El mapa de Euskal Herria ha quedado así tras las elecciones del 9J.
El mapa de Euskal Herria ha quedado así tras las elecciones del 9J. (NAIZ)
Beñat Zaldua
Edukien erredakzio burua / jefe de redacción de contenidos

Un mapa diverso y disputado que va transformándose

Las elecciones europeas son la única cita en la que, hoy en día, todos los votantes de Euskal Herria están llamados a las urnas. Aunque el resultado venga condicionado por las características peculiares de los comicios comunitarios, marcados en primer lugar por la pobre participación y por la ausencia de candidaturas de EH Bai en Ipar Euskal Herria, son una ocasión sin parangón para reunir los resultados pueblo a pueblo en un solo mapa. 

El color que más destaca, para quienes estén familiarizados con los mapas electorales, es quizá el verde oscuro del PNV. No por su presencia, sino por su ausencia. De las 61 citas electorales que se habían celebrado en la CAV desde 1977 hasta ayer, los jeltzales habían sido primera fuerza en 55 y segunda fuerza en las otras seis. Nunca hasta ayer había quedado en tercera posición y eso se deja notar de forma escandalosa en el mapa. Solo el noroeste de Bizkaia conserva algunas alegrías para los de Andoni Ortuzar, pero con toda la Margen Izquierda teñida del rojo del PSE, que el domingo tuvo unos resultados francamente remarcables. De hecho, en Santurtzi y Sestao los jeltzales fueron relegados a la tercera posición.

El PNV solo gana en dos localidades en Gipuzkoa –Hondarribia y Albiztur– y en 14 en Araba. En total se impone en 60 de un total de 686 en toda Euskal Herria –son 254 en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa–. Magro resultado, teniendo en cuenta que en 2019 se impuso en la mayoría. Además, en Nafarroa, Geroa Bai no logró imponerse en ningún municipio.

La mancha expansiva de EH Bildu

Como una pequeña balsa de aceite, el verde claro de EH Bildu se va expandiendo del corazón de Gipuzkoa y el norte de Nafarroa hacia el resto del territorio. Gana en 266 localidades, no tiene rival en Gipuzkoa, donde se impone en 81 de los municipios, domina el mapa en Bizkaia –gana en 55 pueblos–, vence en Araba –22– y extiende sus tentáculos hacia el este de Nafarroa, donde también planta su bandera en algunas localidades de la zona media como Puiu o Uxue. No está mal para unas elecciones en las que, como lamentó el PNV el domingo a la noche, se impuso el marco español. En resumen, la franja central del país, de este a oeste, es casi monocolor.

Las cosas cambian, sin embargo, al reparar en el sur de Nafarroa y Araba, donde emerge otra disputa que nos habla de realidades diferentes. Hay muchos países dentro de nuestro país. El rojo del PSN y del PSE se impone en la franja sur, en estrecha competición con el PP, al que no le fue del todo mal el domingo.

De norte a sur de Nafarroa

El PSN de María Chivite obtuvo muy buenos resultados, ganó en 84 municipios navarros de un total de 272, y como medalla puede reivindicar el haber ganado en la localidad más meridional –Cortes– y en la más septeptrional –Urdazubi–. Eso sí, de Noain para arriba sus victorias apenas son testimoniales.

El PSE concentró sus victorias en las localidades más pobladas. Ganó, sin ir más lejos, en las tres capitales de la CAV, en buena parte del área metropolitana de Bilbo, en Eibar y en Irun. No son muchas victorias –33 en la CAV–, pero sí tienen mucho peso demográfico. En total, PSE-PSN lograron ser primera fuerza en 117 municipios vascos.

El PP, por su parte, se impuso en un puñado de municipios del sur de Nafarroa y Araba. Concretamente, en 90, incluyendo en su haber victorias poco sorprendentes pero de peso como las de Iruñea, Tutera o Lizarra.

Tres colores pero un solo vencedor en Ipar Euskal Herria

Al otro lado del Bidasoa, los colores cambian drásticamente. En parte porque EH Bai no ha presentado candidaturas ni ha apoyado otras listas, pero en buena medida también porque el norte del país ha dejado de ser una isla a salvo de la extrema derecha en el Estado francés. El Rassemblement National de Marine Le Pen y Jordan Bardella se hizo el domingo amo y señor de casi todo Lapurdi, herrialde en el que vive la inmensa mayoría de vecinos de Ipar Euskal Herria –Biarritz, Getaria, Basusarri y Makea fueron las únicas excepciones–, y se adentró en buena parte de Nafarroa Beherea. En total se impuso en 96 de los 160 municipios en los que compitió. Nunca la extrema derecha había obtenido semejantes resultados.

En cualquier caso, en Nafarroa Beherea y Zuberoa al RN le salieron dos competidores. La Alliance Rurale del exdiputado vasco-bearnés Jean Lasalle obtuvo buenos resultados, imponiéndose en 44 municipios y escalando a la segunda posición en los dos herrialdes del interior. Por último, el PS también logró resultados por encima de su media en Zuberoa, donde fue tercera fuerza y ganó en nueve municipios, incluyendo Maule-Lextarre.

El estreno de Usansolo

Por último, comentario aparte merece, quizá, el hecho de que en las elecciones de este domingo el mapa de Euskal Herria haya incluido por primera vez a Usansolo como entidad independiente. Los vecinos estrenaron su soberanía municipal votando por EH Bildu (644 votos) y con el PNV en segundo lugar (524). Por cierto, un resultado parecido al de Galdakao, donde también ganó la izquierda soberanista.