La fabricación aditiva no termina de asentarse con determinación en la industria del Estado español a pesar de crecer, aunque con cifras inferiores a Europa y lejos de otras economías mundiales, según varias personas vinculadas a firmas referenciales que han participado este jueves en el BEC en una mesa redonda sobre el futuro del sector en el marco de la 8ª edición de Addited. Las ventas se incrementan, reconocen, pero no acaban de cumplirse las expectativas de implementar esta tecnología de la impresión 3D en todos los procesos industriales.
El certamen internacional de Fabricación Aditiva e Impresión 3D, que se desarrolla a la par que la Bienal de Máquina Herramienta, ha reunido a Marc Gardon, director de aplicaciones de la multinacional Renishaw; Marta Sevil, responsable de cuentas en el ámbito de innovación de la multinacional Materialise, ingeniería que propone soluciones de software; Estibaliz Azaceta, desarrolladora de negocios de la ingeniería Optimus 3D, con sede en el parque tecnológico de Miñano, y Agustín García, director de Sicnova, distribuidor líder a nivel del Estado español y Latinoamérica de máquinas, para que opinen sobre la situación del sector.
Todos han coincidido en que en los últimos años se ha producido un crecimiento en la venta de software de fabricación aditiva, escáner e impresoras, así como en el campo de la investigación, con cifras que rondan del 20 al 30% anual, pero luego no se aplica en la mayoría de los casos a la producción industrial. Las expectativas que se crean, han añadido, no se materializan.
A este respecto, Sevil ha apuntado que ello «hace daño», añadiendo que el avance tecnológico también sirve para recuperar proyectos que antes no eran viables técnicamente. García ha estimado que detecta cierto estancamiento, ya que no terminan de implementarse algunos proyectos a la fase de producción, valoración que ha ratificado Azaceta.
Afianzar el crecimiento
Más adelante, Agustín García ha confiado en que la fábrica del futuro, sustentada en la tecnología aditiva, sea una realidad. Por su parte, el director de aplicaciones de Renishaw ha apostado por seguir afianzando el crecimiento del sector a nivel estatal, alejado de otras realidades como Alemania, donde la manufactura aditiva es una realidad en su industria. Marc Gardon no ha pasado por alto la diferencia que existe entre los Estados en su inversión en I+D+i respecto al PIB.
Para Gardon, el sentimiento es que, a pesar de que se ha crecido «muchísimo», no se está donde se había previsto; de ahí la frustración. «La fabricación aditiva es aún residual», ha admitido, abogando por «ser realista». En su opinión, queda espacio para la mejora tecnológica para hacer que la fabricación aditiva sea más competitiva.
Sevil ha señalado que se debe aportar algo más para que se opte por la fabricación aditiva en vez de por otros modos de producir, o lograr su complementariedad.
Un escaparate del avance tecnológico es Formnext, la mayor feria mundial que se celebra anualmente en Frankfurt y que reúne a miles de profesionales. En 2023, atrajo a 859 expositores y más de 32.000 visitantes dispuestos a descubrir nuevos productos e innovaciones en máquinas, materiales, software y aplicaciones. Estibaliz Azaceta ha considerado que muestra la «salud» del sector a nivel mundial.
El director de Sicnova, con sede en la localidad jienense de Linares, ha expuesto que, a pesar de ese «estancamiento», sigue creciendo el número de empresas que presentan nuevos productos que, en muchos de los casos, no suponen innovaciones tecnológicas relevantes. Por ello, ha augurado, la desaparición de muchas de ellas por «selección natural».
Para dar ese salto, del prototipo a la fabricación, Gardon ha abogado por una «integración» entre diferentes métodos de producción. Azaceta ha aseverado que desde la ingeniería alavesa se proponen procesos de colaboración entre el sector del mecanizado o la forja, hasta el pintado de las piezas para dar la mejor solución. Esas sinergias, han admitido todos, son fundamentales para que esas piezas sean fabricadas con impresoras 3D.
Respecto a la formación, han reconocido una evolución en la última década, de ingenieros industriales y de diseño a nuevas generaciones especializadas en técnicas aditivas, así como de otro personal cualificado formado en FP. La representante de Optimus3D ha echado en falta profesionales experimentados en el diseño médico. Sevil, de Materialise, ha incidido en el déficit de conocimiento del inglés.
«Vamos por detrás de Europa», ha opinado Agustín García, mientras Marc Gardon ha valorado que «vamos a mejor», apostillando que «hay mucho por hacer».
Perspectiva a nivel mundial
Más optimista se ha mostrado Haden Quilan, director senior de Programa en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en una ponencia que ha ofrecido antes. «En la próxima década vamos a ser testigos de un despegue impresionante de la fabricación aditiva y la impresión 3D», ha aventurado.
Quilan ha destacado el papel vertebrador que la innovación está jugando, por ejemplo, en el desarrollo de nuevos materiales, como una aleación de aluminio más estable y robusto que el MIT ha desarrollado y que le permite abordar incluso prospecciones a gran escala. «En lo que se refiere a la fabricación aditiva, los procesos de innovación podemos decir que ya están en una fase muy madura y centrada en lo que el cliente realmente necesita», ha añadido.
El experto, que ha reconocido que no se puede considerar a la fabricación aditiva «una tecnología madura», ha recomendado «seguirle la pista de cerca en los próximos años, porque podría tener un recorrido muy interesante en proyectos espaciales». «Va a ser muy interesante en el futuro, pero aún hay retos por superar», ha concluido.