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Fiscalidad, ecotasas o peajes obtienen resultados; otras políticas climáticas, no tanto

La revista ‘Science’ ha publicado un análisis de 1.500 actuaciones contra el cambio climático llevadas a cabo en 41 países durante las dos últimas décadas (1998-2022) y su impacto constatado en la reducción de emisiones, mostrando qué funciona y qué no para cumplir el Acuerdo de París.

Movilización juvenil para reclamar acción contra el cambio climático, en Bilbo en 2019.
Movilización juvenil para reclamar acción contra el cambio climático, en Bilbo en 2019. (Aritz Loiola | Foku)

De las 1.500 medidas estudiadas en los sectores de la construcción, la electricidad, la industria y el transporte, los investigadores autores de un informe publicado por ‘Science’ destacan 63 que han sido realmente efectivas. De hecho, les atribuyen la reducción de emisiones de entre 600 y 1.800 millones de toneladas de CO2.

Algunos ejemplos de especial valor se han registrado en estados tan diferentes como China, Alemania o el Estado español.

En el caso concreto español, el estudio destaca como éxito la reducción de emisiones del transporte, especialmente de la movilidad privada por carretera, debido a la fiscalidad para los hidrocarburos y circulación implementada en el año 2008.

Los sistemas piloto de comercio de derechos de emisión de China, complementados con menores subvenciones a los combustibles fósiles y más incentivos a la eficiencia energética, aparecen también entre los más eficaces en este estudio.

La implantación de una ecotasa y de un sistema de peaje para los camiones han tenido un impacto muy positivo en la reducción de emisiones en Alemania.

La receta del éxito: combinar actuaciones

No obstante, los datos de la investigación, disponibles ya  en un Explorador interactivo de Políticas Climáticas, ponen de manifiesto que el éxito de las políticas de un país frente al cambio climático no está en medidas concretas sino en la combinación de actuaciones gestionadas con una visión integral.

De este modo, políticas aparentemente muy efectivas, como el cierre de las centrales de carbón o las restricciones a la circulación de vehículos de combustión, impactan de forma muy positiva en la reducción de emisiones cuando van en tándem con otras, como demuestran casos como el de Reino Unido con las térmicas o el de Noruega con los límites a los coches contaminantes.

«Más políticas no equivalen necesariamente a mejores resultados. Las subvenciones o las leyes por si solas son insuficientes, cuando se combinan con otros instrumentos, como los impuestos, es cuando verdaderamente se consiguen reducciones sustanciales de emisiones», señala uno de los autores, Nicolas Koch, científico del Instituto Potsdam de investigación climática de Alemania en un comunicado.

Annika Stechemesser, investigadora del mismo centro, subraya que los datos de este estudio «son muy relevantes para apoyar a los responsables políticos y a la sociedad en la transición hacia la neutralidad climática».

Sanz (BC3) matiza: «No es generalizable»

A juicio de María José Sanz, directora del Centro Vasco de Investigación sobre Cambio Climático (BC3), este estudio representa un análisis interesante de la base de datos de políticas climáticas de la OCDE, pero sus resultados «deben tomarse con cautela».

«Los contextos geopolíticos y regulatorios de los diferentes países pueden marcar grandes diferencias en el impacto de determinadas políticas, por lo que no es generalizable qué políticas son mejores», señala la investigadora en una reacción recogida por SMC España.