Arnaitz Gorriti

Urko Berrade gana la etapa de Euskal Herria de la Vuelta; Landa, hundido en su casa

El iruindarra ha rubricado la labor de Kern Pharma camino al Parque Natural de Izki, con tres miembros en la fuga, mientras que Mikel Landa, descolgado por Carapaz en Herrera, se ha topado con un error estratégico de su equipo, y le ha supuesto perder más de tres minutos y caer a la décima plaza.

Urko Berrade, la primera victoria del ciclismo de Euskal Herria en la Vuelta 2024.
Urko Berrade, la primera victoria del ciclismo de Euskal Herria en la Vuelta 2024. (LA VUELTA | EUROPA PRESS)

El Tour de 1996 hubiera querido rendir homenaje a Miguel Indurain, con una etapa durísima camino a Iruñea, con el Alto de Larrau como principal paso montañoso de aquel día, que tanto para el gigante de Atarrabia como para Abraham Olano, en dura pugna por el podio del Tour de aquel año, acabó siendo su tumba. Todos los astros se alinearon para que coincidiera la debilidad de los principales estandartes de aquel ciclismo de Euskal Herria y el interés de los que disputaban aquella ‘Grande Bouclé’. A una escala un punto menor, Mikel Landa ha encontrado su Larrau particular también casa: en el Alto de Herrera.

En cambio, el iruindarra Urko Berrade ha estrenado su palmarés en el ciclismo profesional dándole a Euskal Herria su primera victoria parcial en esta Vuelta 2024, en una nueva exhibición de los Kern Pharma, que han manejado los últimos kilómetros de la carrera con maestría, en una fuga llena de cazadores de etapas con tres integrantes y con Pau Miquel terminando en tercera plaza, permitiéndose así el lujo de que Pablo Castrillo, doble ganador de etapa en esta ronda hispana, se haya limitado a hacer de «secante».

Porque se suponía que iba a pasar lo que ha sucedido en la cabeza de carrera: es decir, que la etapa de este jueves iba a ser ideal para aventureros y cazadores de etapas, dejando a los líderes frente a las llegadas de Moncalvillo y Picón Blanco antes de la crono final. Pero Education First ha roto el guión de lo previsto en las rampas de Herrera, a más de 50 kilómetros de la meta en Parque Natural de Izki, en una etapa que casi en su totalidad ha transcurrido por Araba.

Por ello, los aventureros y cazadores de etapa han cumplido su parte de cabo a rabo. Mattia Cattaneo (T-Rex), Mauro Schmid, Aleksandr Vlasov (Red Bull), Stefan Küng (Groupama), Mathias Vacek (LIDL-Trek), Pablo Castrillo, Urko Berrade y Pau Miquel (Kern Pharma), Steven Kruijswijk (Visma), Marc Soler (UAE), Ion Izagirre (Cofidis), Oier Lazkano (Movistar) y Max Poole (DSM) han sido los supervivientes a todo lo que se ha meneado por delante desde el banderazo de salida.

Quien no ha estado en esas fugas de buen inicio ha sido Euskaltel-Euskadi, que más tarde ha tenido que correr a contrapelo, buscando remontar y controlar a todos los fugados –muchos más que esos 13 del tramo final–, en una jornada pésima para la formación naranja. Casi tan mala como la que ha vivido Mikel Landa y en el extremo opuesto de Kern Pharma.

Porque ya en los kilómetros finales de la etapa, en uno de esos repechos no puntuables del final de este trepidante paseo por Araba, el Kern Pharma ha hecho valer su superioridad numérica, nadando con soltura entre equipos de World Tour.

Urko Berrade ha cerrado el hachazo de Steven Kruijswijk y poco después se ha permitido el lujo de escaparse en solitario del neerlandés, mientras que Pau Miquel y Pablo Castrillo han ejercido de «papel secante». Berrade ya estuvo muy cerca de imponerse en Padrón y en la etapa de Euskal Herria de la Vuelta, el iruindarra se ha tirado en solitario con el cielo abierto, dándole al ciclismo vasco su primera victoria tan buscada en esta Vuelta 2024, la tercera para un Kern Pharma absolutamente intratable y la primera de su palmarés en el ciclismo profesional.

«¡Sois la hostia!», ha gritado el navarro a sus compañeros de equipo. «He visto un momento de 'impasse' y, como éramos mayoría en el grupo, he intentado anticiparme y luego mis compañeros me han ayudado mucho, pero no me lo creía hasta 100 metros de meta. Aunque esta vez no me han pillado», ha dicho en meta el navarro, con la etapa de Padrón aún en mente.

«Es un sueño, no nos lo creemos y no queremos volver a la realidad. Pero esto no es casualidad, el producto del trabajo de todo el equipo. Cada día nos superamos, es increíble», ha subrayado el iruindarra.

Berrade, para el que el triunfo ha sido «un cúmulo de emociones», ha dedicado la victoria a su «familia y a Manolo (Azcona)», el dirigente del equipo recientemente fallecido.

«Si nos lo hubiesen dicho antes de empezar la Vuelta no nos lo hubiésemos creído ni de coña. Hemos hecho una buena concentración en Sierra Nevada y toda la preparación ha ido enfocada hacia la Vuelta. Y tener calma cuando no han acompañado los resultados ha sido importante», ha explicado, con la emoción a flor de piel.

Con la etapa resuelta, es hora de mirar atrás y llorar por el drama de Mikel Landa.

Carapaz el dinamitero

Previamente, el primero en caer de la fuga de la jornada ha sido un Cattaneo frenado contra su voluntad por sus directores, porque por detrás, se ha gestado la Mundial con la debacle de Mikel Landa, como quien dice en el pasillo de su casa, y con Richard Carapaz convertido en el «dinamitero» de la etapa.

Richard Carapaz conoce bien a Mikel Landa, no en vano fueron compañeros de equipo en Movistar, y no en vano entre los dos se conjuraron en el Giro de 2019 para desbancar a un Roglic en principio invencible para que el ecuatoriano se llevase aquella ‘Corsa Rosa’. Y como «La Locomotora del Carchi» conoce muy bien al de Murgia, ha visto su debilidad en las rampas de Herrera y ha reventado el pelotón principal con sus ataques. El ecuatoriano ha salteado varios ataques, llegando incluso a soltar a Ben O'Connor, pero el australiano se ha quedado casi en la cima de Herrera y ha conseguido enlazar rápidamente  con el grupo de favoritos para llevarse la Vuelta, aunque el de Perth también ha visto pasar el desastre cerca de sus ojos.

En cambio, un Mikel Landa descolgado y aislado, con tres compañeros de equipo suyos fugados y desperdigados –Pedersen, Vansevenant y un Cataneo «castigado» a descolgarse cuando bien hubiera podido luchar por la victoria y poco ha tenido que ver en lo que sucedía diez minutos de diferencia más atrás–, y lejos del pelotón de forma que los 39 segundos que ha perdido en la cima de la principal dificultad del día se han multiplicado con el paso de los kilómetros y sin que el escalador de Murgia haya tenido más ayuda que su propio esfuerzo, mientras que delante, aparte de Education First, el Red Bull Bora ha vuelto a sacrificar a Lipowitz para poner una marcha más y darle continuidad al incendio provocado por Richard Carapaz.

La causa común y la armonía han reinado en el seno del grupo de favoritos, sabedores de que en la vuelta aún queda mucha tela que cortar y que lo importante en esta jornada por Araba era precisamente desbancar al ciclista alavés, que ha penado en los últimos kilómetros como aquel Miguel Indurain camino de Iruñea en el Tour de 1996.

Los compañeros de Landa, uno a uno, han llegado a la altura de su jefe de filas, pero para entonces el destrozo ya era irremediable, por más que estos hayan quemado sus fuerzas –de haber responsables, amén de en la falta de fuerzas de Mikel Landa subiendo herrera, hay que buscarlas en los directores de T-Rex y en su falta de resolución–. Tanto es así que el de Murgia se ha dejado más de tres minutos respecto de los líderes de la vuelta y ha caído hasta la décima plaza de la clasificación general, de forma que sus opciones de llegar al podio de la ronda hispana se ven reducidas a cero, mientras que en las jornadas que quedan O´Connor, Roglic, Mas y Carapaz se repartirán los puestos que van desde el maillot rojo a la «medalla de chocolate».