Daniel   Galvalizi
Periodista

Sumar espera suturar heridas, apuntarse logros propios y hacer una ambiciosa asamblea

La coalición de Yolanda Díaz no ha tenido un buen año hasta ahora y espera remontar el perfil político propio con la disputa por los presupuestos y la batalla por la reducción de la jornada laboral. Se espera una ponencia ideológica para noviembre que sea bisagra.

Yolanda Díaz, junto a la ministra Sira Rego, el ministro Ernest Urtasun e Iñigo Errejón, en una imagen distendida junto al Congreso este verano.
Yolanda Díaz, junto a la ministra Sira Rego, el ministro Ernest Urtasun e Iñigo Errejón, en una imagen distendida junto al Congreso este verano. (Fernando Sánchez | Europa Press)

Hace poco más de un año, Sumar casi empataba en votos con Vox y disputaba el tercer lugar de fuerza política en el Estado y en cantidad de escaños en el Congreso. Y sobre fin de año conseguía ser parte del Consejo de Ministros con la nueva investidura de Pedro Sánchez. Pero, antes de Navidad, la ruptura con Podemos cambió el ciclo virtuoso.

Con cuatro escaños menos y un nuevo rival autónomo a su izquierda, la coalición que lidera la vicepresidenta Yolanda Díaz tuvo malos resultados en las autonómicas de Galiza y la CAV y las europeas, además de varios desacuerdos internos entre sus diferentes confluencias expuestos ante los medios. Las críticas sobre su influencia en el policy-making del Gobierno y la acusación de que era una copia del PSOE comenzaron a llover. Los desaires de Sánchez, como con el portazo a los presupuestos de 2024 sin darles aviso previo, no han ayudado. Menos aún las desavenencias sobre la financiación singular para Catalunya.

Pero el nuevo curso político está por comenzar y el receso estival llega a su fin. Con él, Sumar espera dar el puntapié inicial a una nueva etapa en la que haya reagrupamiento de fuerza, más cohesión y una asamblea bisagra para la segunda mitad del otoño que tendrá como objetivo central hacer una ponencia ideológica y establecer una hoja de ruta para la ampliación territorial.

PGE y jornada laboral

«Los presupuestos son el primer hito que tenemos por delante y será un buen momento para la cohesión. Llevamos desde mayo negociándolos. Mantendrá las filas prietas, coherentemente prietas», comenta a NAIZ un diputado del entorno más cercano a Díaz y que participa en las decisiones claves del grupo parlamentario.

La misma fuente señala que uno de los puntos sobresalientes de la negociación con el socio mayor del Gobierno es que haya «partidas específicas» que representen las reivindicaciones de las confluencias territoriales que integran Sumar. Específicamente para el Pais Valencià por Compromís, para Andalucía por Izquierda Unida, para Aragón por la Chunta y para las Illes Balears por Ara Més. Esto cobra especial importancia simbólica luego de que dos de ellas expresaran su desagrado por el acuerdo en el cambio de la financiación para Catalunya entre PSC y Esquerra Republicana pero ningún avance para los valencianos y aragoneses.

De hecho, desde el grupo han dicho que ya hay algunos primeros puntos tangibles de esos avances, como las partidas específicas que los PGE incluirán para inversión ferroviaria en la provincia de Alacant, en sus comarcas del sur, que sufren un retraso considerado «histórico» para sus diputados, que denuncian que esa circunscripción figura en el 20% de los que menor inversión reciben.

«Tenemos que poder demostrar que conseguimos cosas para la gente. Si no, nuestros votantes van a decir: ‘para esto ya está el PSOE’», señala uno de los legisladores de las confluencias

 

«Tenemos que poder demostrar que conseguimos cosas para la gente, para nuestros votantes. Si no, van a decir ‘¿para qué los votamos si ya está el PSOE para esto?’», reflexiona uno de los legisladores de las confluencias, enfático sobre la necesidad de presionar a Sánchez hacia la izquierda y que la gente lo perciba, como supo hacer Pablo Iglesias en tiempos del extinto Unidas Podemos.

Sumar apuntará también a engrosar las arcas de Hacienda y, en sintonía con lo que reclama EH Bildu y Podemos, pedirá que los impuestos a la gran banca y a las ganancias extraordinarias continúen. «No pedimos nuevas figuras sino retocar gravámenes. Para el electorado los impuestos a las grandes fortunas y a las energéticas son un elemento simbólico y ayudan a aglutinar a las fuerzas de la mayoría (de investidura) por la izquierda», aseguran desde el grupo confederal.

Una pelea que se proyecta compleja será la ampliación del Port de València, al que Sumar se opone, traccionado por Compromís. Pero sin dudas la madre de todas las batallas será el proyecto de reducción de la jornada laboral, que fuentes del equipo de la vicepresidenta han dicho a NAIZ que buscarán impulsarlo sí o sí antes de Navidades para hacer valer el acuerdo de investidura (en el que consta una primera reducción para 2024 y luego otra posterior para 2025).

Díaz aquí tiene tres escollos: el PSOE, que no está del todo convencido (Sánchez se preocupa de casi nunca mencionarlo entre las metas de su legislatura), la oposición de la CEOE y el probable voto en contra de Junts. Díaz ha dicho que intentará hasta último momento un acuerdo con la patronal y es probable, aunque no imposible, que hasta que no lo obtenga no intentará llevarlo al Consejo de Ministros. Luego, en caso que eso ocurra, será el largo camino de los organismos de consulta hasta el debate parlamentario.

Con el proyecto de reducción de jornada, Díaz tiene tres escollos: Sánchez, que no lo suele destacar, la CEOE y Junts

 

Los siete diputados de Junts, cuya dirigencia en parte todavía está muy vinculada a la ex Convergència y al empresariado catalán, es improbable que vaya a votar a favor. No se descarta el ‘no’ «si quieren dañar a Sánchez. Véte a saber en qué punto está Junts para cuando lleguemos a ese puente», dice un diputado de Sumar con ironía.

Por otro lado, por fuera de lo parlamentario, el partido sigue en su búsqueda de identidad, con el reto de tener a Podemos como competidor directo y en muchas otras circunscripciones a otra formación de izquierda soberanista. Las quejas por el liderazgo de Díaz no han sido pocas y la relación con IU y Más Madrid no pasa por su mejor momento (especialmente desde el conflicto por el cierre de listas para las europeas).

Asamblea y sintonía

En esa búsqueda de perfil propio, desmarcado del PSOE y también de Podemos, se apunta a llevar a cabo en otoño, más posiblemente en noviembre, la asamblea del partido que en los hechos será una ponencia política e ideológica que servirá como hoja de ruta. Díaz y su entorno no desisten de echar a crecer territorialmente en todas las circunscripciones, aunque en las que existan confluencias prometen hacerlo de forma colaborativa y sin intención de competir electoralmente en las generales.

En Sumar admiten por lo bajo que Sánchez va a por ellos. «Incluso hasta algunos diputados socialistas nos lo dicen en broma», comentan. Ferraz quiere expandirse hacia su lado izquierdo ya que en estos tiempos de polarización los votos de centro son escasos. Díaz sabe que si hay un adelanto electoral ella debe tener la estructura orgánica más preparada para evitar un cierre de listas caótico como fue el de 2023.

Entre todo lo que hay en contra, varios legisladores del grupo destacan algo por sobre lo político: la buena sintonía personal entre muchos de ellos. De hecho, a mitad de verano un grupo de diputados fueron juntos de vacaciones un fin de semana a una comarca valenciana. «El buen rollo y el cariño personal hace que las cosas avancen», comenta uno de los integrantes del grupo. Los próximos cuatro meses no faltarán puestas a prueba de ello.