Ocho militares israelíes, entre ellos un capitán, han muerto este sábado en un ataque de las milicias palestinas en Rafah, en el extremo meridional de Gaza, en la que es la jornada con más bajas entre las filas de Israel desde el 22 de enero, cuando murieron 21 militares al derrumbarse sobre ellos dos edificios en el incidente más mortífero desde que Israel lanzó la operación de venganza contra Hamas en la Franja.
El ataque ha tenido lugar sobre las 5.00 horas cuando una columna de vehículos militares de la 401ª Brigada Acorazada regresaban de una operación en Tal al Sultan en la que habrían muerto unos 50 milicianos palestinos, según datos oficiales de los militares israelíes.
Las brigadas Ezzedin al-Qasam, el brazo armado de Hamas, han reivindicado el ataque como «una compleja emboscada contra vehículos enemigos» que se encontraban en la zona de Tal al Sultan, en el oeste de Rafah.
Según la organización islamista, han atacado un vehículo blindado de ingeniería de combate ‘Namer’ utilizando un proyectil Al Yassin 105, que lo ha incendiado y matado a los ochos militares.
El portavoz del Ejército, Daniel Hagari, ha declarado en la noche de este sábado en una comparecencia que el incidente «probablemente» lo causó un dispositivo explosivo colocado cerca del blindado o un misil antitanque disparado contra él.
A lo largo del sábado el Ejército israelí ha lanzado numerosas incursiones y ataques aéreos contra distintos puntos del este, centro y oeste de Rafah, fronteriza con Egipto.
Netanyahu: «No hay alternativa a la victoria»
Horas después del ataque, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha difundido un vídeo en el que insiste en seguir atacando Gaza.
«Este enemigo monstruoso no pretende detenerse aquí. Junto al resto del malvado eje del mal de Irán, seguirá intentando destruirnos», afirma en el vídeo, «por lo que no hay alternativa a la victoria».
Bajo esa premisa, ha reivindicado una vez más lograr los «objetivos de guerra» de Israel frente al alto el fuego: destruir las capacidades militares y gubernamentales de Hamas, rescatar a los rehenes, asegurar que Gaza no es una amenaza para el país y que los residentes evacuados puedan volver a sus casas, tanto en el norte, junto a la frontera con el Líbano, como en el sur.
«Nos esperan muchos más retos», ha augurado el mandatario israelí de cara a la «guerra» que el país libra «en varios frentes, incluyendo el internacional».
Miles de israelíes se han manifestado esta tarde a lo largo del país, con especial afluencia en Tel Aviv –donde concentraciones de este tipo se dan cada sábado– para protestar contra el Gobierno de Netanyahu y reclamarle un acuerdo de alto el fuego que permita el retorno de los rehenes, ya que aún quedan 116 en la Franja y 40, según el Ejército, estarían muertos.