Joxerramon Bengoetxea atiende a GARA en su despacho de la Facultad de Derecho pocos días después de anunciar públicamente un salto vital que entiende como una contribución a la universidad.

Cuando anunció su candidatura al cargo de rector de la UPV-EHU dijo que «es el momento de recuperar consensos de base sobre la dirección de la universidad». ¿A qué se refiere con esa afirmación?

A la idea de tener un modelo de universidad donde todos los colectivos nos sintamos identificados. Me refiero a tejer consensos en ese sentido. No pretendemos que no exista un contraste; precisamente, el consenso debería ser el fruto de ese contraste. Es importante que haya visiones distintas, pero es importante que ese debate genere un consenso.

Tiene una larga trayectoria en la universidad, ¿por qué toma ahora la decisión de presentarse al cargo de rector?

Por la confluencia de tres factores. Por un lado, una sensación personal, de que no estaba muy a gusto con la universidad que se ha estado perfilando estos últimos años. Una sensación de que seguramente otra universidad es posible. Eso me había generado una inquietud. Después, me llegó una propuesta que representaba a distintos colectivos de la universidad en la que se me proponía que diera este paso. Y esto ha coincidido con una época en mi vida personal en la que ya he tenido la oportunidad de desarrollar una carrera universitaria, tengo 61 años recién cumplidos, y creo que puede ser un buen momento para dar ese salto e intentar contribuir también a ese modelo alternativo de universidad que me gustaría ver implementado. Ha sido la conjunción de los tres elementos.

¿Cuáles son las necesidades más imperativas o las más inmediatas de la UPV-EHU?

Una necesidad muy clara es afrontar la situación de precariedad en la que se encuentran bastantes colectivos, sobre todo de profesorado. Tenemos contratos de sustituciones en unas condiciones yo diría casi infrasociales, en el sentido de que en el conjunto de la sociedad no se admitiría ese tipo de contrato, máxime cuando estamos hablando de una gente que ha tenido una formación tan amplia y tan importante.

A esto se le une el hecho de que las carreras en la universidad se consolidan bastante tarde, hay que esperar mucho tiempo para tener unas condiciones más o menos dignas. Creo que esa es una de las necesidades importantes. Evidentemente, siempre queremos mejorar la calidad de la enseñanza, queremos ser una universidad que investigue más, que investiga mucho, pues todavía más y mejor, pero sobre todo el paso más importante es el de los colectivos de profesorado en los que esta mejora es muy necesaria. Me gustaría poner el acento ahí y subrayar esta necesidad, creo que eso es muy importante.

Queremos gente que desee contribuir a hacer una universidad mejor. Pensamos que es posible otro modelo más implicado y más cercano a todos los colectivos de la universidad

El tema de la financiación es recurrente; todavía estamos lejos de los estándares europeos. ¿A qué se debe?

Hemos crecido como universidad atendiendo a necesidades muy imperiosas; tuvimos en su momento el pico demográfico, se abrieron las condiciones de acceso, las universidades, las públicas sobre todo, dieron entrada a mucha gente, y eso es muy positivo, pero ha provocado también que se tuviera que desarrollar en unas condiciones en las que había que atender necesidades docentes importantes. Y posiblemente no se atendieron en el mismo grado necesidades investigadoras, de transferencia, etc., que requieren inversiones muy serias. Asimismo, necesidades puntuales de docencia se han ido intentado resolver mediante contratos precarios. Con la misma financiación, o un poquito más de financiación, se han estado atendiendo necesidades indispensables, sin poder atender en la misma medida la investigación. Y esto ha generado una necesidad de financiación muy importante.

Acaba de conocerse la composición del nuevo Gobierno de Lakua, y el titular del Departamento de Ciencia, Universidades e Innovación va a ser Juan Ignacio Pérez. ¿Que el nuevo consejero haya sido rector de la UPV-EHU puede ayudar a que sea sensible a las necesidades que tiene esta universidad?

Creo que sí. Y es positivo contar con un consejero específicamente para el campo de las universidades y de la investigación. En este caso, un consejero que conoce muy bien la universidad, que ha sido rector y que ha dedicado su vida profesional a la UPV-EHU. Considero que es positivo. También nos exigirá dar más a cambio, hacer un esfuerzo para mostrar que, efectivamente, si apuesta por la financiación va a ser una apuesta acertada y que nos la merecemos.

La presencia del euskara tendría que estar garantizada en la oferta de grados; también es importante tener asegurada la oferta bilingüe en los posgrados habilitantes para el acceso a una profesión. Y tenemos que aumentar la oferta en euskara en todos los posgrados

Cuando se debatió la Ley de Educación no Universitaria el reto demográfico, sus consecuencias, fue un tema que estuvo sobre la mesa. ¿Cómo va a afectarle este asunto a la UPV-EHU? ¿Qué impacto van a tener en la universidad los cambios demográficos?

Ya lo están teniendo. Si se analiza el número de estudiantes que realizan la prueba de selectividad, de acceso, se puede detectar un descenso ya. La universidad tiene que saber adaptarse a este reto, debe pensar en fórmulas que permitan extender la formación universitaria, adaptándola, también ofreciendo grados, estudios, ofertas docentes más específicas, más concretas, que puedan llegar a más sectores. Tampoco tiene por qué haber una edad concreta para que una persona se plantee los estudios universitarios. De hecho tenemos un montón de estudiantes en las aulas de la experiencia, mayores de 55 años. Ahí hay un campo importante. Se trata de llegar a cada vez más gente, también a colectivos que quizá ni se habían planteado hasta ahora el estudio universitario. Se pueden hacer muchas cosas mientras como sociedad vamos resolviendo el reto demográfico.

La universidad puede aportar conocimientos sobre qué medidas se han adoptado en otros lugares a este respecto, medidas de conciliación, por ejemplo, que son importantes y en las que como sociedad todavía tenemos mucho que mejorar.

Las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial... son temas candentes. ¿Está preparada la universidad para los cambios que se avecinan?

Creo que sí. Si hay una institución, una organización, en la sociedad que en principio está preparada para adoptar los cambios tecnológicos que se requieran es la universidad. Opino, además, que hay que aprender a contemplar la inteligencia artificial no como un reto o una amenaza, aunque puede haber aspectos sobre los que efectivamente haya que estar muy vigilantes, y la universidad puede aportar mucho en ese sentido, por ejemplo en el control de los sesgos a la hora de los diseños, sino como una herramienta que puede tener muchas aplicaciones en todos los ámbitos. En la gestión, en la ayuda a la investigación, en la mejora en la docencia, en el aprendizaje de nuestros propios procesos...

Por otro lado, seguramente muchos estudiantes tendrán un control de la inteligencia artificial superior al de algunos profesores y profesoras, y de ahí puede nacer también una bonita interacción que permita que todos progresemos con esta incorporación.

En el ámbito lingüístico los avances han sido notorios en las décadas de andadura de la UPV-EHU, pero aún queda camino. ¿Cuáles son sus planes?

Debemos ser una universidad bilingüe, pero euskaldun. Tenemos que abrirnos a todos los idiomas desde esa condición de universidad euskaldun y bilingüe. La presencia del euskara tendría que estar garantizada desde luego a nivel de oferta de grados; también es importante que tengamos asegurada la oferta bilingüe en aquellos posgrados, pensemos en los másteres oficiales, que sean habilitantes para el acceso a una profesión. Y luego tenemos que aumentar la oferta en euskara en todos los posgrados. No voy a decir que necesariamente todos los másteres tengan que ser bilingües, pero tenemos que asegurar una oferta cada vez más amplia. Evidentemente, también es importante asegurar la oferta en inglés y en otros idiomas.

Anunciará el equipo que le acompañará a comienzos del nuevo curso. Sin desvelar ningún nombre, ¿qué tiene en mente? ¿Qué tipo de equipo quiere que le acompañe?

Queremos un equipo plural, compuesto por gente con ganas de trabajar y que entienda la dedicación a la gestión. Al final, una cosa muy importante de una universidad es su capacidad de autogobierno y autogestión. Entonces, todos los que formemos el equipo rectoral tenemos que creer en esa visión de que somos nosotros, como colectivo universitario, quienes nos autogobernamos. Esto no implica que tengamos que entender la gestión como una carrera profesional, si no que parte de nuestra vida docente e investigadora la tenemos que dedicar también a la gestión, y que eso es una contribución que hacemos a la universidad, que es un momento en nuestra vida académica que dedicamos a mejorar la gestión de la universidad. Lógicamente, también queremos equilibrios entre las distintas disciplinas, queremos equilibrios, como no puede ser de otro modo, de género, y equilibrios entre los distintos campus, para que estén todos bien representados.

Queremos, en definitiva,  gente que tenga una gran dedicación y que realmente quiera contribuir a hacer una universidad mejor. Porque pensa- mos que es posible otro modelo menos alejado, más implicado y más cercano a todos los colectivos de la universidad.

¿Ha hablado con la actual rectora, Eva Ferreira, sobre su candidatura y sus planes?

Sí, he tenido contacto con la rectora y con su equipo; he notificado mi intención de presentarme y estamos pendientes de celebrar en breve una reunión en la que podré explicar con detalle lo que ya le he anticipado hasta el momento.