«Porque no nos hacen caso» las instituciones, los agricultores han regresado con sus tractores al centro de Iruñea este viernes, convocados por el movimiento de agricultores y ganaderos del 6F. En esta ocasión habían solicitado la pertinente autorización para aparcar sus máquinas en la plaza de Merindades, ante la sede de la Delegación del Gobierno español en Nafarroa, y en parte de la avenida de Nafarroa Beherea.
En la protesta participaban «entre 150 y 200 agricultores, que se han desplazado hasta aquí con cien tractores, pero también en camionetas y a pie», según señala a grosso modo para NAIZ Javi Sánchez de Muniain, uno de los productores que, ataviado con un chaleco amarillo, se fundía entre el grupo que se encontraba a pie de asfalto en la rotonda de la plaza.
En las inmediaciones, varias dotaciones de la Policía española supervisaban la protesta, mientras por la zona circulaban exclusivamente los autobuses urbanos.
Esta nueva protesta de los agricultores, que se ha desarrollado entre las 10.30 y las 13.30 horas, tenía como objetivo volver a poner sobre la mesa «las mismas reivindicaciones» que vienen realizando desde hace tres meses.
En el caso de Nafarroa, «estamos con la cuestión de los valores impositivos, que pagamos bastante más que en cualquier otra comunidad, en concreto que en el País Vasco, y queremos equipararnos», explica Sánchez de Muniain.
También están «las dificultades del cuaderno digital», ya que «la edad media de los agricultores es de 61 años y no resulta fácil». Asegura que «en algunas comunidades autónomas, este tema se lleva de una manera más laxa y sería necesario aplicarlo así aquí, porque resulta muy complicado para mucha gente».
Otra de las reivindicaciones que siguen señalando son «las medidas medioambientales, con las que no estamos de acuerdo sobre cómo se aplican y por lo poco que se tiene en cuenta al sector. Son medidas sacadas de quicio».
«Esto es insostenible»
A lo que se suma «la poca rentabilidad que tiene esto, además del gran timo de la PAC, que nos vienen subvencionando, pero que también se declara como ingreso y que para poder cobrarla, nos presionan para recibirla con esas medidas medioambientales. Nos recortan y nos van apretando, y esto es insostenible».
«Nos ponen un montón de trabas para producir, como sobre el tema de echar determinados productos, que personalmente creo que está bien, pero lo que no puede ser es que luego traigan de donde sea alimentos que se han cultivado con esos productos que están prohibidos en Europa. No tiene lógica, porque además supone un problema con los precios».
Además está la cuestión de las multas impuestas durante las movilizaciones y que, según los agricultores, tendrían un balance de más de 50.000 euros en sanciones por parte del Ayuntamiento, más de 50.000 de la DGT, la retirada de puntos y más de 40 imputados.
La mayoría de estas reivindicaciones llevan tres meses sobre la mesa de las diferentes instituciones, pero los agricultores consideran que «no nos hacen caso, nadie mueve ficha» y por ese motivo se muestran dispuestos a seguir adelante con las movilizaciones a través de «una organización muy desorganizada, pero que resulta muy efectiva», añade Sánchez de Muniain con humor.
Todo ello porque «nuestra profesión va más allá. A todos nos gusta, es nuestra vida. Como se dice en los pueblos, la hemos mamado y queremos vivir de ello y no queremos que en el pueblo la gente se vaya para trabajar. Queremos que nuestros hijos se dediquen a esto, porque a muchos les gusta, pero es muy difícil».