La ciudad japonesa de Nagasaki ha conmemorado este viernes el 79 aniversario del ataque nuclear estadounidense que arrasó la ciudad, con la notable ausencia de los embajadores de Estados Unidos y el resto de naciones del G7, que no han acudido en protesta por la decisión de las autoridades locales de no invitar a Israel por sus acciones bélicas contra Palestina.
La ceremonia se ha llevado cabo frente a la Estatua de la Paz, situada cerca del hipocentro de la explosión, donde, como cada año, se leyó también una Declaración por la Paz, que en esta ocasión trató de mandar un mensaje a Rusia y también a Israel.
«En medio de la incertidumbre sobre cuándo terminará la invasión rusa de Ucrania y la creciente preocupación por la expansión de los conflictos armados en Oriente Medio, actualmente nos enfrentamos a una situación crítica. Desde el bombardeo atómico, los seres humanos nos hemos adaptado a la norma humanitaria de no volver a utilizar nunca más un arma nuclear. Sin embargo, el armamento nuclear se está acelerando, como lo demuestra el progreso en el desarrollo y despliegue de armas nucleares en previsión de su uso real en el campo de batalla», detalla el texto.
Pero la ceremonia de este año ha estado marcada por la ausencia del embajador de Estados Unidos en Tokio, Rahm Emanuel, así como de sus homólogos del resto de miembros del G7 (excepto el propio Japón), Canadá, Estado francés, Alemania e Italia, y de la Unión Europea como organismo.
Este plantón se debe a que las autoridades locales de Nagasaki no habían invitado al embajador israelí, tal y como ya hace desde hace dos años con los de Rusia y Bielorrusia tras la guerra de Ucrania.
En un carta, los embajadores de EEUU y sus países aliados señalaron que «les sería difícil tener participación de alto nivel» si Israel era excluido del mismo.
«A diferencia de Rusia, legítima defensa»
«A diferencia de Rusia, que invadió Ucrania, y Bielorrusia, que cooperó en la invasión, Israel está ejerciendo su derecho a la legítima defensa. Por lo tanto, tratar a Israel de la misma manera sería engañoso» dijo la embajadora británica en el país asiático, Julia Longbottom, a los medios el día 6 de agosto en declaraciones recogidas por el diario japonés ‘Mainichi’.
Un portavoz de la ciudad nipona señaló que la no invitación de Israel «no se trata de una decisión política», sino «evitar una posible situación que impida la seguridad de los participantes y la celebración de una ceremonia pacifica».
Especialmente llamativa es la retórica del país norteamericano, ya que fue quien lazó la bomba atómica contra Nagaski e Hirohsima y, hasta el momento, el único país que ha atacado a otro con armamento nuclear.
Se calcula que unas 40.000 personas murieron en el momento del bombardeo atómico contra Nagasaki y unas 70.000 en el de Hiroshima tres días antes, a los que les seguirían decenas de miles más hasta finales de año a consecuencia de la radiación. Hasta la actualidad se estima que unas 400.000 personas perdieron la vida en ambas ciudades por el ataque o sus secuelas.