Los eurodiputados de las naciones sin estado –o con partes de su territorio bajo otra administración, en el caso de Irlanda–, agruparon sus esfuerzos en 2021 en el Self-Determination Caucus. El objetivo es encontrar grietas y hacer hueco al derecho a la autodeterminación dentro de la arquitectura jurídica de la UE a través de una ley de claridad que siga la estela del Quebec. Un trabajo de zapa que nadie espera que dé resultados a corto plazo, pero que todos confían en profundizar la próxima legislatura.
Para ello, sin embargo, lo primero es revalidar la presencia en la Eurocámara en unas elecciones que se presentan bastante complicadas desde el prisma de los diversos movimientos soberanistas.
Además de EH Bildu y PNV, en el Estado español forman parte de este grupo ERC y BNG, dentro de la coalición Ahora Repúblicas, y Junts, que concurre por su cuenta.
Por partes. Ahora Repúblicas obtuvo tres escaños en 2019, gracias al buen desempeño de todos sus miembros. Aunque EH Bildu y BNG han seguido al alza durante estos años y llegan en buen estado de forma electoral, no puede decirse lo mismo de ERC, que viene de sufrir una fuerte caída en las elecciones al Parlament. Dado el mayor peso demográfico de los catalanes, entraría dentro de lo normal que la coalición perdiese uno de sus tres escaños.
Además de la labor de zapa a favor de una ley de claridad europea a través del Self-Determination Caucus, vascos, catalanes y gallegos tienen abierta también la carpeta de la oficialidad de sus respectivas lenguas, prometida por el PSOE.
Junts llega algo mejor que ERC, tras imponerse dentro de la pugna independentista catalana, pero no está para tirar cohetes. Tampoco es lo mismo tener como candidato a Carles Puigdemont o a Toni Comín. No sería una sorpresa que Junts perdiese también uno de sus tres europarlamentarios.
Al PNV le deberían ir las cosas franca y exageradamente mal para no revalidar su escaño, pero es cierto que la interrogante pesa más que en ocasiones anteriores. La abstención será clave.
Además del derecho a la autodeterminación, la carpeta compartida por vascos, catalanes y gallegos también contiene la oficialidad de las respectivas lenguas nacionales, una promesa del PSOE que varios países europeos frenaron y que, desde entonces, duerme el sueño de los justos. El secretario de Estado de Asuntos Europeos, Fernando Sampedro, dijo hace dos semanas que no prevén ningún plazo para volver a debatir el tema.
Dificultades para corsos y bretones
Al otro lado de los Pirineos, París ha cambiado las reglas del juego y, por primera vez, elegirá a sus electos por circunscripción única, lo que dificulta las cosas a los partidos corsos y bretones, igual que a los vascos.
En el caso de los corsos, el dos veces eurodiputado François Alfonsi, que logró su acta con Éurope Écologie-Les Verts, no se presenta en esta ocasión, y está haciendo campaña por la lista Europe, Territoires, Écologie (ETE), que tiene al presidente del Partido Radical de Izquierda (PRG, por sus siglas en francés), Guillaume Lacroix, como cabeza de lista. En el sexto puesto se encuentra Philippe Meyner, agricultor nacionalista corso. La jugada ha sido la misma en el caso de los bretones, que han situado a Lydie Massard, adscrita a la Unión Democrática Bretona (UDB), como número dos de la inédita candidatura.
Laurence Hadouin, concejal baionarra adscrita a la mayoría municipal del macronista Jean-René Etchegaray ocupa el puesto 20 de esta candidatura, que se ha fraguado, no sin debate interno, tras un pacto sin precedentes con el PRG, informa Maite Ubiria. La candidatura, en cualquier caso, tiene pocas opciones.
Las dificultades flamencas
Aunque el contexto es diferente en Flandes y, en general, en Bélgica, un estado verdaderamente federal o, casi con mayor precisión, dos estados dentro de uno, el partido conservador flamenco N-VA ha sido un aliado tradicional del derecho a la autodeterminación en el Parlamento Europeo. También ha apoyado de forma destacada iniciativas a favor de la paz en Euskal Herria y ha acogido con generosidad al exilio catalán.
En los últimos años, sin embargo, en las filas del N-VA han visto como les crecía una alternativa a su derecha. En línea con la tendencia europea, la extrema derecha se ha hecho un hueco a través del partido Vlaams Belang (Interés Flamenco, en castellano) y adelanta al N-VA en las encuestas para el domingo.
La esperanza irlandesa
La situación también es diferente en Irlanda, ya que serán las primeras elecciones en las que, igual que Escocia, no vote el norte del país. Dublín, sin embargo, enviará a Bruselas y Estrasburgo a 14 europarlamentarios, de los cuales unos cuantos serán del Sinn Féin, alineado de forma inequívoca con los derechos de las naciones sin estado.
Las últimas encuestas han rebajado algo las expectativas de los republicanos, pero siguen siendo la principal esperanza para reforzar la voz por el derecho a la autodeterminación en el Parlamento Europeo.