El Ejército de Israel «es uno de los más criminales del mundo», ha definido este miércoles el australiano Chris Sidoti, uno de los prominentes juristas que integran la Comisión Internacional e Independiente de Investigación para Palestina, que investiga los crímenes que se están produciendo en Gaza y que ha concluido que las autoridades de Israel son responsables de crímenes de guerra y de lesa humanidad.
«No tengo la autoridad para hacer juicios sobre moralidad, pero tengo autoridad para hacer valoraciones sobre conductas criminales (...) y la única conclusión a la que se puede llegar es que el Ejército de Israel es uno de los más criminales en el mundo», ha remarcado Sidoti.
La comisión ha presentado en Ginebra su informe al Consejo de Derechos Humanos, en el que entre las violaciones del derecho humanitario internacional y de los derechos humanos que describe figuran «el exterminio, los ataques intencionales y directos contra civiles y objetos civiles, el asesinato y el uso del hambre como un método de guerra».
Al comentar para la prensa las conclusiones del informe, la presidenta de la comisión de la ONU, la jurista sudafricana Navy Pillay, ha enfatizado que en toda la información reunida por el equipo investigador sale a relucir la intención de forzar a los civiles a desplazarse una y otra vez.
Por instrucción del Ejército israelí, «la gente del norte de Gaza se traslada al sur y de repente son atacados en el sur, luego leemos instrucciones contrarias, todo lo cual apuntan a una actitud en la que no se tienen en cuenta las vidas, la destrucción y el desplazamiento».
Sidoti ha subrayado que en más de 70 años que dura el conflicto palestino-israelí nunca se experimentó un nivel de violencia tan fuerte, y que aunque se puede entender que esto se produjo a raíz de los atentados de Hamás el pasado 7 de octubre, «esto no justifica que se esté cometiendo crímenes de guerra y de lesa humanidad» contra la población palestina.
«Una y otra vez»
«El hecho es que esto sucede una y otra vez y cada vez es peor. Estamos ante el mayor número de muertos que nunca hemos visto en este prolongado conflicto y debe haber justicia por cada acto criminal», ha señalado.
Pillay ha explicado que la investigación que la comisión está realizando -cuyo informe de hoy consta de más de 200 páginas- es el más extenso y profundo que la ONU ha efectuado hasta el momento sobre la guerra en Gaza.
Pillay ha lamentado que el Gobierno de Israel «ha obstruido» de todas las maneras posibles el trabajo de la comisión, a cuyos miembros no ha permitido visitar ni su territorio ni los territorios palestinos que ocupa, y también prohibió al personal médico que atendió a las víctimas de los ataques del 7 de octubre que hablara con ellos.
Los comisionados también desearían entrevistarse con los rehenes israelíes liberados que lo deseen o con familiares de los que siguen cautivos, lo que no pueden hacer si las autoridades no les permiten visitar Israel.
Otro informe sobre media docena de bombardeos
Este documento se ha dado a conocer horas después de que se publicara otro informe que analiza varias ofensivas de Israel contra Gaza y que podrían constituir crímenes contra la humanidad, al implicar «ataques sistemáticos contra la población civil».
El estudio se centra en los detalles de media docena de bombardeos cometidos entre el 9 de octubre y el 2 de diciembre de 2023 contra edificios residenciales, campos de refugiados, una escuela y un mercado, en los que se verificaron al menos 218 muertes.
Los ataques, en los que se emplearon bombas GBU-31, GBU-32 y GBU-39, causaron un alto número de víctimas civiles y una enorme destrucción de objetos no militares, «planteando serias dudas sobre la aplicación de las leyes de la guerra en cuanto a respeto de los principios de distinción, proporcionalidad y precaución».
De acuerdo con el jefe de la oficina de la ONU, el alto comisionado Volker Türk, la norma de reducir al mínimo el daño a civiles en acciones bélicas «parece haber sido consistentemente violada en la campaña de bombardeos de Israel».
«Bestias humanas»
También se subraya que oficiales de las fuerzas de defensa israelíes llegaron a calificar como «bestias humanas» a todos los residentes de Gaza.
El informe indica que las bombas utilizadas en los ataques analizados tienen capacidad para penetrar en varias plantas de un edificio de hormigón y conseguir que este se derrumbe.
«Dada la densa población de las áreas contra las que se dirigieron estos explosivos, el uso de ellos, con unos efectos tan amplios en extensas zonas, es probablemente un ataque indiscriminado», prohibido por las leyes internacionales, defiende el estudio.
También se denuncia que en cinco de los ataques no se emitió una alerta previa, lo que aumenta la convicción de que no se respetó el principio de precaución.
En tres de los casos el Ejército israelí dijo haber dirigido los bombardeos contra individuos relacionados con los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023, aunque la oficina de la ONU subraya que «la mera presencia de un comandante o varios combatientes no convierte un vecindario entero en un objetivo militar». «Ello violaría el principio de probabilidad y la prohibición de ataques indiscriminados», insiste el informe de la oficina dirigida por Türk.
Entre los seis ataques analizados se encuentran el cometido contra un mercado de Jabalia (extremo norte de Gaza) el 9 de octubre, el que sufrió la escuela de Al Buraq en la capital gazatí el 10 de noviembre, y los de dos campos de refugiados.
Respuesta de Israel
La Misión de Israel ante la ONU en Ginebra ha respondido al informe de la ONU asegurando que «sufre de sesgos metodológicos y a posteriori» que le restan credibilidad.
«Su único objetivo es arremeter contra Israel, protegiendo aún más a los terroristas de Hamas en Gaza», ha indicado en un comunicado la misión diplomática.