Echa a andar un gobierno con la mochila al hombro
Echó a andar ayer el nuevo Gobierno de Imanol Pradales, que combina la ilusión del estreno de curso y los buenos propósitos aún a estrenar, arrastra los problemas heredados de los años anteriores y ahora se enfrentará también a la burocracia de la puesta en marcha de los nuevos equipos.
Sobre las 9.15 de la mañana de ayer cruzaron la verja de Ajuria Enea dos vehículos. Del primero bajó el lehendakari, Imanol Pradales, con una mochila sobre el hombro izquierdo. Con paso firme entró en el edificio. Era la imagen de quien empieza el curso con la ilusión de las expectativas y las novedades que vienen, aunque al mismo tiempo daba la impresión de que la mochila pesaba.
Así parecieron estar también sus quince consejeros y consejeras, con los nervios de estrenar instituto, con sus discursos de buenas intenciones bien apuntados, pero también con la mochila de los problemas que se arrastran en cada una de sus consejerías. Y algunas de esas mochilas pesan por ahora como si estuvieran cargadas de plomo.
Es el caso de la que carga el consejero de Salud, Alberto Martínez, con el marrón de reanimar Osakidetza y con los ojos de los sindicatos y los tribunales revisando grabaciones que no dejan del todo clara su integridad a la hora de afrontar una OPE. Pero ayer dejó otro par de detalles. Fue el único que no pudo –o probablemente no quiso– leer las dieciséis palabras de la fórmula de promesa en euskara. Admitió luego en su discurso que entre sus carencias está la de no saber euskara, pero da qué pensar que haya podido superar años de estudio para llegar a ser jefe del Servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor del Hospital Universitario de Cruces y no pueda leer tres líneas de texto a cuerpo 24 (o más). Luego, metido en materia, parece que se precipitó al anunciar la inminencia de que el lehendakari anuncie la convocatoria de un gran pacto por la salud, que reúna a universidades, colegios profesionales, expertos, sindicatos y partidos. Calma.
¿Quién no puso la mano en el Estatuto?
A partir de las 9.30 fueron llegando los nuevos consejeros y consejeras, todavía sin respetar el orden de prelación. Al subir las escaleras se les ponían firmes y en posición de saludo cuatro ertzainas y en medio posaban para las cámaras. También acudieron la Mesa del Parlamento, como dicta el protocolo, y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y el secretario general del PSE, Eneko Andueza, que no quisieron quedarse fuera de la foto. Entre bambalinas se quedó el secretario de organización del PSE, Miguel Ángel Morales.
La amplitud del Gobierno, quince miembros, el mayor de la historia de la CAV, tuvo repercusión en los tiempos de la toma de posesión.
Con todos ya dentro, el lehendakari, Imanol Pradales, comenzó a leer los quince decretos de nombramiento. Los de los dos vicelehendakari fueron especialmente largos. Uno a uno fueron prometiendo sus cargos, con la mano puesta sobre un ejemplar del Estatuto de Autonomía. Pero hubo alguien que se quedó con las manos extendidas pero entrecruzadas ante sí. Fue Maria Ubarretxena, consejera de Gobernanza, Administración Digital y Autogobierno y futura portavoz del Ejecutivo. Cabe esperar que la promesa sea igualmente válida.
Nada menos que 37 minutos tardó el lehendakari en completar el protocolo. Y así se entiende que antes de ir con la consejera de Justicia y Derechos Humanos, la última de la lista –lo que parece preocupante con ese cargo– Imanol Pradales se aliviara con un «azkenik...». Cuando todos los miembros del Gabinete prometieron sus cargos, el lehendakari se acercó a la fila que formaban ante él para dar la mano a ellos y dos besos a ellas. Un detalle que no pasó desapercibido.
Lehendakari: «Sed valientes y arriesgad»
Antes de cerrar el acto, Imanol Pradales pronunció el habitual discurso motivacional que todo lehendakari dirige a su Gobierno en estas tomas de posesión. Da la impresión de que en este caso una de las marcas de la casa va a ser la de «es mejor equivocarse por haberlo intentado, que arrepentirse por no haber dado ese paso».
Pradales dijo en su investidura que él lo tiene claro y ayer invitó a su equipo a «tomar decisiones valientes y arriesgadas», sabiendo que «estaremos sometidos a la máxima exigencia. No puede ser de otra manera». Insistió: «Os pido que os atreváis, que no tengáis miedo a equivocaros, que siempre que se trate de mejorar la vida de las personas en Euskadi lo intentéis, que no tengáis miedo a equivocaros, siempre que se trate de mejorar la vida de las personas en Euskadi».
¿«Nuevo estatus» con «derecho a decidir»?
Habrá que ver si el propio lehendakari se aplica esta máxima a la hora de dar el paso de buscar un «nuevo estatus» con «derecho a decidir». Eso es lo que figuraba en el programa con el que Imanol Pradales ganó las elecciones.
Tras el acuerdo con el PSE, lo que ayer recordó el lehendakari a sus consejeras y consejeros es que «también debemos avanzar, actualizar y mejorar nuestro autogobierno. Completar definitivamente el Estatuto de Gernika, y trabajar de la mano de los partidos políticos para alcanzar un nuevo Pacto Estatutario que logre ensanchar el consenso 1979».
No es lo mismo, pero como este punto lo deja el Gobierno en manos del Parlamento, habrá que ver si al final ganan los deseos de los votantes o «el que decide» va a ser la minoría. El pacto del PNV con el PSOE para la investidura de Sánchez recoge que el «acuerdo alcanzado deberá responder a las demandas mayoritarias del Parlamento de Euskadi, que, de acuerdo con lo establecido en el Estatuto de Gernika, representa legítimamente al pueblo vasco».
Quince discursos bajo el sol de Gasteiz
El nuevo Gobierno se hizo la tradicional foto de equipo en la fachada de Ajuria Enea, aunque ayer se incorporó la novedad de retratarse también con el roble que hay en el jardín delantero.
Son quince. Muchos. Sobre todo si cada cual sale a dar cuenta de sus prioridades ante los medios y bajo el sol del mediodía de Gasteiz, sin apenas sombra en la que cobijarse. Tenían dos minutos cada uno. Alguno llegó a los diez. El resumen de los buenos propósitos para los próximos cuatro años de cada consejero y consejera los pueden encontrar en NAIZ.
Para acabar, se reunieron en su primer Consejo de Gobierno, más formal que deliberativo. A partir de ahora, cada cual irá montando sus equipos y no se espera que se les pueda ver por el Parlamento hasta el mes de septiembre.