La «máquina del fango» y el choque con la ultraderecha acaparan el «macropleno» del Congreso
En su primera comparecencia desde sus días de reflexión, Sánchez apuesta a la polarización con PP y Vox, en tanto Feijóo endurece el tono sobre Begoña Gómez. El PSOE promete «regeneración democrática» para después de las europeas. Milei, omnipresente.
Estaba llamado a ser un día histórico porque el presidente del Gobierno había decidido anunciar que en el próximo Consejo de Ministros se aprobará el reconocimiento de Palestina como Estado. Pero en el «macropleno» del Congreso el asunto ha acabado convertido en uno más, diluido por el bronco choque entre Pedro Sánchez contra Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal.
La llamada «máquina del fango» que menciona día sí y día también el líder del PSOE desde su crisis de los cinco días de abril ha sobrevolado las largas horas de la comparecencia especial sobre política exterior, seguida por las preguntas de control. Las preguntas y acusaciones veladas sobre Begoña Gómez han ido un paso más allá este miércoles, así como la insistencia por parte del Gobierno y sus aliados en la necesidad de un cambio por parte de las derechas en su exaltación discursiva y la reproducción de bulos.
Entre tantos discursos (Sánchez tenía tiempo liberado como ponente y los portavoces 37 minutos totales cada uno) ha habido dos novedades políticas, más allá de la principal y única medida concreta anunciada, que ha sido la de Palestina.
La primera es que, por primera vez, Sánchez ha dicho en sede parlamentaria que «después de la campaña por las (elecciones) europeas» encarará el «complejo debate» para pensar medidas para una «regeneración democrática». Ha sido en respuesta a las palabras de Mertxe Aizpurua, portavoz de EH Bildu, quien le ha pedido al Gobierno que actúe al respecto más allá de las denuncias verbales.
La otra novedad es que el PP ha decidido llevar a comparecer al presidente del Gobierno a la Comisión del Senado por el llamado «caso Koldo» y allí le hará las preguntas sobre Begoña Gómez que dicen que no responde en el Congreso. Fuentes de Génova lo habían confirmado a NAIZ y otros medios al mediodía y luego el propio Feijóo en su última intervención de la sesión, durante su pregunta de control.
Si Sánchez deseaba que los asuntos vinculados a su pareja perdieran espacio en el debate público, va a ser que no
Si Sánchez deseaba que los asuntos vinculados a su pareja perdieran espacio en el debate público, el pleno de este miércoles ha sido una clara demostración de que va a ser que no. De hecho, por primera vez Feijóo la ha mencionado (en el hemiciclo hasta ahora solo hacía referencia al «entorno personal») en forma particular y en reiteradas oportunidades.
Además, ha dicho que había un centenar de preguntas que fueron enviadas para que responda con respecto al caso de la primera dama pero que ha sido ignorado. Por ese silencio es que Feijóo ha dicho, en el tramo más bronco de su duelo con Sánchez, que el presidente puso a su pareja «bajo el foco» motivado por su «drama adolescente», lo ha llamado «fábrica de bulos» y, mirándolo a los ojos, ha recalcado: «¿Le ha preguntado a su esposa para qué firmó papeles presuntamente inútiles que la podían involucrar en un proceso penal? ¿Le consta que su mujer está investigada en un juzgado de Madrid que hoy ha citado a seis empresarios en una causa de tráfico de influencias?». Además de todo ello, se ha preguntado: «Si el portavoz Patxi López dice que la mujer del presidente es una institución del Estado, ¿entonces qué hace firmando recomendaciones a contratistas?».
También ha tenido lugar para ubicarse a sí mismo como víctima y ha recordado que en ponencias en el hemiciclo Sánchez y la vicepresidenta María Jesús Montero han vertido «calumnias» contra su esposa. »¿Pero ustedes qué se creen? Me han difamado y no me han pedido perdón tampoco. Su presidencia es un gran bulo».
Previamente, Sánchez había pedido en su primera intervención hacer «un punto y aparte en la deriva de la crispación» en la que ha entrado la política del Estado español: «Practiquemos el juego limpio, yendo al balón y no a los jugadores». Sin embargo, el presidente del Gobierno no ha hecho caso a su propia sugerencia y también ha arremetido contra PP y Vox sin titubeos. «Tenemos una oposición cada vez más ultraderechizada. Se ha roto su imagen de político moderado y buen gestor», ha señalado.
«El PP está constantemente alentando bulos», ha reiterado y ha pedido a Feijóo que «deje de buscar atajos inmorales y haga una oposición constructiva». Sobre la situación de su mujer, ha defendido que los informes de la Guardia Civil y de la Oficina de Conflictos de Intereses la exculpan y la ha tachado de una «profesional que no ha hecho nada reprochable». También ha dicho que si ella es convocada al Senado irá, igual que él, ambos «encantados».
Una autocrítica del presidente español: «Lamento no haber tomado la dimensión de la persecución que han sufrido periodistas, intelectuales, familiares...»
Al respecto del lawfare y los bulos, Sánchez ha intentado una tibia autocrítica: «Lamento no haber tomado la dimensión de esta máquina del fango, de la persecución que han sufrido periodistas, intelectuales y familiares de dirigentes». Ese silencio se lo han reprochado las portavoces Miriam Nogueras, de Junts, y Ione Belarra, de Podemos.
En su turno de palabra, el portavoz de Sumar, Iñigo Errejón, ha exigido al PSOE que este «punto y a parte» se llene «de contenido», con la derogación de la llamada Ley Mordaza y de la normativa para cambiar las autoridades del CGPJ. «De esta salimos o con dos pasos adelante o con diez pasos atrás. En Sumar somos firmes y coherentes, ofrecemos un rumbo claro. Recuperemos el pulso y pasemos a la ofensiva», ha enfatizado.
Milei y la ultraderecha
Ha sido una constante la advertencia al peligro del crecimiento de la derecha radical populista a nivel global y específicamente para la composición del Parlamento Europeo, que será votada el próximo 9 de junio.
En ese marco, el conflicto diplomático (y casi personal) entre el presidente de Argentina, Javier Milei, y Sánchez, ha sobrevolado también las largas horas del pleno. Por supuesto, enmarcadas en las posiciones entre los dos bloques: Vox ha hecho una contundente defensa de Milei, el PP no se ha pronunciado contra él pero sí ha criticado la reacción de Sánchez, y el PSOE, Sumar y algunos aliados del bloque de investidura han denostado la cumbre ultra que tuvo lugar en Madrid el domingo pasado y el discurso del mandatario argentino.
Sánchez ha dicho que Feijóo no podía apoyarse en la «equidistancia» y que el «respeto» está por encima de todo, mientras que el líder del PP ha querido exhibir las contradicciones del Gobierno «al dejar a medio millón de españoles sin embajador» en Argentina. «¿Por qué referirse a su esposa es un riesgo a la democracia pero que el presidente de México ataque al Rey, no? No quiero involucrarme en tan edificante discusión entre dos presidentes pero déme una sola razón para que España retire embajador de Argentina pero no de Rusia», ha insistido Feijóo.
Feijóo ha ahondado en contradicciones del Gobierno español como «dejar a medio millón de españoles sin embajador»
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, le ha dado con su habitual ironía un baño de crudo realismo a la actualidad del progresismo: «¿Por qué la gente vota a un hombre que habla con su perro muerto y va a mitines con una motosierra? Porque en la izquierda somos antipáticos, bordes. Hoy la izquierda es el límite al aire acondicionado y la derecha es la terraza del bar. La izquierda es un ‘no, piénsalo’ y la derecha es una caña. Es libertad. Pero ¿libertad es poder hacer lo que quieras o la libertad es poder ser lo que quieras ser?».
Da la impresión tras el «macropleno» que la crisis y reflexión social generada por los días de «impasse» de Sánchez en abril no han sosegado la exaltación sino todo lo contrario. La campaña europea y las eventuales medidas contra el lawfare, además de la renovada embestida del PP contra la esposa de Sánchez ,serán el cóctel que marcará el ritmo de lo que queda del año político.