Dos cambios radicales de conversación en apenas 25 horas
El domingo, cuando a las ocho de la tarde se cerraron los colegios electorales, sabíamos que por culpa de Italia nos encaminábamos a tres horas de oscuridad sobre los resultados, a la espera de que a las once de la noche se abriera el grifo de votos y «tantosporcientos». Pero RTVE y los medios de la Forta, entre ellos EiTB, tuvieron la idea de encargar una encuesta con la que llenar ese vacío. Ni siquiera era un sondeo a pie de urna, sino un ejercicio demoscópico de días previos algo arriesgado. Así que durante horas y con dinero público, se mantuvo la ficción de que en la CAV había una pugna por la victoria entre PNV y PSE, en torno al 27%, que dejaba muy atrás a EH Bildu, con el 19%. Y se impuso ese marco sobre el que especularon no solo periodistas y tertulianos, sino también la ciudadanía que permanecía atenta a su pantalla o transistor.
Ni la evidencia de los datos reales del escrutinio que ya se movían con agilidad por las redes rompió con esa realidad paralela oficial, aunque ficticia. Y los dirigentes del PNV la alimentaron al acceder a Sabin Etxea, recurriendo al inexistente empate cuando seguro que ya eran conocedores de la que se les venía encima.
Y llegó la realidad, la victoria de EH Bildu en la CAV, el buen resultado del PSOE (ganador en Hego Euskal Herria) y el nunca conocido con anterioridad tercer puesto del PNV (con Geroa Bai reducida a la insignificancia en Nafarroa). Hubo que reajustar discursos y análisis. Cambió la conversación pública y los ojos empezaron a enfocarse en lo mal que iban las cosas en las plantas altas de Sabin Etxea. Así estuvieron las cosas al acabar la noche del domingo y durante la mañana del lunes.
Pero al atardecer, PNV y PSE anunciaron un preacuerdo de Gobierno, general y bienintencionado. De pronto, la conversación volvió a girar de forma brusca y se dejó de hablar del tortazo jeltzale contra las urnas, y a la vez también de los buenos resultados de los de Eneko Andueza. No llegaremos a saber si tanta generosidad del PSE tendrá compensación en más áreas y cargos. Pero Andoni Ortuzar pudo estar más de veinte minutos de entrevista en la radio pública distrayendo con consejerías y competencias hasta que solo al final le preguntaran por los malos resultados del PNV. No pareció preocuparle.