Javier Bardem (Las Palmas de Gran Canaria, 1969) recibirá este viernes, un año después, el Premio Donostia correspondiente a 2023. No lo recogió entonces debido a la huega de actores y guionistas de Hollywood.
El actor ha comparecido ante la prensa horas antes de recibir el galardón. Aunque feliz por la distinción, ha reconocido no tener talante de celebración ante la situación política mundial. «Tengo alegría pero no espíritu de celebración tal y como está el mundo».
Ha sido ante la pregunta de un periodista sobre si en alguna ocasión se ha arrepentido de haberse posicionado. «Ante las injusticias no puedes callarte. ¿Arrepentido por hablar? Alguna vez lo he pensado, soy humano. Pero no hay posibilidad de cambio. No puedo autocensurarme, porque entonces ganan ellos. Cuanto más retrocedemos, más terreno ganan los que abusan. Lo que está sucediendo en Gaza es inadmisible, terrible, deshumanizante. El gobierno de Israel el más radical de la historia del país, está cometiendo crímenes contra la humanidad que están siendo investigados por la corte penal. Los ataques de Hamas del día 7 de octubre fueron atroces y despiadados de Hamas pero no justifican el castigo masivo que sufre población palestina. La impunidad del gobierno israelí tiene que cambiar. Países como EEUU o Alemania tienen que cambiar su lógica. No podemos ser impasibles ante eso. Evidentemente, lo que yo diga no cambiará nada».
«El hecho de que critiques un país no significa que sea islamofobia. Todos somos parte de una sociedad y todos somos víctimas. Y tenemos el derecho y la obligación moral y ética de denunciarlo. El actual gobierno israelí no representa a la comunidad judía ni a la sociedad israelí. Hay muchas voces en contra entre los judíos, hay un malestar social importante», ha remarcado.
Ante esto, ha señalado la necesidad de «pedir la condena y el juicio contra Netanyahu y Hamas por parte de la corte penal. Nos dirigimos hacia un lugar terrible que creo que nos asusta, necesitamos una voz social que ponga fin a la impunidad y al apoyo incondicional. Es darle alas al abuso. Es una situación urgente junto a Uganda y Sudán, países de los que no se habla, y también de Ucrania, que tiene más presencia. E igual de terrorífica es la situación climática».
Ha señalado la importancia de su madre, Pila Bardem, también actriz y miembro de una saga de actores, a la hora de no callarse ante las injusticias. «No hay otra opción», ha subrayado. «Dentro de las circunstancias de cada uno. Yo soy un privilegiado. Desde lo que es uno, de lo que puede uno, va haciendo y aprendiendo, mirando a los que saben y va eligiendo a quién apoyar o animar. Quiénes producen progreso en los derechos humanos, sociales, y civiles, y también quiénes los anulan. Ahí vamos todos, sabiendo que hay que elegir bando. Porque, desgraciadamente, hay bandos».
Tres décadas
Justo este año se cumplen 30 años desde que ganó la Concha de Plata. Bardem ganó la Concha de Plata al mejor actor en 1994, gracias a su trabajo en la película ‘Días contados’, del director donostiarra Imanol Uribe. «El paso del tiempo es muy impactante, lo sabemos todos. Nuestros hijos hacen de espejo del tiempo transcurrido», ha dicho.
Sobre el momento en que recibirá esta noche el Premio Donostia, ha reconocido que espera «no llorar». «Me entregarán el premio mis hermanos –Carlos y Mónica– y Juan Carlos Corazza y solo de pensar en ellos me emociono», ha manifestado. «Me emociona que alguien pueda pensar que yo sea merecedor de un premio. Uno hace lo que puede, pero que te premien es la guinda del pastel. Te parece demasiado. Hace treinta años me golpeó mucho, me sentí inmerecedor. Eso no ha cambiado, sinceramente creo que no merezco más atención que otras muchas personas».
Ante la pregunta de cómo lleva la expectación que genera y si le afecta verse observado, ha respondido que «si no te gusta ser observado estás jodido. El actor necesita un enorme ego, la sensación de que mereces ser visto y escuchado. El trabajo básico desaparezca el ego al ponerte ante la cámara. Que no sea yo. Mi labor es ser un vehículo de comunicación. ¿Yo estoy cómodo? No. No es natural estar ante 60 personas, como en este momento, y trato de vivirlo de manera relajada. Cuando voy por la calle o estoy de vacaciones cambia la cosa, que invadan mi intimidad».
El intérprete ganó el Oscar al mejor actor de reparto de 2007 por su papel como el psicópata asesino Anton Chigurh en ‘No Country for Old Men’. También es conocido por su participación en películas como ‘Jamón, jamón’, ‘Carne trémula’, ‘Los lunes al sol’, ‘Mar adentro’ y ‘El buen patrón’, ‘Antes que anochezca’, ‘Biutiful’ y ‘Being the Ricardos’. Interpretó al antagonista principal Raoul Silva en la película de James Bond de 2012 ‘Skyfall’, por la que recibió una nominación tanto al BAFTA como al SAG por mejor actor de reparto.
Barden tiene en su haber seis Goyas, un Globo de Oro, un BAFTA, el premio del Festival de Cannes al mejor actor y un premio del Sindicato de Actores. Ha trabajado con directores como Denis Villeneuve, Darren Aronofsky, Ridley Scott, Asghar Farhadi, Pedro Almodóvar, Woody Allen, Milos Forman, Michael Mann o John Malkovich.