consideramos los otros trabajos que los encuestados declaran desarrollar fuera del arte, ese ‘plan B’ al que muchos han de recurrir ante la insuficiencia de ingresos por el lado artístico. Pero aun contemplando estos ingresos adicionales, siguen en la pobreza un 33% de los profesionales (frente al 44% para todo el Estado).
¿Cuántos de los encuestados se dedican solo al arte y cuántos han de recurrir también a un plan B? Pues bien, solo el 53% de los socios y socias de AISGE en la CAV se dedican exclusivamente a un trabajo frente a las cámaras, en los escenarios o en los estudios de doblaje. El 47% restante, en consecuencia, ha de complementar sus ingresos con otras ocupaciones (de ellos, dos de cada tres, en trabajos que nada tienen que ver con el mundo del arte).
Con todo y eso, estos datos son mejores que el del conjunto del Estado (donde son el 52% los artistas con empleos alternativos). La existencia de estos planes B propicia que la tasa de paro artístico no se traduzca en desempleo real, una circunstancia que afecta al 13% de los encuestados. Es un dato que supera, pero por poco, al dato del paro general estatal (11,8% a finales de 2023).
De ese 13% de artistas realmente parados, uno de cada 5 (el 21%) no percibe prestación de ningún tipo, un dato razonablemente alentador frente al alarmante 46% que registramos a nivel estatal. El 8% de los socios y socias vascos de AISGE se han beneficiado directamente de algún programa asistencial de la Fundación AISGE a lo largo de estos tres últimos años.
Sin brecha de género
Lo más llamativo del caso vasco es que apenas se aprecia brecha de género entre sus artistas en los tres herrialdes. Es más: si la hay, es en sentido contrario, a diferencia de lo que sucede en el cómputo global del Estado, donde la situación laboral favorece siempre a los varones.
La CAV es, en este sentido, bien diferente. El desempleo artístico afecta al doble de hombres que de mujeres (un 38% frente al 19%). Y ellas, además, trabajan más días en el ámbito artístico que sus compañeros: 76 jornadas frente a 63 (estos datos, en el cómputo estatal, son de 62 frente a 70). La consecuencia más llamativa de todo ello es su traducción salarial. Las artistas vascas acreditan unos ingresos medios anuales de 10.390 euros por su labor artística y superan con cierta holgura los 9.490 euros de los hombres. Nada que ver con el conjunto del Estado, donde ellos ganan el 40% más que ellas.
Solo hay un detalle que no favorece a las mujeres. Cuando analizamos los ingresos totales anuales (es decir, la suma de actividades artísticas y de planes B), ellas acreditan 17.700 euros y ellos llegan a alcanzar los 18.800.
Por último, y en cuanto a modalidad de contratación, el 70% de los profesionales en la CAV desarrollan su labor en el ámbito artístico mediante contrato escrito (en el 63% de los casos) o verbal (7% de los contratos). El 21% recurre al arrendamiento de servicios (facturas con IVA a la contraparte), mientras el 6% factura como trabajadores por cuenta propia y un 6% trabaja sin ningún tipo de contrato.